La noticia fue como un jarro de agua fría para Carlotta, sus ojos se llenaron de lágrimas al sentirse traicionada por su propio padre. ¿Cómo podía pedirle algo así? No quería casarse con un hombre que no amaba y que ni siquiera conocía, era algo por completo contrario a su forma de pensar.Enseguida
—¿Sabes que no siempre podrás protegerme? —interrogó ella con un tono melancólico.—Por eso, he estado haciendo entrevistas, hasta he sacado sus perfiles psicológicos, su trato con los demás, relaciones anteriores, si aman a los animales, y ese chico a quien escogí cumple con todos los requisitos, a
El hombre dejó caer la cabeza con los ojos cerrados. Se llevó el vaso a los labios, lo sintió caliente y bebió de una sola vez el trago de whisky, profundo y ardiente, bajando por su garganta.Sandro sacudió la cabeza y escupió sus palabras.—¡Mierd4 Sandro! ¡Te enamoraste de la enana siniestra! ¿Có
—No sé cómo sucedió, tampoco pensaba enamorarme, de hecho creo que nunca lo había hecho, siempre me han gustado todas las mujeres, altas, bajas, rubias, castañas, pelirrojas, pelinegras, desde los dieciocho años hasta los treinta y cinco, siempre he pensado que en la variedad está el gusto —dio un g
El cuerpo de Carlotta comenzó a temblar, dejó de prestarle atención a lo que le decía la mujer al otro lado de la línea, la rabia, la impotencia, la tristeza, la decepción hacia sí misma la inundaron, tanto así que su celular terminó cayéndose, aunque para su buena suerte, antes de que se estrellara
—No —pronunció al mismo tiempo que negaba con la cabeza—. Lo siento Sandro, gracias por ofrecerme tu ayuda, pero no puedo aceptarla. No me siento cómoda ante la idea de deberte dinero, ¿Cómo podría mirarte a los ojos sabiendo que te he costado dinero? No, no quiero ser una carga para ti. La joven i
Carlotta y Sandro firmaron el contrato prematrimonial, el hombre le dio la orden a los abogados para que arreglaran todo para la realización de la ceremonia civil, pues decidieron solo hacer una boda sencilla, solo querían ellos llegar el día, la hora y el lugar indicado.Así transcurrieron los dos
Carlotta no podía creer en su mala suerte, de todos los restaurantes de los Ángeles, ¿Por qué ese desgraciado venía a aparecer en el mismo sitio donde estaba ella?La joven se dio cuenta de su presencia, antes de que él fijara su vista en ella. Fue como una escena de una película. Lo vio tropezar y