Carlotta no podía creer en su mala suerte, de todos los restaurantes de los Ángeles, ¿Por qué ese desgraciado venía a aparecer en el mismo sitio donde estaba ella?La joven se dio cuenta de su presencia, antes de que él fijara su vista en ella. Fue como una escena de una película. Lo vio tropezar y
Sin pensarlo un solo segundo, Katy, apretó su agarre y sin poder controlar su rabia la tiró al piso, se le subió encima y empezó a golpearla en la cara, le daba golpe tras golpe sin parar, entretanto la mujer gritaba pidiendo auxilio.—¡Ayuda por favor! ¡Esta mujer es una salvaje! ¡Está loca! Me est
Carlotta se sintió mal por haberse dejado influenciar por Massimo, sus palabras mermaron su autoestima, haciéndola sentir miserable, y aunque conscientemente sabía que no debió ofender a Sandro de esa manera, habló sin pensarlo, ese era un problema heredado de los Rocco lo de actuar primero y pensar
Mientras realizaba su recorrido, no supo cuánto tiempo tardó, solo se dio cuenta de que llegó a un puente, por un momento se apoyó de la baranda observando el agua, era hipnótica; el río parecía fluir más rápido de lo habitual debido a la lluvia. Carlotta no podía parar de llorar, necesitaba libera
Carlotta parpadeó por un par de segundos, tenía la impresión de estar en una especie de nubla de sueño, no obstante, un instante después, se dio cuenta de que todo era real, cuando sintió la mano de Sandro halarla de un brazo atrayéndola hacia él y haciéndola caer en su regazo, por un instante ambos
En ese momento ella recordó un día que estaba lloviendo a cántaros y aunque ella cargaba paraguas sus piernas y calzados se mojaron, cuando iba a subir al auto de Massimo este no la dejó. «—Cielito lo siento, pero estás toda mojada, no puedes subirte así en mi auto —pronunció el hombre mirándola co
Sandro esperó a que Carlotta, le hablara, le contara de su vida pasada, pero la chica solo lloraba en silencio, él se sentía frustrado porque intentaba acercarse a ella, y siempre colocaba una barrera entre ellos que era casi imposible de bordear, sin embargo, no se daba por vencido, estaba dispuest
—¡Ya basta, Sandro! No eres un inútil —mencionó ella viéndolo a su cara y se dio cuenta de que los ojos del hombre estaban anegados de lágrimas —Por favor, olvida eso, soy una mala persona por siquiera pronunciar esas terribles palabras. Lo hice porque mi ex me lastimó, cuando me topé con él, no dej