ROMÁNEl fuerte sonido de mis botas se escucha por la carretera del personal en el barco de un amigo.No hay nadie alrededor y el bullicio habitual en un barco de este tamaño y con el tipo de clientela que le gusta navegar por el Mediterráneo, esto le está costando un buen dinero al propietario.Pero claro, para un hombre que vale miles de millones esto no es más que un problema en el sistema, y lo aprecio muchísimo. Porque desde hace tres meses estos pendejos me han evadido, pero aquí se acaban las vacaciones.Especialmente, cuando el mayor de los Díaz decidió insultar a la esposa del dueño por una partida de póquer perdida.Al principio no sabía quiénes eran, viajar con un pasaporte y un nombre falsos ayudó, pero los hombres borrachos no saben morderse la lengua. Su insulto se convirtió en amenazas y la promesa de hacerle lo mismo que le habían hecho a Joaquín.Gran error. Final de la vida.Eugene Karlson es un amigo. Era un antiguo inversor cuando la empresa se estableció por pri
El sonido del claxon de la parte de atrás me insta a avanzar.Mi mente no está donde debería.Sigo mi camino conteniendo las ganas de mándalo al carajo. Miro mi móvil de reojo solo para decepcionarme de nuevo al no ver algún mensaje de mi novio.Daniel y yo estamos juntos desde hace tres años, pero en el último año nuestra relación se ha enfriado y solo piensa en el trabajo. El mío también es importarte para mí. Como abogada de familia en una prestigiosa firma como lo es Jones Castro & Asociados se lo difícil que es tener tiempo para una relación.Pero oye, yo trato de poner de mi parte.Conocí a Daniel durante una reunión del gremio. Estaba recién graduada y tenía trabajo en una decente, pero no tan respetable firma de abogados. Así que asistir a una de esas reuniones era como codearme con la élite para mí.Daniel es un abogado penalista muy ambicioso y ahora, es asistente del fiscal. Su meta, es obtener ese puesto en un futuro, pero, ¿Y yo?—Maldita sea—murmuró.Estacionó en mi luga
Me maquillo y me decido por un vestido negro de encaje manga larga que solo se anuda a un lado, y llega por encima de mis rodillas. Así será más fácil quitármelo después pienso. Me pongo una gabardina nude y zapatos de tacón rojos hacen ruido en el piso de madera. Mi cabello lo arreglo en ondas y lo dejo suelto.Si, elegante con un toque sexi. Salgo de mi habitación metiendo en mi clutch monocolor la llave de la habitación y mi móvil, Además, de algo de efectivo y mis tarjetas.Miro mi reloj y veo que aun llegó a tiempo.Una vez en el vestíbulo del complejo y decido tomar un taxi.Veinte minutos después estoy entrando en el restaurante del hotel El Plaza. El elegante maître me guía a la mesa reservada, pero está sola.Me quito la gabardina y la dejo en la silla de al lado.El mesero llega de inmediato—Una copa de Sauvignon por favor.El Palm Courtes es un restaurant casual. Su decoración está inspirada en central park. El lugar tiene plantas, palmeras hasta el techo, detalle de enrej
—¿Tienes un momento? —levanto mis ojos del documento que estoy por presentar en corte y miro a mi jefe Logan Castro en la entrada de mi oficina.—Adelante— digo asintiendo dejando a un lado mi trabajo.—Pasaba para saber, cómo estás —dice queriendo sonar casual.El hombre ronda los sesenta años y tiene aspecto de pavo con su papada colgando y sus astutos ojos verdes musgo. Además, de tener un estómago pronunciado.Se sienta frente a mí.—¿Hace cuánto estas aquí?—Tres años—respondo poniendo mis manos en el escritorio.—Y te aprecio—murmura—Por eso, es que me atrevo a preguntarte si, ¿Son ciertos los rumores de que tú y Daniel ya no están juntos?Suspiro.—No lo estamos. Pero no te preocupes, que eso no tiene nada que ver con tus casos—frunzo el ceño de repente extrañada.Asiente pensativo.—Deberías pensar en tu decisión—levanta la mano cuando ve que voy a responder— Solo es un consejo de este viejo, que sabe lo que es perder lo más preciado.Asiento, pero no digo nada.Aprecio a Dani
Tiene que ser una pesadilla.Cierro los ojos, vuelvo abrirlos para encontrarme una vez más con los ojos grises de este hombre que me dio una de las noches más placenteras.¡Joder Helena!¡Que te va a matar y tu pensando en cómo te cogió!Resoplo.—Sabes, ¿No pensé que fueran tan rastreros para mandarte hasta mí? —comienza en tono plano y bajo.—No entiendo.—¿Cuál era tu misión esa noche? —niego.Se inclina y me quita la cinta.—Responde.—No sé de qué hablas—balbuceo—tampoco tengo idea a que te refieres. Además, te recuerdo que fuiste tú, el que se acercó a mí—digo indignada—Helena Williams, no le ruega a un hombre sexo —gruño molesta.Él se ríe.Es una risa hueca y sin gracia.—Daniel y Smith te enviaron a que me sacaras información ¿No es así? —Continua —Eras un cebo, pero algo les fallo—concluye como si de verdad lo creyera.Bravo Helena, te acostaste con un conocido de tu ex.Es para matarte.—No te conozco—digo en cambio—no hasta esa noche—respondo lo más calmada —Ahora te exijo
POV CILLIAN.Es ella.Miro las fotografías en silencio sentado en mi oficina del club.Es de unos meses atrás, lleva un elegante y recatado vestido negro y junto a ella, esta Daniel HamiltonDaniel Hamilton y Helena Williams.Es el pie de foto de un recorte de periódico, donde detalla la labor altruista de este con la sociedad y su incansable lucha contra el crimen.—Pura mierda —digo relimándome en mi silla.—Entones, ¿Es la misma mujer? —inquiere Ares, mi hermano y mano derecha.Asiento.—Ella es la mujer con la que dormí en el Plaza.Ares silva dejándose caer en la silla frente a mí.—Hay algo que no cierra —dice —nuestro informante no aviso que Daniel estaría allí. Pero nunca llego, en cambio mando a su novia—señala las fotos.—Necesitamos llegar a Canon —digo refiriéndome a fiscal del distrito.Mientras que, para todos él es un dechado de virtudes. Nosotros sabemos en realidad quien es.¿Quién diría que el fiscal Canon no es más que el jefe de una organización criminal? Que tiene
No sé qué hora es.No sé, si ya el sol salió.Hace mucho que perdí la noción del tiempo.Estoy en una habitación sin ventanas. Es amplia y lujosa, pero no quita lo que significa.Soy prisionera.Después del susto que ese hombre me dio y el puñetazo que le di a Cillian. El mismo, me metió aquí antes de cerrar con llave.No voy a negar la satisfacción de ver como un hilo de sangre bajaba de su nariz.—Debí arrancarle los ojos —murmuro sentada en un sofá de la esquina.Me quito la coleta apretada y respiro aliviada.Mi mano duele, pero no me quita la satisfacción haberlo golpeado.Sobre el respaldo del sofá dejo mi cabeza y dormito un poco. Necesito escapar, llamar a Jojo y hacerle saber que me tiene retenida. Pero, ¿cómo?Maldigo.La puerta se abre y me pongo alerta.Cillian entra a la habitación y mira de la cama al sofá.Tiene la nariz algo roja.Puto para mí.—Podrías haber descansado sin problemas, en vez de estar allí.—¡Ja! Dormir en una cama que, no sé de qué ha sido testigo —dig
—¿A dónde tan hermosa? —silva Jojo cuando salgo de mi habitación después de un día infernal donde no pude hacer mucho.Mi amiga está de pie en la cocina, mientras les da un retoque a sus labios.Esta por irse al bar.—Canon me invito a una velada esta noche—miento.—Es decir, que veras al imbécil de Daniel.—Jojo —digo en tono cansado—¿Qué quieres que le diga? el hombre siempre ha sido muy amable conmigo y no todos pueden decir que son cercanos al fiscal del distrito—le recuerdo.—Vale—toma su bolso y lo coloca en su hombro—¿Bajas? —asiento.Cuando entramos al elevador siento que las manos me sudan, me miro en el espejo y cerciorarme de que me veo bien. Llevo un vestido rojo de un solo hombro y una apertura en mi pierna, el cabello está en recogido elegante y solo llevo una gargantilla y un brazalete. Mi clutch y sandalias son del color negros. El maquillaje es mínimo.—¿Estas bien? —Jojo me mira detenidamente cuando estamos de pie en la acera del edificio.Miro alrededor antes de ase