— ¡¿Dónde estás?! ¡Ares!—¿¡Donde coño están ustedes!? —grito en tono histérico.—Tuvimos un problema.—Pues. Yo tengo uno peor—digo — ¡Ay! —grito cuando siento otro golpe en la parte trasera de mi auto.—Te estoy rastreando princesa —dice en tono ligero —La ayuda está por llegar.—Espera, ¿Me pusiste un rastreador? —pregunto indignada.—Es lo que hay —murmura.Niego. No es momento de eso.—Las chicas —anuncio —Las chicas, están en la Bahía de Newark.—Siento que te enteraras así, pero ¡Joder gorrión! Eres como una espía.—Vete al cuerno y encuéntrame rápido o te juro, que volveré de la muerte y te atormentare hasta que no puedas más con tu sucia conciencia —balbuceo —¡Maldita sea! —digo cuando un golpe me hace darme contra el volante.—¿Estas bien? —suena preocupado.—No —susurro.Acelero.Me doy cuenta que estoy cerca del Hudson River Park, cuando soy embestida de nuevo. Pierdo el control de coche y derrapo.Cuando el coche se detiene, tengo mis manos sobre el volante que agarro c
No sé cuánto tiempo dormí. Lo que, sí sé. Es que estoy acostada en una gran y cómoda cama.Anoche después de que Cillian se fuera, me quede un poco nerviosa. No sabía si en verdad el lugar era seguro, recorrí la casa y encontré todas las habitaciones vacías, a excepción de la principal. Era de un tamaño decente.La habitación era como el resto de la casa. Sus paredes eran blancas y tenía dos ventanas desde el piso al techo que dejaba entrar mucha luz. Frente a la cama había un sillón gris y al pie un pequeño banco. Encima del sofá, colgado, Un cuadro abstracto y las mesas de noche solo una lámpara. Los cajones estaban limpios no encontré nada que me dijera algo de Cillian.El vestidor era grande, al igual que el baño principal. Sin embargo, el vestidor y los cajones de este si tenían ropa. Al darme cuenta que nadie volvería, decidí darme un baño y tomar prestada una camiseta gris de uno de los cajones.Con cautela, salgo de la cama. Afinó el oído y escucho pasos en la planta baja. Sin
Mientras el coche avanza por las calles de Nueva York no puedo dejar de pensar en que ya no tengo casa, trabajo y para colmo, hay una organización criminal que quiere verme muerta.Una mañana perfecta.Después de empacar algunas cosas en una bolsa de viaje, salimos del departamento.Siento que acabo de entrar a otro mundo. A mí lado, ladrando órdenes por su móvil está Cillian. El conducto y el copiloto no se inmutan ante el tono de este. —Ya estamos llegando—dice el copiloto. El coche se detiene frente a una lavandería.Cillian baja. —Baja —ordena un poco inclinado desde la acera.—¿Qué hacemos aquí? —pone los ojos en blanco.—Solo baja del maldito auto.De mala gana lo hago y uno de los hombres me quita la bolsa de viaje. Mis bailarinas negras no hacen ruido en el pavimento mientras lo sigo al interior. Después de guardar todo me puse unos vaqueros, una camiseta y encima una chaqueta ligera. Necesitaba un baño, pero creo que cuando lleguemos a nuestro destino podré tener algo de
Sentada en el sofá de la sala de descanso, paso con fastidio los canales de la televisión.Estoy a punto de volverme loca en tan solo unas horas.No sé qué hacer, hasta pensé en cocinar algo para entretenerme, pero la mujer en la cocina me miro como a un bicho raro y dijo que ella sabía perfectamente lo que al señor le gusta para comer.Recuerde sazonar con bastante cianuro. Sonrió al recordar las últimas palabras antes de salir de la cocina. La mujer me miro con horror, pero estoy segura de haber visto una sonrisa en el rostro de Fran.El hombre el alto y delgado. Su cabello castaño claro está bien cortado y sus ojos cafés siempre están alerta.—Señorita—escucho que Fran habla desde la puerta. —Quítame el señorita Fran o tendré que buscarte un apodo no muy bonito—digo cambiando de nuevo los canales.—Bueno, Edén—habla resignado—El señor la espera para la comida.—¡Osa el señor de la casa a honrarme con su nefasta presencia! —me burló. Escucho que este se aclara la garganta.—Está
POV CILLIAN.— ¿Cómo amaneció Edén? —Levanto la vista para ver a mi hermano entrar.Su actitud es despreocupada. Sin embargo, sé que nada se le escapa.—Mucho mejor—asiento dejando mi bolígrafo a un lado y observando como toma asiento frente a mí—Esta mañana pase a verla y ya estaba lista para comenzar el día.Asiente.—No voy a negar que asusto la mierda fuera de mi—ni que lo diga—Hable con la cocinera y estaba muy asustada, pero ya no usara más nueces.—Bien—digo de manera escueta, pero me siento aliviado— Ahora. Dime, ¿Que tienes? Porque, tú no vienes a verme a esta hora, a menos que sea necesario.—Canon esta en busca de aliados.—No me sorprende.—Se reunió con los Rinaldi y por lo que se, están muy interesados en hacer una alianza con él.—Esto cada día se complica más— suelto Adriano Rinaldi es la cabeza de uno de los más nuevos cárteles de los últimos años.—También, tengo que decirte que anoche se hizo una redada en el Oasis.—¿Por qué coño no me dijiste?—Vengo de allí. Anoc
El pasillo es oscuro, pero hay unas luces opacas que dejan ver claramente el pasillo. Avanzo varios metros y noto tres puertas. Sin embargo, decido seguir a Fran. Estoy segura de que la puerta que usará es la más segura por ahora.A cierta distancia, lo sigo cunado se detiene. E ignorando la serie de maldiciones que la mujer lanza abre la puerta. El sonido de personas se oye un momento antes de que todo en silencio y solo escucho a la mujer.¿De verdad Cillian trata así a sus amantes?Niego y alejo ese pensamiento que me crea malestar.La puerta queda entre abierta y me aventuró. El lugar no está muy lleno, pero todos siguen a Fran curioso.Aprovecho ese momento para escabullirme en el lugar, me detengo en una columna. Fran le quita la venda a la mujer y está lo mira con odió.—Dile al idiota de Cillian que aún no hemos terminado—farfulla roja de irá.Miro alrededor para ver a algunas mujeres cerca de la escena.—Señorita Devora. Le invito a dejar el club—la voz de Fran es sería.La m
Cuando el auto se detiene frente al club, bajo resignada a mi suerte. Cillian se abre paso sin mirar a nadie y todos se hacen a un lado. Su expresión es de: no te metas en mi camino. Miro a las chicas que se reúnen a un costado, entre ellas Blair y algunas me miran sorprendí, otras con censura. Cuando entramos al túnel soy seguida por un Fran silencios y otro par de hombres que no había visto antes. Al llegar al salón, Cillian se detiene. No me mira, en cambio clava la mirada en Fran. —A mi oficina—anuncia antes de caminar por el pasillo. Fran no dice nada en cambio, endereza su espalda y lo sigue en silencio. Miro a ambos hombres que salen en silencio del salón —Así que es cierto—dice la voz de Ares entrando al salón. Viste como siempre vaqueros, camiseta y botas de motero. Su cabello está en un moño y debo decir que se ve bien el imbécil. —¿Qué quieres? —¿De verdad, pensaste que escaparías? —Pregunta acercándose —No tenía la intención escapar— suelto —Solo quería salir
Estoy sentada frente al tocador de la habitación mientras Blair juega con mi cabello. Esta mañana, llego con un vestido en una funda y todo listo para ayudarme para el día. También me trajo una bandeja de comida la cual estaba intacta sobre la mesa de noche. Blair parlotea, pero no estoy prestando atención. Se supone que la ceremonia se llevara a cabo en un par de horas. Veo como le da un último toque a mi cabello para dejarlo en un recogido desordenado. —¿Quieres que te ayude con el maquillaje? Niego. —Gracias, pero estoy bien— ella me mira en silencio antes de asentir. —Entonces, me retiro— anuncia—Espero que todo salga bien hoy. Con esas palabras sale de la habitación dejándome sola. El reflejo de la mujer que me devuelve la mirada no me gusta. Estoy pálida y ojerosa. Además de que me duele el cuerpo. Me siento entumecida. Con pericia comienzo a tratar de cubrir las ojeras y hago lo mejor que puedo. El maquillaje que ocupo es mínimo. Me pongo de pie y camino hasta el ba