No sé qué hora es.No sé, si ya el sol salió.Hace mucho que perdí la noción del tiempo.Estoy en una habitación sin ventanas. Es amplia y lujosa, pero no quita lo que significa.Soy prisionera.Después del susto que ese hombre me dio y el puñetazo que le di a Cillian. El mismo, me metió aquí antes de cerrar con llave.No voy a negar la satisfacción de ver como un hilo de sangre bajaba de su nariz.—Debí arrancarle los ojos —murmuro sentada en un sofá de la esquina.Me quito la coleta apretada y respiro aliviada.Mi mano duele, pero no me quita la satisfacción haberlo golpeado.Sobre el respaldo del sofá dejo mi cabeza y dormito un poco. Necesito escapar, llamar a Jojo y hacerle saber que me tiene retenida. Pero, ¿cómo?Maldigo.La puerta se abre y me pongo alerta.Cillian entra a la habitación y mira de la cama al sofá.Tiene la nariz algo roja.Puto para mí.—Podrías haber descansado sin problemas, en vez de estar allí.—¡Ja! Dormir en una cama que, no sé de qué ha sido testigo —dig
—¿A dónde tan hermosa? —silva Jojo cuando salgo de mi habitación después de un día infernal donde no pude hacer mucho.Mi amiga está de pie en la cocina, mientras les da un retoque a sus labios.Esta por irse al bar.—Canon me invito a una velada esta noche—miento.—Es decir, que veras al imbécil de Daniel.—Jojo —digo en tono cansado—¿Qué quieres que le diga? el hombre siempre ha sido muy amable conmigo y no todos pueden decir que son cercanos al fiscal del distrito—le recuerdo.—Vale—toma su bolso y lo coloca en su hombro—¿Bajas? —asiento.Cuando entramos al elevador siento que las manos me sudan, me miro en el espejo y cerciorarme de que me veo bien. Llevo un vestido rojo de un solo hombro y una apertura en mi pierna, el cabello está en recogido elegante y solo llevo una gargantilla y un brazalete. Mi clutch y sandalias son del color negros. El maquillaje es mínimo.—¿Estas bien? —Jojo me mira detenidamente cuando estamos de pie en la acera del edificio.Miro alrededor antes de ase
— ¡¿Dónde estás?! ¡Ares!—¿¡Donde coño están ustedes!? —grito en tono histérico.—Tuvimos un problema.—Pues. Yo tengo uno peor—digo — ¡Ay! —grito cuando siento otro golpe en la parte trasera de mi auto.—Te estoy rastreando princesa —dice en tono ligero —La ayuda está por llegar.—Espera, ¿Me pusiste un rastreador? —pregunto indignada.—Es lo que hay —murmura.Niego. No es momento de eso.—Las chicas —anuncio —Las chicas, están en la Bahía de Newark.—Siento que te enteraras así, pero ¡Joder gorrión! Eres como una espía.—Vete al cuerno y encuéntrame rápido o te juro, que volveré de la muerte y te atormentare hasta que no puedas más con tu sucia conciencia —balbuceo —¡Maldita sea! —digo cuando un golpe me hace darme contra el volante.—¿Estas bien? —suena preocupado.—No —susurro.Acelero.Me doy cuenta que estoy cerca del Hudson River Park, cuando soy embestida de nuevo. Pierdo el control de coche y derrapo.Cuando el coche se detiene, tengo mis manos sobre el volante que agarro c
No sé cuánto tiempo dormí. Lo que, sí sé. Es que estoy acostada en una gran y cómoda cama.Anoche después de que Cillian se fuera, me quede un poco nerviosa. No sabía si en verdad el lugar era seguro, recorrí la casa y encontré todas las habitaciones vacías, a excepción de la principal. Era de un tamaño decente.La habitación era como el resto de la casa. Sus paredes eran blancas y tenía dos ventanas desde el piso al techo que dejaba entrar mucha luz. Frente a la cama había un sillón gris y al pie un pequeño banco. Encima del sofá, colgado, Un cuadro abstracto y las mesas de noche solo una lámpara. Los cajones estaban limpios no encontré nada que me dijera algo de Cillian.El vestidor era grande, al igual que el baño principal. Sin embargo, el vestidor y los cajones de este si tenían ropa. Al darme cuenta que nadie volvería, decidí darme un baño y tomar prestada una camiseta gris de uno de los cajones.Con cautela, salgo de la cama. Afinó el oído y escucho pasos en la planta baja. Sin
Mientras el coche avanza por las calles de Nueva York no puedo dejar de pensar en que ya no tengo casa, trabajo y para colmo, hay una organización criminal que quiere verme muerta.Una mañana perfecta.Después de empacar algunas cosas en una bolsa de viaje, salimos del departamento.Siento que acabo de entrar a otro mundo. A mí lado, ladrando órdenes por su móvil está Cillian. El conducto y el copiloto no se inmutan ante el tono de este. —Ya estamos llegando—dice el copiloto. El coche se detiene frente a una lavandería.Cillian baja. —Baja —ordena un poco inclinado desde la acera.—¿Qué hacemos aquí? —pone los ojos en blanco.—Solo baja del maldito auto.De mala gana lo hago y uno de los hombres me quita la bolsa de viaje. Mis bailarinas negras no hacen ruido en el pavimento mientras lo sigo al interior. Después de guardar todo me puse unos vaqueros, una camiseta y encima una chaqueta ligera. Necesitaba un baño, pero creo que cuando lleguemos a nuestro destino podré tener algo de
Sentada en el sofá de la sala de descanso, paso con fastidio los canales de la televisión.Estoy a punto de volverme loca en tan solo unas horas.No sé qué hacer, hasta pensé en cocinar algo para entretenerme, pero la mujer en la cocina me miro como a un bicho raro y dijo que ella sabía perfectamente lo que al señor le gusta para comer.Recuerde sazonar con bastante cianuro. Sonrió al recordar las últimas palabras antes de salir de la cocina. La mujer me miro con horror, pero estoy segura de haber visto una sonrisa en el rostro de Fran.El hombre el alto y delgado. Su cabello castaño claro está bien cortado y sus ojos cafés siempre están alerta.—Señorita—escucho que Fran habla desde la puerta. —Quítame el señorita Fran o tendré que buscarte un apodo no muy bonito—digo cambiando de nuevo los canales.—Bueno, Edén—habla resignado—El señor la espera para la comida.—¡Osa el señor de la casa a honrarme con su nefasta presencia! —me burló. Escucho que este se aclara la garganta.—Está
POV CILLIAN.— ¿Cómo amaneció Edén? —Levanto la vista para ver a mi hermano entrar.Su actitud es despreocupada. Sin embargo, sé que nada se le escapa.—Mucho mejor—asiento dejando mi bolígrafo a un lado y observando como toma asiento frente a mí—Esta mañana pase a verla y ya estaba lista para comenzar el día.Asiente.—No voy a negar que asusto la mierda fuera de mi—ni que lo diga—Hable con la cocinera y estaba muy asustada, pero ya no usara más nueces.—Bien—digo de manera escueta, pero me siento aliviado— Ahora. Dime, ¿Que tienes? Porque, tú no vienes a verme a esta hora, a menos que sea necesario.—Canon esta en busca de aliados.—No me sorprende.—Se reunió con los Rinaldi y por lo que se, están muy interesados en hacer una alianza con él.—Esto cada día se complica más— suelto Adriano Rinaldi es la cabeza de uno de los más nuevos cárteles de los últimos años.—También, tengo que decirte que anoche se hizo una redada en el Oasis.—¿Por qué coño no me dijiste?—Vengo de allí. Anoc
El pasillo es oscuro, pero hay unas luces opacas que dejan ver claramente el pasillo. Avanzo varios metros y noto tres puertas. Sin embargo, decido seguir a Fran. Estoy segura de que la puerta que usará es la más segura por ahora.A cierta distancia, lo sigo cunado se detiene. E ignorando la serie de maldiciones que la mujer lanza abre la puerta. El sonido de personas se oye un momento antes de que todo en silencio y solo escucho a la mujer.¿De verdad Cillian trata así a sus amantes?Niego y alejo ese pensamiento que me crea malestar.La puerta queda entre abierta y me aventuró. El lugar no está muy lleno, pero todos siguen a Fran curioso.Aprovecho ese momento para escabullirme en el lugar, me detengo en una columna. Fran le quita la venda a la mujer y está lo mira con odió.—Dile al idiota de Cillian que aún no hemos terminado—farfulla roja de irá.Miro alrededor para ver a algunas mujeres cerca de la escena.—Señorita Devora. Le invito a dejar el club—la voz de Fran es sería.La m