— La señorita Davis efectivamente tiene amnesia, piensa que estamos en el año dos mil diecisiete, y bueno por ahora le haremos más estudios y también le pediré a un psicólogo que venga a verla. — Informó el doctor al salir de la habitación después de revisar a Maya y Victor asintió, aún demasiado tenso. No tenía idea de cómo manejar esto, se sentía un poco aliviado de que al menos ella aún sin sus recuerdos de todo lo que habían vivido, seguía enamorada de él, pero le preocupaba que ella no recordara a sus hijos, eso sin duda podría causarles mucho dolor a Jake y a Marcus. — ¿Doctor cuánto puede tardar ella en recuperar la memoria? — Cuestionó Elizabeth al ver que su hijo no decía nada, solo se había quedado pensativo. — Esto en realidad no se lo puedo decir, no hay un tiempo exacto y cada paciente es diferente, hay personas que tardan días, semanas o años y hay otras que nunca la recuperan. — Respondió el doctor y Victor sintió que una gran espina de clavaba en su corazón. — Por c
— ¿Todo lo que dices es cierto? — Preguntó Maya y Victor asintió. — ¿De verdad tenemos niños? Necesito verlos. — Dijo ella un poco ansiosa, no podía creer haber olvidado algo tan importante como lo eran sus hijos y unos años con el amor de su vida, era demasiado injusto. Había anhelado mucho estar con Víctor, tener una vida con él, pero aunque la había conseguido, no la podía recordar y eso la estaba atormentando. Victor rápidamente saco el teléfono de su bolsillo y buscó una foto de los gemelos y se la mostró. En ese instante las lágrimas de Maya empezaron a caer, sus hijos eran tan hermosos y tan parecidos a Víctor, le dolía mucho el hecho de no poder recordarlos, de sentir que le habían arrebatado una parte muy importante de su vida. — Muñequita cálmate por favor, no llores. — Susurró Victor con su corazón desgarrándose al verla tan triste. — ¿Cómo pude olvidarme de ellos? ¿Cómo pude olvidarme de lo que pasó entre nosotros? — Cuestionó Maya con su voz llena de dolor. Quería po
— Este ataque definitivamente si estaba dirigido a tu hermana, el hombre que iba conduciendo es hermano de Noah. — Espetó Hank frunciendo el ceño, pensando en que si Maya no la hubiese salvado, su hija estaría muerta, porque este hombre solo freno en un último momento porque Maya no era su objetivo. Al pensar en esto no podía evitar sentirse culpable por haber sido tan hostil con Maya, porque perder a Aria los hubiese destrozado y gracias a qué Maya se había sacrificado, Aria estaba perfectamente, no habían tenido que pasar por algo tan horrible y Maya si estaba muy lastimada, pero viva. — Hay que hacer algo, acabaré con ese imbécil, ¿Dónde está? — Cuestionó Victor furioso apretando sus manos en puños, él al estar tan preocupado por Maya y por la forma en que se desarrollaron las cosas y como sabía que él conductor había frenado, no pensó que esto fuera planeado por alguien, pero para su sorpresa a Aria aún estás personas no la dejaban en paz, como si ya no hubiese sufrido lo sufici
— Mami que bueno que ya estás aquí. — dijeron los niños al unisonó con una enorme sonrisa cuando la vieron entrar junto a Víctor. — Que bueno verlos mis bebés. — Dijo Maya sonriendo también y abriendo sus brazos para que ellos se acercaran, feliz de ver los contentos que ellos se veían y también muy emocionada de ver que había un cartel pequeño hecho por ellos mismos, con las palabras: “Bienvenida a casa mami”. Los dos niños se pusieron uno a cada lado con cuidado, para abrazarla también y ella los sostuvo con su corazón muy cálido y dándose cuenta de que también había una mujer mayor mirándola con una pequeña sonrisa. Victor al ver esto alboroto el cabello de los dos con cariño, a modo de saludo. — Que bueno que está aquí señorita, me alegra ver que esta mejorando. — Dijo Lorena con una sonrisa. — Gracias. — Dijo Maya, un poco apenada por no recordar su nombre y aún no se lo había preguntado a Víctor. — Lorena, ¿Los niños ya almorzaron? — Preguntó Victor, entendiendo los pensam
Con una sonrisa Maya avanzó hasta el comedor usando sus muletas, con Victor a su lado sin dejar de mirarla ni un segundo por miedo a que pudiera caerse. — Puedo andar con esto, no tienes que preocuparte. — Le dijo ella, pero él no apartó su mirada y tampoco dejo de fruncir el ceño hasta que finalmente llegaron al comedor y separó una silla para que ella se sentará. — Ya vuelvo, llamaré a los niños a comer, no se porque aún no han bajado. — Dijo Victor antes de dejar un beso en el cabello de ella y comenzar a subir las escaleras. Al entrar a la habitación se sorprendió bastante al darse cuenta de que ellos aún seguían dormidos, cuando normalmente se levantaban bastante temprano, sin ni siquiera ser llamados. — Campeones es hora de levantarse. — Llamó él y ellos rápidamente se removieron en la cama antes de finalmente abrir los ojos y mirar a su padre un poco aturdidos. — ¿Por qué aún no se levantan? Su mamá ya los está esperando en el comedor. — Es que anoche nos quedamos haciendo
— Muñequita se que las cosas se ven mal, pero primero déjame cargarte y asegurarme de que no te lastimaste al caer, después de lo voy a explicar todo. — Espetó Victor con su corazón doliendo y muy preocupado, sabía que a ella le costaría mucho entender lo que había sucedido ese día, cuando al parecer no podía recordar nada más y explicarle todo de nuevo sería hacer que ella volviera a sufrir al pensar en su pasado, esto parecía una mala broma del destino. — ¿Qué me vas a explicar? ¿Qué no me engañaste? ¿Qué esas palabras no eran ciertas? Déjame en paz, no quiero verte. — Sollozó Maya, lo mismo que había sentido la primera vez que lo vio haciendo esto, lo estaba sintiendo ahora, su corazón dolía tanto como la primera vez, estaba devastada. — Te juro que no lo hice, yo nunca te engañaría muñequita, porque al estar contigo no puedo ver a nadie más ni siquiera, se que nadie podría compararse contigo, tú te adueñaste de mi corazón, de mi alma y de mí por completo y se que ese recuerdo se
— Lo hiciste muy bien mi cielo. — Dijo Victor con una enorme sonrisa mientras la miraba fascinado y la carita de Maya se ruborizo de inmediato. — No hice gran cosa, solo cumplo con la terapia. — Murmuró Maya. — Ya deberíamos irnos. — Si hiciste mucho, te has estado esforzando mucho y tu pierna cada vez está mejor, me impresiona mucho lo fuerte que eres. — Espetó él, hace unos días le habían quitado el yeso de la pierna a ella y había necesitado terapia por la gravedad de su lesión y se había estado esforzando bastante en su terapia a pesar de que podía ver cuánto le costaba y ya estaba caminando, aunque con un poco de dificultad y él estaba muy orgulloso de ella por todo su esfuerzo. — Estás exagerando, ya vamos a casa. — Lo instó a ella y él asintió. Los dos iban saliendo del hospital tomados de la mano, cuando Maya vio que una mujer se acercó a ellos y se congeló. — Victor mucho tiempo sin verte, es bueno poder hacerlo de nuevo. — Dijo Sasha con una sonrisa e intentó abrazarlo,
— Niños por favor alístense y encárguense de llevar a su mamá a la piscina en una hora. — Pidió Victor. — ¿Para que? Nos hemos dado cuenta que algunas personas han estado pasando con algunas cosas y al parecer en secreto a esa parte, ¿Qué es lo que esta sucediendo? — Preguntó Marcus frunciendo el ceño y Victor no pudo evitar sonreír, era muy difícil que algo se les escapara a sus hijos, los dos siempre estaban muy atentos a todo, no podía esconderles nada, afortunadamente Maya si era un poco más despistada, porque si fuera igual a ellos, no podría sorprenderla. — Quiero pedirle a su mamá que se case conmigo, por eso necesito que hagan esto. — Por fin, hace mucho que le debiste pedir matrimonio a mamá. — Lo sé, ¿Me van a ayudar? — Cuestionó Victor y los dos asintieron. Después de que él les explicó con más detalle lo que debían hacer, los dejó solos y fue a terminar de encargarse de que todo estuviese perfecto como quería. En cambio los niños luego de cambiarse fueron a la habita