— No vayas a llorar mi hermosa guerrera, no quiero verte sufrir más, todo eso es parte del pasado. — Pidió Jacob antes de darle un beso en cada una de sus mejillas. — Me asustaste mucho, quiero que el doctor te revise mi amor y luego continuaremos hablando. — Espetó, quería asegurarse de que ella estuviera bien antes de cualquier otra cosa, porque para él lo más importante era el bienestar de Mia. — Está bien. — Accedió Mía sintiéndose un poco aturdida por lo cariñoso que estaba siendo Jacob con ella, él nunca se había comportado de esa manera. Jacob asintió y rápidamente llamó al doctor, esté vino de inmediato y después de revisarla y hacerle algunas preguntas miró a Jacob. — Su esposa está bien, tiene que quedarse al menos dos días más para seguirla monitoreando, pero su mejoría ha sido muy buena. — Informó el doctor y Jacob sonrió al escucharlo. Por el contrario, Mía frunció el ceño confundida, ella había firmado los papeles del divorcio, no entendía porque él doctor se refería
— Bienvenida de nuevo a casa mi amor. — Espetó Jacob mirándola sin dejar de sonreír y tomándola de la mano, mientras caminaban a la puerta de la casa, estaba muy feliz porque ella por fin estaba recuperada y hoy volvía a casa, como él había estado anhelando. — Gracias. — Susurró Mia, mientras sus mejillas se ruborizaban, aún no se acostumbraba a lo cariñoso que él era y la forma en que la llamaba, pero le encantaba y su corazón no dejaba de latir emocionado cada vez que él le decía así. Jacob la atrajo hacia su cuerpo y le dio un beso en la frente antes de abrir la puerta para dirigirse al interior y al entrar los ojos de Mia se abrieron de par en par, dándose cuenta de que había un cartel de bienvenida y muchos girasoles adornando el lugar, pero lo más importante era el peluche en el medio, este era exactamente igual al que tenía cuando era una niña, solo que estaba nuevo, impecable, sin haber sido tocado por las malvadas manos de Brooke. — ¿Tú… como lo hiciste? ¿Cómo supiste cuál
— Es un placer volver a verlos, ¿Qué tal la han estado pasando? — Preguntó Jacob con una sonrisa cruel apenas entró al sótano y dándose cuenta de lo mal que se veían Elijah, Brooke y Olivia. Tenían grandes ojeras, estaban muy demacrados y parecían que habían perdido unos cuantos kilos, esto no le sorprendió para nada, porque les había dado órdenes a los guardaespaldas de darles comida solo a veces y que está fuera solo algo de mal sabor y poco nutritivo. Además habían estado todo el tiempo en sótano, amarrados en posiciones incomodas, debería ser realmente difícil conseguir dormir un poco. — Señor Davis, no se han estado portando muy bien, ayer cuando les quitamos las mordazas para darles un poco de comida, nos ofrecieron dinero a cambio de dejarlos ir e incluso favores sexuales. — Informó uno de los guardaespaldas, habían decidido ponerles mordazas a todos porque no soportaban escucharlos quejarse, llorar o suplicar todo el tiempo y ayer ellos estaban más desesperados y habían empe
Elijah se quedó helado simplemente sudando frío por todo el dolor que estaba sintiendo, mientras Brooke y Olivia se veían cada vez más desesperadas, más sabiendo que no podían hacer nada y Brooke ya estaba siendo llevada arriba a la fuerza. — Por favor no nos hagas esto, no les hagas esto a ellas, son mujeres, Brooke es muy joven y Olivia ya es alguien mayor, no destruyas su vida así. — Suplicó Elijah con voz temblorosa, en este instante ya ni siquiera le importaba humillarse a cambio de salvar a su hija y esposa de un horrible destino. — No te importo destruir la vida de Ambar ni la de Mia, así que no pretendas suplicar ahora, solo te informó que hoy te haré sufrir mucho, pero tranquilo que podrás seguir viviendo, aún tienes que ver un vídeo de tu esposa e hija con sus primeros clientes. — Espetó Jacob con una sonrisa y los ojos de Elijah se llenaron de horror y empezó a sollozar mientras negaba con la cabeza y suplicaba que no le hiciera esto, pero Jacob ni siquiera le prestó dema
Todo fue muy rápido y después del primer disparo se escuchó uno más tan solo unos pocos segundos después, pero este era de parte de uno de los guardaespaldas hacía Brooke. — Jacob. — Susurró Mia con sus ojos cristalizándose y sintiendo un poco de sangre en su mano, asustada. Jacob volteó para ver que estaba pasando y después de ver a Brooke en el piso, se alejó un poco del abrazo para asegurarse de que Mia no estuviese herida y que la bala solo estuviera alojada en su cuerpo y cuando vio que no había rastro de sangre en el cuerpo de ella, a excepción de en su mano, pero está no era de ella, suspiró aliviado. — Estás bien y yo estoy bien, nada pasó mi amor. — Aseguró él de inmediato, volviendo a estrecharla en sus brazos como si necesitará asegurarse de que ella estaba bien y que no le había pasado nada, que si había conseguido protegerla y que ella estaba totalmente a salvo. — Tú no estás bien. — Susurró Mia al borde de las lágrimas, asustada por él, porque sabía que la bala lo ha
—Muchas gracias por venir aquí y espero que todas las mujeres maltratadas y también los jóvenes puedan ver esto como un refugio, un escape a sus problemas, porque aquí siempre vamos a estar para recibirlos, apoyarlos y protegerlos, siempre podrán contar con una mano amiga, así que no duden nunca en alzar su voz e irse si alguien los lastima, se que es difícil dejar el miedo atrás, pero es necesario para tener una vida mejor, por favor no se arriesguen y busquen ayuda, sin más que decir, gracias por estar aquí y hacer esto posible. — Dijo Mia y se empezaron a escuchar aplausos por todo el lugar de inmediato. Ella sonrió y se alejó del micrófono para caminar hacía Jacob que la miraba fascinado sin dejar de sonreír. —Te ves preciosa y estuviste grandiosa, felicitaciones. — Dijo Jacob sin poder dejar de sonreír y sin ocultar lo fascinado que estaba por su esposa. —Muchas gracias. — Dijo Mia con sus mejillas ruborizándose y devolviéndole la sonrisa, a pesar de que había pasado un
“Hermana por favor ven aquí, necesito tu ayuda! Creo que me pusieron algo en la bebida y algunos hombres están molestándome, estoy en el bar Jonte, dile a tu amiga y vengan juntos a ayudarme.”Aria al ver este mensaje se sintió un poco confundida, era muy extraño que su hermana le escribiera para pedirle ayuda. Su hermana Michelle no solo siempre la había despreciado por ser adoptada, sino también que siempre iba a ese bar y tenía muchos amigos, pero ahora que Michelle estaba pidiéndole ayuda no podía simplemente ignorarla, no podía dejar que le ocurriera nada a pesar de que ella le había hecho muchas cosas malas en el pasado. Era su hermana después de todo, así que llamó a su amiga Betty. — Betty necesito tu ayuda, Michelle está en el bar siendo molestada por algunos hombres, vamos a buscarla. — Dijo Aria al teléfono ansiosa. — Está bien, ¿Dónde estás? Estoy cerca de tu trabajo, ¿Paso por ti? — Preguntó Betty al otro lado. — Si, acabó de salir, te espero aquí. — Respondió Aria y
Aria apenas llegó ayer fue encerrada en el sótano. El frío hacía que su pequeño cuerpo no dejará de temblar, pero a pesar de que había suplicado que no la encerraran y había estado pidiendo que la sacarán, había sido totalmente ignorada. Aunque esta vez no había sido golpeada, esto seguía llenándola de miedo, odiaba estar aquí, no le gustaba la oscuridad. Ya tenía un día aquí, sin ver la luz del sol y sin poder comer o beber. Se sentía muerta en vida, no había dejado de llorar en todo el día, su corazón seguía doliendo demasiado. No dejaba de reprocharse el haber sido tan tonta y caer en la trampa de Michelle y Betty. Nunca imaginó que Betty le haría algo así, ella siempre había sido buena con ella, pero ahora se daba cuenta de que no podía confiar en nadie. — Levántate ya y ven aquí, tienes que lavar la ropa de todos a mano. Se escucha una voz de una mujer, es Lina, una de las mucamas de la casa. Al abrir la puerta, Aria se levantó del piso un poco aturdida, intentando ada