— Este ataque definitivamente si estaba dirigido a tu hermana, el hombre que iba conduciendo es hermano de Noah. — Espetó Hank frunciendo el ceño, pensando en que si Maya no la hubiese salvado, su hija estaría muerta, porque este hombre solo freno en un último momento porque Maya no era su objetivo. Al pensar en esto no podía evitar sentirse culpable por haber sido tan hostil con Maya, porque perder a Aria los hubiese destrozado y gracias a qué Maya se había sacrificado, Aria estaba perfectamente, no habían tenido que pasar por algo tan horrible y Maya si estaba muy lastimada, pero viva. — Hay que hacer algo, acabaré con ese imbécil, ¿Dónde está? — Cuestionó Victor furioso apretando sus manos en puños, él al estar tan preocupado por Maya y por la forma en que se desarrollaron las cosas y como sabía que él conductor había frenado, no pensó que esto fuera planeado por alguien, pero para su sorpresa a Aria aún estás personas no la dejaban en paz, como si ya no hubiese sufrido lo sufici
— Mami que bueno que ya estás aquí. — dijeron los niños al unisonó con una enorme sonrisa cuando la vieron entrar junto a Víctor. — Que bueno verlos mis bebés. — Dijo Maya sonriendo también y abriendo sus brazos para que ellos se acercaran, feliz de ver los contentos que ellos se veían y también muy emocionada de ver que había un cartel pequeño hecho por ellos mismos, con las palabras: “Bienvenida a casa mami”. Los dos niños se pusieron uno a cada lado con cuidado, para abrazarla también y ella los sostuvo con su corazón muy cálido y dándose cuenta de que también había una mujer mayor mirándola con una pequeña sonrisa. Victor al ver esto alboroto el cabello de los dos con cariño, a modo de saludo. — Que bueno que está aquí señorita, me alegra ver que esta mejorando. — Dijo Lorena con una sonrisa. — Gracias. — Dijo Maya, un poco apenada por no recordar su nombre y aún no se lo había preguntado a Víctor. — Lorena, ¿Los niños ya almorzaron? — Preguntó Victor, entendiendo los pensam
Con una sonrisa Maya avanzó hasta el comedor usando sus muletas, con Victor a su lado sin dejar de mirarla ni un segundo por miedo a que pudiera caerse. — Puedo andar con esto, no tienes que preocuparte. — Le dijo ella, pero él no apartó su mirada y tampoco dejo de fruncir el ceño hasta que finalmente llegaron al comedor y separó una silla para que ella se sentará. — Ya vuelvo, llamaré a los niños a comer, no se porque aún no han bajado. — Dijo Victor antes de dejar un beso en el cabello de ella y comenzar a subir las escaleras. Al entrar a la habitación se sorprendió bastante al darse cuenta de que ellos aún seguían dormidos, cuando normalmente se levantaban bastante temprano, sin ni siquiera ser llamados. — Campeones es hora de levantarse. — Llamó él y ellos rápidamente se removieron en la cama antes de finalmente abrir los ojos y mirar a su padre un poco aturdidos. — ¿Por qué aún no se levantan? Su mamá ya los está esperando en el comedor. — Es que anoche nos quedamos haciendo
— Muñequita se que las cosas se ven mal, pero primero déjame cargarte y asegurarme de que no te lastimaste al caer, después de lo voy a explicar todo. — Espetó Victor con su corazón doliendo y muy preocupado, sabía que a ella le costaría mucho entender lo que había sucedido ese día, cuando al parecer no podía recordar nada más y explicarle todo de nuevo sería hacer que ella volviera a sufrir al pensar en su pasado, esto parecía una mala broma del destino. — ¿Qué me vas a explicar? ¿Qué no me engañaste? ¿Qué esas palabras no eran ciertas? Déjame en paz, no quiero verte. — Sollozó Maya, lo mismo que había sentido la primera vez que lo vio haciendo esto, lo estaba sintiendo ahora, su corazón dolía tanto como la primera vez, estaba devastada. — Te juro que no lo hice, yo nunca te engañaría muñequita, porque al estar contigo no puedo ver a nadie más ni siquiera, se que nadie podría compararse contigo, tú te adueñaste de mi corazón, de mi alma y de mí por completo y se que ese recuerdo se
— Lo hiciste muy bien mi cielo. — Dijo Victor con una enorme sonrisa mientras la miraba fascinado y la carita de Maya se ruborizo de inmediato. — No hice gran cosa, solo cumplo con la terapia. — Murmuró Maya. — Ya deberíamos irnos. — Si hiciste mucho, te has estado esforzando mucho y tu pierna cada vez está mejor, me impresiona mucho lo fuerte que eres. — Espetó él, hace unos días le habían quitado el yeso de la pierna a ella y había necesitado terapia por la gravedad de su lesión y se había estado esforzando bastante en su terapia a pesar de que podía ver cuánto le costaba y ya estaba caminando, aunque con un poco de dificultad y él estaba muy orgulloso de ella por todo su esfuerzo. — Estás exagerando, ya vamos a casa. — Lo instó a ella y él asintió. Los dos iban saliendo del hospital tomados de la mano, cuando Maya vio que una mujer se acercó a ellos y se congeló. — Victor mucho tiempo sin verte, es bueno poder hacerlo de nuevo. — Dijo Sasha con una sonrisa e intentó abrazarlo,
— Niños por favor alístense y encárguense de llevar a su mamá a la piscina en una hora. — Pidió Victor. — ¿Para que? Nos hemos dado cuenta que algunas personas han estado pasando con algunas cosas y al parecer en secreto a esa parte, ¿Qué es lo que esta sucediendo? — Preguntó Marcus frunciendo el ceño y Victor no pudo evitar sonreír, era muy difícil que algo se les escapara a sus hijos, los dos siempre estaban muy atentos a todo, no podía esconderles nada, afortunadamente Maya si era un poco más despistada, porque si fuera igual a ellos, no podría sorprenderla. — Quiero pedirle a su mamá que se case conmigo, por eso necesito que hagan esto. — Por fin, hace mucho que le debiste pedir matrimonio a mamá. — Lo sé, ¿Me van a ayudar? — Cuestionó Victor y los dos asintieron. Después de que él les explicó con más detalle lo que debían hacer, los dejó solos y fue a terminar de encargarse de que todo estuviese perfecto como quería. En cambio los niños luego de cambiarse fueron a la habita
— Quisiera arreglar las cosas con mis padres, antes de la fecha de la boda, me gustaría que puedan estar ahí, así que voy a necesitar viajar allá en estos días. — Comentó Maya y Victor al escucharla se congeló. — Mi cielo, no sé si esa sea la mejor idea, las cosas no son tan sencillas. — Suspiró Victor, no quería tener que decirle la verdad aún, pero ya no sabía cuánto más podría seguir mintiéndole cuando ella estaba pidiendo ver a sus padres. — Pero son mis padres después de todo, creo que podemos arreglarlo, nunca dejaremos de ser familia. — Murmuró Maya, ella quería que su vida fuera tal cual como soñó y no sería así si sus padres no estaban ese día junto a ella, además creía que ya era hora de arreglar todo, porque quería tenerlos en su vida, los extrañaba y quería que los niños pudieran estar cerca de sus otros abuelos también. — Mi cielo lo lamento mucho, el pasado con tu familia fue realmente difícil y creo que es hora de que sepas la verdad. — Espetó Victor tensándose, tení
— Estás realmente preciosa. — Dijo Jacob mirándola con una sonrisa. — Gracias y gracias por dejar todo y venir aquí, significa mucho para mí. — Musitó Maya y se acercó para abrazarlo. Estaba contenta de tener a su hermano aquí, su corazón estaba muy conmovido por el esfuerzo que él había hecho para venir a acompañarla en este día tan importante y porque sería él quien la entregaría en el altar. — Nunca podría perderme tu boda, tenía que estar aquí, así que no tienes nada que agradecer. — Espetó Jacob dándole un beso en la frente, él era el único de su familia que había venido hasta aquí, no podía fallarle, no iba a dejarla sola en este momento tan importante en su vida y él tampoco habría querido perderse la boda de su hermana. — Ya deberíamos irnos, tu futuro esposo debe estar ansioso esperándote. — Tengo mucho que agradecerte, pero te agradeceré después, ya se nos hace tarde. — Dijo Maya con una sonrisa y lo tomó del brazo para irse. Los dos se salieron de la casa y se subieron