A la mañana siguiente, Aria se levantó sintiéndose terrible, había llorado demasiado y su cabeza dolía por no poder descansar bien y su carita estaba hinchada, también tenía moretones en su cuello y le dolía, pero aun así tenía que levantarse, ya que debía ayudar con la limpieza de nuevo y luego irse a su trabajo.
Después de lavarse la cara, se vistió poniéndose una camisa de cuello alto para que no pudieran verse las marcas en su cuello y salió de la habitación para comer algo.
Después de esto empezó con sus labores, ya sabía que todos los demás estaban despiertos, pero ellos estaban desayunando en el jardín y estaba agradecida por eso, porque no deseaba ver a ninguno de ellos.
Cuando terminó lo que correspondía y estaba por ir a su habitación para cambiarse, Melissa se acercó a ella.
— Vamos a mi habitación, tengo algo que hablar contigo, te lo iba a decir ayer, pero como te sentías mal lo deje para hoy. — Espetó Melissa y Aria frunció el ceño confundida.
Melissa nunca antes la había invitado a su habitación ,y ellas no tenían nada de qué hablar.
— ¿De qué se trata? Es que ya casi me tengo que ir al trabajo. — Suspiró Aria dubitativa.
— Te lo diré en la habitación, vamos ya. — Ordenó Melissa.
Se dispuso a subir las escaleras, por lo que Aria sin más opción tuvo que seguirla.
— Siéntate aquí junto a mí. — Dijo Melissa.
Cuando llegaron a la habitación y ella tomaba asiento en el sofá de su habitación.
A Aria, le parecía muy extraña la actitud de su madre.
— Está bien. — Accedió sentándose.
— Bueno como sabes las facturas del hospital son muy altas y no estamos en una buena situación económica, la empresa está atravesando una crisis, así que vamos a necesitar que hagas algo, porque esto se ha hecho un poco complicado, quizás debamos sacar a tu abuela del hospital. — Suspiró Melissa fingiendo estar triste.
— Ya estoy trabajando y empezaré a buscar otro trabajo, pero mi abuela tiene que permanecer ahí, es lo mejor para ella. — Espetó Aria ansiosa.
Sabía que por la vida llena de lujos que ellos seguían llevando podían continuar pagando las facturas del hospital de la abuela, solo que no querían. Dado que la abuela tampoco es la madre biológica de su llamado padre adoptivo. La abuela Amelia, como esposa original, adoptó al hijo ilegítimo de la amante del marido. Pero él era casi un hijo desagradecido para Amelia, al igual que Melissa. Por esa razón es que Aria se entero de todo y no podía pedir mucho a sus padres. Había comenzado a trabajar, pero no era suficiente para pagarlo todo, su sueldo ni siquiera alcanzaba a pagar ni una cuarta parte de las costosas facturas.
— Eso no será suficiente y lo sabes, por eso tienes que casarte con un rico. Si te casas con un millonario, nos ayudará a solucionar el problema de la empresa y así podremos continuar pagando el tratamiento de tu abuela. Por suerte hemos encontrado a este, él es Lucien Gray — Soltó Melissa.
—Qué? ¡Pero si él es el prometido de Michelle, es ella quien debería casarse con él! — Gritó Aria alarmada levantándose del sofá, nunca imaginó que él compromiso no se hubiese cancelado porque ellos tenían otros planes y ella no estaba dispuesta a aceptarlos, no se quería casar con ese hombre que todos decían que estaba maldito y era infinitamente cruel, ya estaba cansada de recibir la crueldad de todos.
— Tú hermana no puede casarse con él, la escuchaste está embarazada de Noah y se casara con él, por eso tú tomarás su lugar en este matrimonio. — Replicó Melissa intentando permanecer calmada a pesar que deseaba golpearla por no obedecerle, pero necesitaba que Aria aceptará esto de la mejor manera posible.
— Yo no me voy a casar con ese hombre, que se case ella y que vea como le hace o que sea Noah quien los ayude con la empresa y cancelan el matrimonio, pero yo no me voy a casar con ese hombre. — Declaró Aria llena de rabia, no estaba dispuesta a seguir siendo el cordero de sacrificio como siempre.
— No digas tonterías. — Gritó Melissa perdiendo la calma. — Si no quieres que tu abuela muera te casarás con Lucien Gray y serás una buena esposa.
—Pero no puedo, por favor mamá…
—Basta! Si no, tendrás que cargar con su muerte.
Aria guardó silencio, este era el resultado que menos esperaba. Y Melissa, que no tenía piedad, siguió hablando sola.
——Además después de lo que hiciste, que te acostaste con hombres en el bar, no creo que puedas encontrar un buen esposo. ——Ella sonrió despectivamente. ——Más bien te estoy haciendo un favor.
Aria parpadeó con incredulidad, no podía creer que su madre dijera palabras tan inhumanas.
——Se agradecida y acepta lo que te digo o enfrenta las consecuencias.— Amenazó Melissa mirándola con odio.
Claro que Melissa no quería que su hija tuviera que sufrir con un hombre así, por eso la mejor opción era que Aria lo hiciera y aun así obtendría beneficios y Michelle igual se casaría con alguien importante, todo estaba saliendo como ella deseaba, solo tenía que hacer que Aria aceptara.
— Por ella fue que hicieron el trato, no por mí, no soy yo quien debería tener que casarse. — Declaró Aria con su voz quebrándose.
Aria no quería casarse, pero tampoco quería que su abuela, la única que persona que la ha amado en este mundo muriera y la dejará totalmente sola, porque a pesar de que vivía con esta gente, sin su abuela se sentía sola.
— No importa con quién se hizo el trato para que se casen, lo único que importa es darle una esposa con nuestro apellido y tú lo tienes, él te aceptará, después de todo te ves bien y él solo necesita que alguien lo cuide a él y a su hija. — Aclaró Melissa con una sonrisa llena de triunfo, sabía que al amenazar a Aria con Amelia ella terminaría cediendo.
— Por favor no me pidas que haga esto, trabajaré y haré todo lo necesario para pagar lo de la abuela, pero no me obligues a casarme con ese hombre. — Suplicó Aria mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, tenía miedo por todo lo que decían de Lucien y ella siempre había imaginado casarse por amor, no que la vendieran, porque esto era una transacción, en la cual la única que no ganaría nada sería ella.
— Eres una desconsiderada, te hemos criado desde que eras una niña, te dimos, educación, comida y ropa, es hora de pagar todo eso, es tu deber hacer esto por nosotros, te has gastado nuestro dinero por años y ahora que necesitamos, ¿No puedes ayudarnos? — Cuestionó Melissa apretando los dientes furiosa.
— Aunque ustedes me adoptaron y me han dado comida solo lo hicieron porque la abuela se los pidió y además cada mínima cosa que me han dado he tenido que pagarla siendo prácticamente una empleada más aquí. — Gritó Aria desconsolada entre sollozos y en ese momento sintió una fuerte bofetada en su rostro.
— No vuelvas a hablarme así o tendrás que enfrentarte a tu padre para ver si él si te hace entender las cosas y como ya te lo dije o te casas o tu abuela muere, eres tú quien decide. — Masculló Melissa mirándola con rabia y Aria se estremeció al solo escuchar la mención de ese hombre que le daba tanto miedo, prefería enfrentarse a la crueldad de Lucien que a la de él.
Ella no entendía como Melissa podía poner en juego incluso a su misma madre para conseguir lo que quería, no tenía corazón.
— Está bien, me casare con ese hombre. — Aceptó Aria apretando sus manos en puños mientras las lágrimas no dejaban caer por su rostro, sabía que no tenía más opciones, por su abuela y por ella misma era mejor aceptar de una vez.
— Perfecto, ahora sal de aquí que me molesta mirarte. — Murmuró Melissa con una sonrisa, pensando en que tenía que dar el aviso del cambio de prometida, sentía que no debería haber problema con esto, porque después de todo Lucien era un hombre viudo, paralitico, desfigurado y ya tenía una hija, además de que se decía que estaba maldito, ninguna mujer con un buen apellido y en una buena posición querría casarse con él, así que aceptaría a cualquiera como esposa.
[…]
— Lucien, tu abuelo me acaba de informar que hay un cambio en tu prometida, cambiaron a la chica, pero sigue siendo de la familia Halls. — Informó su asistente y al escuchar sus palabras el hombre sentado en la silla de ruedas detrás de un escritorio le dio unos golpecitos a la mesa pensativo.
— ¿Sabes por qué hicieron esto? — Cuestionó Lucien, no esperaba este cambio y tampoco estaba en sus planes.
— No, estoy investigando esto, pero ya tengo la información de la chica, ¿Quieres revisarla?
— No hace falta, lo único importante es que sea parte de la familia Halls, mientras sea así todo debería seguir igual. — Respondió Lucien, aunque no sabía el porque de este cambio, no le importaba demasiado con quién se casaría.
— ¿Estás seguro que no quieres verla? Creo que es más bonita que su hermana. — Preguntó el asistente Max mirándolo con atención, sabía que aunque está boda no era por amor, pensaba que su amigo debería estar al menos interesado en ver a su prometida, pero no era así.
— No.
— Bueno me voy a continuar con mi trabajo.
— Espera, quiero que la boda sea lo antes posible, avísale a mi abuelo para hacer esto rápido. — Ordenó Lucien pensativo, ya que su abuelo deseaba que se casara estaba dispuesto a hacerlo, más cuando esto funcionaría bien para sus planes.
Para él no importaba quien sería su esposa mientras perteneciera a la familia Halls y su abuelo afortunadamente había elegido a esta familia para darle a su prometida y esto funcionaba a su favor, porque ella solo sería un peón en este retorcido juego en el cual solo podía haber un vencedor y solo podía ser él.
Revelaría quien eran los enemigos que lo atacaban desde la oscuridad y los haría pagar por todo está vez, no se arriesgaría a qué ellos intentarán de nuevo asesinarlo y que pudieran herir a su pequeña hija, lo más importante para él y a quien deseaba proteger de cualquier cosa. Ella era la luz de su vida y no planeaba perderla ni morir, porque no podía dejarla sola con tantos lobos a su alrededor.
Aria había estado cada vez más deprimida estos días, y ni siquiera la dejaban ir al trabajo ni ir a visitar a su abuela al hospital, al parecer tenían miedo de que pudiera escaparse antes de la boda y por eso la habían restringido a quedarse en casa, por eso había tenido que renunciar a su trabajo y ahora ella solo podía estar en su habitación o hacer la limpieza de la casa, no habían más opciones y ya su boda se acercaba, lo que hacía que su corazón doliera inmensamente. Sabía que ya esto estaba en marcha y su madrastra se estaba encargando de los preparativos y no le había pedido ni siquiera su opinión, ella había elegido todo, incluso el vestido que ella usaría, no es que a Aria le importará todo esto, porque sabía que este no sería un día alegre si no un día lleno de tristeza. —Ya no falta nada para tu boda hermanita, ¿Estás feliz de casarte con un discapacitado? Deberías estar agradecida, al menos tiene dinero y no es un mendigo como tú. — Espetó Michelle con una sonrisa lle
Una boda podía ser el día más feliz en la vida de una persona, pero este no era el caso de Aria, que se encontraba llorando, sentada frente a un espejo negándose a qué la maquillaran. — Mamá por favor, no me hagas casarme, yo no quiero hacer esto. — Suplicó desconsolada, no tenía muchas esperanzas sobre esto, pero necesitaba intentarlo. — Ya hablamos de esto, lo vas a hacer y punto, tienes que pagar todo lo que te hemos dado hasta ahora. — Masculló Melissa. — Yo sé que han hecho mucho por mí, pero deja que se los pague de otra forma, yo no me quiero casar con ese hombre, Michelle es quien estaba comprometida, ya que ella no se va a casar con él solo cancelemos esto por favor.— Insistió Aria desconsolada, ella tenía mucho miedo de la vida que le podría esperar junto a Lucien. — Lo harás, porque si no lo haces te puedes olvidar de tu abuela y de que sigamos pagando ese tratamiento porque nos quedaremos en la ruina por tu culpa y no vuelvas a mencionar que es Michelle con quién él qu
Aria se quedó callada por un unos segundos intentando darse la fuerza que necesitaba para hacer esto, pensando en el bienestar de su abuela y no ser castigada por su familia, sabia que si decía que no Oliver incluso sería capaz de matarla a golpes. — Si, acepto. — Respondió finalmente y Lucien frunció un poco el ceño al darse cuenta de todas las emociones que habían pasado por el rostro de ella en tan solo unos segundos y también noto sus ojos rojos. — Señor Gray, ¿Acepta usted cómo esposa a la señorita Aria Halls, para amarla, respertarla y serle fiel hasta que la muerte los separe? — Si, acepto. — Contestó Lucien sin dudar ni un poco. — Los declaró marido y mujer, puede besar a la novia. Estás palabras llenaron a Aria de frialdad al pensar que tenía que besar a Lucien, no quería besar a un hombre que acababa de conocer, a pesar de que era su esposo, pero esto no lo había decidido ella y cuando lo miro apretando los puños nerviosa sin saber que hacer, se dio cuenta que él tampoco
— Venga conmigo. — Pidió Max cuando llegaron a la mansión y abrió la puerta del auto para ella y Aria bajo sorprendida por lo que veía, la casa en la que vivía antes era muy grande y hermosa, pero está definitivamente estaba a otro nivel. — Antes de que entremos necesito que firme esto. — Le recordó Max extendiéndole un documento y un bolígrafo y Aria sin pensarlo demasiado lo tomo y firmo, después de todo ya estaba casada y no había vuelta atrás, solo que su esposo se cansara de ella y la desechara, rogaba en su interior porque esto sucediera rápido. — Aquí tiene. — Perfecto, vamos. — Espetó Max y rápidamente entraron a la mansión, para encontrarse con un guapo hombre sentado en el sofá, al lado de él había una silla de ruedas vacía y esto confundió a Aria, ese hombre no podía ser su esposo, habían dicho que había quedado hecho un monstruo, pero este hombre no solo no parecía un monstruo, si no que era increíblemente atractivo, no tenía ni una sola cicatriz en su perfecto rostro y a
Habían transcurrido algunos días desde la boda y Aria como se lo indicaron hoy estaba ayudando con la limpieza de la casa, de su estancia aquí esto y pasar tiempo con Luma era lo más sencillo para ella, ya que ya estaba adaptada a limpiar, pero si había sorprendido a Lucien y a Priscila porque hacía todo muy bien y sin quejarse, no entendían muy bien como esto era posible si ella venía de una familia influyente, debería ser una chica mimada y sufrir al hacer estás cosas, pero eso no parecía ser así.—Señorita, cuando terminé aquí puede seguir con las habitaciones, yo voy a estar muy ocupada porque tengo que preparar una gran comida ya que el señor Gray viene a cenar. — Dijo Priscila al pasar por su lado.—Esta bien. — Aceptó Aria y continúo con lo que estaba haciendo un poco pensativa, está seria la primera vez que ella se encargaría de limpiar las habitaciones y por lo tanto podría conocer la habitación de Lucien y esto le intrigaba un poco, porque él le parecía muy misterioso, d
— ¿Qué hablaron ustedes dos? — Preguntó Lucien arqueando una ceja cuando ella volvió a entrar a la casa, él ya no tenia la máscara puesta. — Nada importante, buenas noches, iré a dormir. — Respondió Aria antes irse y Lucien frunció el ceño. — Papi, no me gusta que utilices esa máscara, ahora que viene María, ¿La tendrás que utilizar todo el tiempo? — Preguntó Luna. — Lamentablemente si, princesa, pero será por poco tiempo, me encargaré de que María vuelva pronto a casa de tu abuelo. — Contestó Lucien, no estaba dispuesto a tener los ojos de esa mujer sobre él todo el tiempo, eso podría perjudicar sus planes. — Está bien papi. — Aceptó Luna y le dio un beso en la mejilla a Lucien haciéndolo sonreír. — Eres la luz de mi vida princesita hermosa. — Le dijo él con sus ojos brillando llenos de amor hacía su hija y la abrazó. Mientras abrazaba a Luna recordó que con la llegada de María, él y Aria no podían seguir durmiendo en habitaciones separadas, así que debía arreglar esto pronto, t
Aria estaba durmiendo cuando escuchó su teléfono sonar y abrió los ojos para darse cuenta de que no era la alarma, si no una llamada de Melissa. — De verdad que eres una niña mal agradecida, desde que te casaste ni siquiera me has llamado. —Reclamó Melissa, apenas Aria contestó su llamada. — Yo no me quería casar, solo cumplí con lo que me pediste. —Replicó Aria, no soportaba que Melissa fingiera ser una buena madre cuando no era el caso.— Tonterías, tenías que venir a visitarnos, se supone que tu esposo debe venir contigo, no nos están tratando como su familia. —Masculló Melissa. — No creo que él esté de acuerdo con eso, ya obtuvieron el dinero, no entiendo para qué quieres que vayamos. —Murmuró Aria, sabía que Lucien no estaría de acuerdo, él nunca salía de casa y ella tampoco quería volver a ese lugar, no deseaba tener que lidiar con las burlas de Michelle y Noah mientras se regocijaban en su cara. — Supongo que ya no deseas ver a tu abuela, cuando se entere que te casaste y ya
— Discúlpenos señor Gray, no fue nuestra intención ofenderlo, como ahora somos familia creí que no habría problema con eso. — Se disculpó Oliver de inmediato, mientras Noah veía a Lucien furioso, maldiciéndolo en su interior. — Aria ven a la cocina un momento conmigo. — Pidió Melissa, levantándose y Aria hizo lo mismo para seguirla. — ¿Ya puedo subir a ver a la abuela o necesitas ayuda con algo? — Cuestionó Aria cuando llegaron a la cocina. — ¿Qué le dijiste a él? ¿Por qué se porta de esa manera con nosotros? Está ofendiendo a Noah y a tu padre. — Escupió Melissa molesta, pensaba que Aria debió quejarse de alguna manera de ellos con él y por eso los estaba tratando así.— Él es así y yo no he dicho nada malo sobre ustedes. — Aclaró Aria molesta, pensando en que no era necesario hablar mal de ellos con Lucien porque el comportamiento que ellos habían tenido lo había logrado molestar fácilmente, solo que ellos eran demasiado tercos y no se daban cuenta de sus errores.— Pero tampoco