— Venga conmigo. — Pidió Max cuando llegaron a la mansión y abrió la puerta del auto para ella y Aria bajo sorprendida por lo que veía, la casa en la que vivía antes era muy grande y hermosa, pero está definitivamente estaba a otro nivel. — Antes de que entremos necesito que firme esto. — Le recordó Max extendiéndole un documento y un bolígrafo y Aria sin pensarlo demasiado lo tomo y firmo, después de todo ya estaba casada y no había vuelta atrás, solo que su esposo se cansara de ella y la desechara, rogaba en su interior porque esto sucediera rápido. — Aquí tiene. — Perfecto, vamos. — Espetó Max y rápidamente entraron a la mansión, para encontrarse con un guapo hombre sentado en el sofá, al lado de él había una silla de ruedas vacía y esto confundió a Aria, ese hombre no podía ser su esposo, habían dicho que había quedado hecho un monstruo, pero este hombre no solo no parecía un monstruo, si no que era increíblemente atractivo, no tenía ni una sola cicatriz en su perfecto rostro y a
Habían transcurrido algunos días desde la boda y Aria como se lo indicaron hoy estaba ayudando con la limpieza de la casa, de su estancia aquí esto y pasar tiempo con Luma era lo más sencillo para ella, ya que ya estaba adaptada a limpiar, pero si había sorprendido a Lucien y a Priscila porque hacía todo muy bien y sin quejarse, no entendían muy bien como esto era posible si ella venía de una familia influyente, debería ser una chica mimada y sufrir al hacer estás cosas, pero eso no parecía ser así.—Señorita, cuando terminé aquí puede seguir con las habitaciones, yo voy a estar muy ocupada porque tengo que preparar una gran comida ya que el señor Gray viene a cenar. — Dijo Priscila al pasar por su lado.—Esta bien. — Aceptó Aria y continúo con lo que estaba haciendo un poco pensativa, está seria la primera vez que ella se encargaría de limpiar las habitaciones y por lo tanto podría conocer la habitación de Lucien y esto le intrigaba un poco, porque él le parecía muy misterioso, d
— ¿Qué hablaron ustedes dos? — Preguntó Lucien arqueando una ceja cuando ella volvió a entrar a la casa, él ya no tenia la máscara puesta. — Nada importante, buenas noches, iré a dormir. — Respondió Aria antes irse y Lucien frunció el ceño. — Papi, no me gusta que utilices esa máscara, ahora que viene María, ¿La tendrás que utilizar todo el tiempo? — Preguntó Luna. — Lamentablemente si, princesa, pero será por poco tiempo, me encargaré de que María vuelva pronto a casa de tu abuelo. — Contestó Lucien, no estaba dispuesto a tener los ojos de esa mujer sobre él todo el tiempo, eso podría perjudicar sus planes. — Está bien papi. — Aceptó Luna y le dio un beso en la mejilla a Lucien haciéndolo sonreír. — Eres la luz de mi vida princesita hermosa. — Le dijo él con sus ojos brillando llenos de amor hacía su hija y la abrazó. Mientras abrazaba a Luna recordó que con la llegada de María, él y Aria no podían seguir durmiendo en habitaciones separadas, así que debía arreglar esto pronto, t
Aria estaba durmiendo cuando escuchó su teléfono sonar y abrió los ojos para darse cuenta de que no era la alarma, si no una llamada de Melissa. — De verdad que eres una niña mal agradecida, desde que te casaste ni siquiera me has llamado. —Reclamó Melissa, apenas Aria contestó su llamada. — Yo no me quería casar, solo cumplí con lo que me pediste. —Replicó Aria, no soportaba que Melissa fingiera ser una buena madre cuando no era el caso.— Tonterías, tenías que venir a visitarnos, se supone que tu esposo debe venir contigo, no nos están tratando como su familia. —Masculló Melissa. — No creo que él esté de acuerdo con eso, ya obtuvieron el dinero, no entiendo para qué quieres que vayamos. —Murmuró Aria, sabía que Lucien no estaría de acuerdo, él nunca salía de casa y ella tampoco quería volver a ese lugar, no deseaba tener que lidiar con las burlas de Michelle y Noah mientras se regocijaban en su cara. — Supongo que ya no deseas ver a tu abuela, cuando se entere que te casaste y ya
— Discúlpenos señor Gray, no fue nuestra intención ofenderlo, como ahora somos familia creí que no habría problema con eso. — Se disculpó Oliver de inmediato, mientras Noah veía a Lucien furioso, maldiciéndolo en su interior. — Aria ven a la cocina un momento conmigo. — Pidió Melissa, levantándose y Aria hizo lo mismo para seguirla. — ¿Ya puedo subir a ver a la abuela o necesitas ayuda con algo? — Cuestionó Aria cuando llegaron a la cocina. — ¿Qué le dijiste a él? ¿Por qué se porta de esa manera con nosotros? Está ofendiendo a Noah y a tu padre. — Escupió Melissa molesta, pensaba que Aria debió quejarse de alguna manera de ellos con él y por eso los estaba tratando así.— Él es así y yo no he dicho nada malo sobre ustedes. — Aclaró Aria molesta, pensando en que no era necesario hablar mal de ellos con Lucien porque el comportamiento que ellos habían tenido lo había logrado molestar fácilmente, solo que ellos eran demasiado tercos y no se daban cuenta de sus errores.— Pero tampoco
— Mi papi no se podrá subir a los juegos conmigo, ¿Tú podrás hacerlo en su lugar? — Cuestionó Luna cuando ya iban llegando al parque. — Por supuesto que si pequeña. — Afirmó Aria con una sonrisa. — Max también puede hacerlo. — Intervino Lucien, no quería que su hija se a acostumbrara demasiado a la presencia de Aria en sus vidas, porque cuando se fuera, Luna podría salir lastimada. — No, yo quiero hacerlo con Aria. — Se negó Luna haciendo un puchero. — A mí me encantaría acompañarla, yo también tengo muchas ganas de subirme a los juegos. — Aseguró Aria. — Está bien. — Suspiró Lucien. — Que rápido me traicionaste pequeña. — Se quejó Max con una sonrisa mientras se estacionaba en el lugar. — No lo hice, solo que a veces eres un poco aburrido tío. — Aclaró Luna, haciendo que Aria y Max soltaran una pequeña risita. — Bueno, bajemos de una vez. — Espetó Lucien y Aria bajó para luego ayudar a Luna y Max se encargó de ayudar a Lucien a bajarse y sentarse en su silla de ruedas. Despu
Los días continuaron transcurriendo y mientras Aria se hacía mucho más cercana a Luna, con Lucien era todo lo contrario, ya que él parecía estar muy frío cuando estaban cerca y ella intentaba ignorar esto, después de todo se había dado cuenta de que estar aquí con ellos no era tan malo, Lucien no la molestaba en lo absoluto y Luna llenaba su vida de alegría, todos los días se divertía mucho con ella. —Aria vamos al jardín a jugar. — Pidió Luna con una dulce sonrisa. —Esta bien, vamos entonces. — Aceptó Aria devolviéndole la sonrisa y las dos empezaron a caminar hasta ahí. Cuando llegaron al jardín Luna se puso a jugar con los varios juguetes que tenia ahí y Aria estaba al pendiente hasta que su teléfono comenzó a sonar con una llamada de su madre. —Hola mamá. —¿Ya hablaste con tu esposo? ¿Aceptó invertir en la empresa de Noah? — Preguntó Melissa de inmediato y Aria sonrió con ironía al darse cuenta de que ella no era ni siquiera capaz de saludarla primero. —Si, él no
—No, no, yo solo pensé… — Tartamudeo Aria al darse cuenta de que había dicho algo incorrecto, ella tenía prohibido comentar estás cosas. —No me mientas, ¿Alguien te castigó así? — Interrumpió Lucien tensando la mandíbula, se sentía furioso al pensar que alguien le pudo hacer algo así a ella, aunque no entendía el porque de esto.—No. — Respondió Aria intentando parecer firme, pero Lucien no le creyó en lo absoluto y la miró entrecerrando los ojos. —¿Por qué mientes? ¿Quién te hizo eso? — Volvió a preguntar, no entendía como algo así podía suceder y en un inicio pensó que ella podría estar actuando, pero ahora sentía que ella había sido castigada de una forma cruel, lo que no sabía era quien lo había hecho y como era posible que esto le sucediera a una chica rica, quien se suponía que debía ser amada y mimada por sus padres. —Nadie, ya se le dije, nadie lo hizo, no sé porque insiste. — Masculló Aria molesta y se levantó de la cama para alejarse de él y Lucien la sostuvo del