Los días continuaron transcurriendo y mientras Aria se hacía mucho más cercana a Luna, con Lucien era todo lo contrario, ya que él parecía estar muy frío cuando estaban cerca y ella intentaba ignorar esto, después de todo se había dado cuenta de que estar aquí con ellos no era tan malo, Lucien no la molestaba en lo absoluto y Luna llenaba su vida de alegría, todos los días se divertía mucho con ella. —Aria vamos al jardín a jugar. — Pidió Luna con una dulce sonrisa. —Esta bien, vamos entonces. — Aceptó Aria devolviéndole la sonrisa y las dos empezaron a caminar hasta ahí. Cuando llegaron al jardín Luna se puso a jugar con los varios juguetes que tenia ahí y Aria estaba al pendiente hasta que su teléfono comenzó a sonar con una llamada de su madre. —Hola mamá. —¿Ya hablaste con tu esposo? ¿Aceptó invertir en la empresa de Noah? — Preguntó Melissa de inmediato y Aria sonrió con ironía al darse cuenta de que ella no era ni siquiera capaz de saludarla primero. —Si, él no
—No, no, yo solo pensé… — Tartamudeo Aria al darse cuenta de que había dicho algo incorrecto, ella tenía prohibido comentar estás cosas. —No me mientas, ¿Alguien te castigó así? — Interrumpió Lucien tensando la mandíbula, se sentía furioso al pensar que alguien le pudo hacer algo así a ella, aunque no entendía el porque de esto.—No. — Respondió Aria intentando parecer firme, pero Lucien no le creyó en lo absoluto y la miró entrecerrando los ojos. —¿Por qué mientes? ¿Quién te hizo eso? — Volvió a preguntar, no entendía como algo así podía suceder y en un inicio pensó que ella podría estar actuando, pero ahora sentía que ella había sido castigada de una forma cruel, lo que no sabía era quien lo había hecho y como era posible que esto le sucediera a una chica rica, quien se suponía que debía ser amada y mimada por sus padres. —Nadie, ya se le dije, nadie lo hizo, no sé porque insiste. — Masculló Aria molesta y se levantó de la cama para alejarse de él y Lucien la sostuvo del
— Su avance va bien señor Gray, pero es mejor si hacemos la terapia en un lugar más adecuado, hacer esto aquí hace que el proceso se vuelva un poco más lento. — Suspiró el terapeuta luego de terminar. — Por ahora solo puedo hacer esto aquí, Max los acompañará a la salida, gracias. — Espetó Lucien y ellos asintieron antes de irse. Después de verlos irse Lucien miró sus piernas, extrañaba poder moverse tan libre como antes, aunque estaba cerca de lograr su objetivo, esto era un secreto para la mayoría de las personas a su alrededor y debía permanecer así. — Ya se fueron y tu abuelo llamó diciendo que los espera para cenar esta noche en su casa, también invitó a los padres de tu esposa. — Informó Max al volver a la habitación. — ¿Él mismo te dijo que los invitó? — preguntó Lucien frunciendo el ceño. — Si. — Afirmó Max. — ¿Qué está planeando al hacer esto? — No lo sé, aunque se conocen de años y él fue quien arregló tu matrimonio con ellos por esa razón, no son tan cercanos. — Resp
—Ya que estamos aquí para unirnos más como familia, mi nuevo yerno Noah tiene un gran proyecto en el que le gustaría que pudieran invertir, ¿Qué mejor para estrechar lazos que hacer negocios juntos? — Propuso Melissa con una sonrisa durante la cena y Aria la volteó a mirar con reproche, no entendía cuando ellos se iban a detener con esto. —¿Y de que se trata este proyecto? — Cuestionó Gerard mirando a Melissa, aunque le molestó que ella hablara de esto durante la cena, como era una invitada y ya habían pasado cosas incómodas antes, decidió ser amable. —Explícalo tú, Noah. —El proyecto es para hacer varios hoteles por todo el país y necesitamos inversores, ya los planos están hechos, serán muy grandes y modernos, con lo mejor de todo, hemos escogido lugares turísticos, además, ya tenemos los terrenos donde se construirán, es un éxito garantizado, solo deben invertir y luego verán grandes ganancias. — Explicó Noah con una sonrisa. —Papá yo creo que esto es una gran oportuni
—¿En serio crees lo que dijiste? — Preguntó Aria mientras iban en el auto, le costaba creer que Lucien, con quién había pasado muy poco tiempo y apenas se hablaban no creyera en las palabras de Noah. Porque Noah a pesar de haberla conocido y ella le había demostrado que lo quería, fácilmente creyó en las palabras de Michelle, pensó que con Lucien debería pasar lo mismo y no esperó que la defendiera. —Sé que no eres la clase de mujer que él describió, así que no debes preocuparte. — Respondió Lucien y Aria lo quedó mirando sintiéndose muy conmovida, estaba agradecida porque él después de su abuela y la pequeña Luna, eran las únicas personas que estaban siendo amables con ella. —Muchas gracias por creer en mí y defenderme. — Susurró ella. —Solo hice lo que debía. — Espetó Lucien, aunque no deseaba involucrarse con ella por sus planes y su difunta esposa a quien deseaba seguirle guardando respeto, Aria empezaba a conmover su duro corazón, además no soportaba verla sufriendo,
— Quiero a mi papi. — Se quejó Luna haciendo un puchero y Aria apartó el termómetro para comprobar su temperatura y frunció el ceño al darse cuenta que esta aún no bajaba. — Luna tu papi no debe tardar en llegar, pero mientras, vamos a darte un baño para bajar tu fiebre. — Dijo Aria y Luna de inmediato negó con la cabeza. — Yo no me quiero bañar, tengo mucho frío. — Se negó casi llorando, haciendo que el corazón de Aria doliera. — Te tienes que bañar, es por tu bien, ¿Acepta si? Te prometo hacer algo que tú quieras. — Prometió Aria buscando convencerla, no quería obligarla y hacerla llorar, prefería que ella aceptará de buena gana. — Está bien y lo que quiero es que te quedes aquí con mi papi y conmigo, que no te vayas a ninguna parte. — Exigió Luna y Aria se quedó congelada por tan extraña petición, pensó que le pediría jugar más con ella o algo así cuando se recuperara no que le diría esto, pero de igual manera ella no iría a ninguna parte si no la echaban de aquí, disfrutaba est
En la mañana siguiente Aria se levantó aturdida y frunció el ceño al darse cuenta de que se había quedado dormida en la habitación de Luna, pero ella no estaba por ninguna parte y se preocupó al pensar que por quedarse dormida no la cuidó bien, así que se levantó de prisa para buscarla. Cuando llegó a la sala vio a Luna junto a Lucien en el sofá, ella se veía perfectamente y él estaba sin la máscara y volteó a mirarla. Cuando las miradas de los dos se encontraron Aria tuvo un breve recuerdo de lo que ella le había dicho ayer y en la posición que estaban, por lo que sus mejillas se ruborizaron. “Dios mío, espero que eso haya sido un sueño, yo no pude decirle algo así.” Pensó con sus nervios atacándola. —Buenos días, ¿Cómo está Luna? ¿No le ha dado más fiebre? Lamento mucho haberme quedado dormida en su habitación mientras la cuidaba.—Hola Aria. — Saludó Luna con una sonrisa.—Ella está bien, ¿Y tú cómo estás? ¿Te sientes bien? ¿Tienes dolor de cabeza o algo? — Preguntó Luci
Aria se despertó sintiéndose incomoda porque la noche anterior no había conseguido dormir casi nada, ya que por su mente no dejaba de pasar la propuesta de Lucien y lo que había pasado entre ellos, de tanto pensar en todo esto a su mente había llegado cómo había ocurrido el beso, pero eso ahora la hacia sentir un poco más incómoda. Lucien le parecía demasiado atractivo, era bueno y se preocupaba por ella, eso se lo había demostrado al quedarse cuidando de ella cuando estaba enferma y además también se sentía atraída por él, lo que la asustaba era volver a enamorarse y que la volvieran a lastimar. Pensó que su corazón después de lo sucedido no podría volver a sentir pero ahora se aceleraba al pensar en Lucien y se había conmovido mucho por Luna y por la promesa que le había pedido hacerle, ella también deseaba quedarse al lado de ellos dos, los dos ya se habían estado apoderando poco a poco de una parte de su corazón. Con ellos había tenido una especie de familia, que en el pasado