—¿En serio crees lo que dijiste? — Preguntó Aria mientras iban en el auto, le costaba creer que Lucien, con quién había pasado muy poco tiempo y apenas se hablaban no creyera en las palabras de Noah. Porque Noah a pesar de haberla conocido y ella le había demostrado que lo quería, fácilmente creyó en las palabras de Michelle, pensó que con Lucien debería pasar lo mismo y no esperó que la defendiera. —Sé que no eres la clase de mujer que él describió, así que no debes preocuparte. — Respondió Lucien y Aria lo quedó mirando sintiéndose muy conmovida, estaba agradecida porque él después de su abuela y la pequeña Luna, eran las únicas personas que estaban siendo amables con ella. —Muchas gracias por creer en mí y defenderme. — Susurró ella. —Solo hice lo que debía. — Espetó Lucien, aunque no deseaba involucrarse con ella por sus planes y su difunta esposa a quien deseaba seguirle guardando respeto, Aria empezaba a conmover su duro corazón, además no soportaba verla sufriendo,
— Quiero a mi papi. — Se quejó Luna haciendo un puchero y Aria apartó el termómetro para comprobar su temperatura y frunció el ceño al darse cuenta que esta aún no bajaba. — Luna tu papi no debe tardar en llegar, pero mientras, vamos a darte un baño para bajar tu fiebre. — Dijo Aria y Luna de inmediato negó con la cabeza. — Yo no me quiero bañar, tengo mucho frío. — Se negó casi llorando, haciendo que el corazón de Aria doliera. — Te tienes que bañar, es por tu bien, ¿Acepta si? Te prometo hacer algo que tú quieras. — Prometió Aria buscando convencerla, no quería obligarla y hacerla llorar, prefería que ella aceptará de buena gana. — Está bien y lo que quiero es que te quedes aquí con mi papi y conmigo, que no te vayas a ninguna parte. — Exigió Luna y Aria se quedó congelada por tan extraña petición, pensó que le pediría jugar más con ella o algo así cuando se recuperara no que le diría esto, pero de igual manera ella no iría a ninguna parte si no la echaban de aquí, disfrutaba est
En la mañana siguiente Aria se levantó aturdida y frunció el ceño al darse cuenta de que se había quedado dormida en la habitación de Luna, pero ella no estaba por ninguna parte y se preocupó al pensar que por quedarse dormida no la cuidó bien, así que se levantó de prisa para buscarla. Cuando llegó a la sala vio a Luna junto a Lucien en el sofá, ella se veía perfectamente y él estaba sin la máscara y volteó a mirarla. Cuando las miradas de los dos se encontraron Aria tuvo un breve recuerdo de lo que ella le había dicho ayer y en la posición que estaban, por lo que sus mejillas se ruborizaron. “Dios mío, espero que eso haya sido un sueño, yo no pude decirle algo así.” Pensó con sus nervios atacándola. —Buenos días, ¿Cómo está Luna? ¿No le ha dado más fiebre? Lamento mucho haberme quedado dormida en su habitación mientras la cuidaba.—Hola Aria. — Saludó Luna con una sonrisa.—Ella está bien, ¿Y tú cómo estás? ¿Te sientes bien? ¿Tienes dolor de cabeza o algo? — Preguntó Luci
Aria se despertó sintiéndose incomoda porque la noche anterior no había conseguido dormir casi nada, ya que por su mente no dejaba de pasar la propuesta de Lucien y lo que había pasado entre ellos, de tanto pensar en todo esto a su mente había llegado cómo había ocurrido el beso, pero eso ahora la hacia sentir un poco más incómoda. Lucien le parecía demasiado atractivo, era bueno y se preocupaba por ella, eso se lo había demostrado al quedarse cuidando de ella cuando estaba enferma y además también se sentía atraída por él, lo que la asustaba era volver a enamorarse y que la volvieran a lastimar. Pensó que su corazón después de lo sucedido no podría volver a sentir pero ahora se aceleraba al pensar en Lucien y se había conmovido mucho por Luna y por la promesa que le había pedido hacerle, ella también deseaba quedarse al lado de ellos dos, los dos ya se habían estado apoderando poco a poco de una parte de su corazón. Con ellos había tenido una especie de familia, que en el pasado
—Aria te llamo porque necesito que me respondas algo, ¿Tú te estás acostando con ese hombre? ¿Sus partes íntimas aún funcionan? — Preguntó Melissa apenas Aria contestó a su llamada.—¿En serio me llamas para preguntarme algo así? — Cuestionó Aria desconcertada, ella había atendido la llamada pensando que ella le podría decir algo sobre el estado de salud de su abuela, ya que no había podido ir a verla estos días.—Necesito que me respondas de una vez. —No voy a contestar preguntas acerca de mi intimidad con mi esposo. — Declaró Aria molesta, eso era un tema que le incomodaba y además ella no tenía respuesta para la segunda pregunta de su madre.—Tú te casaste con ese hombre por mí y estás ahí porque nos debes mucho, tú deber es hacer lo que te pida, así que responde de una vez si quieres seguir viendo a tu abuela y que nosotros sigamos pagando su tratamiento. — Amenazó Melissa furiosa, con todo lo que había pasado, los planes que tenían se habían salido un poco de control y
—No he provocado a nadie papá. — Mintió Noah, no podía decirle la verdad a su padre en este momento o seguramente lo querría matar. —Uno de ustedes tuvo que hacerlo y hay que buscar solucionar esto en cuanto antes, hay que buscar un inversor deprisa, pídele ayuda a los padres de tu prometida. — Espetó Thomas. —Papá no puedo hacer eso, ya ellos nos dieron mucho dinero y ya saben nuestra situación, más bien quieren su inversión de vuelta, hay que buscar otra manera de solucionar esto. — Suspiró Noah, con su cabeza doliendo, sabía que lo que estaba ocurriendo probablemente era su culpa por enloquecer ese día en la cena pensado que no tendría ningún tipo de represalias, ya que no esperaba que un hombre postrado en una silla de ruedas pudiera hacerle algo así por una mujer que no debería amar. Pero lo peor de todo es que ahora no tenía idea de cómo solucionar este inmenso problema.—No tenemos para darle su dinero de vuelta, así que habla con ellos para que esperen y ver si te pue
Ya había transcurrido una semana desde su beso con Lucien y aunque Aria aún no le daba una respuesta oficial sobre su relación, si habían estado siendo más cercanos y se habían estado besando mucho, solo que ella no se sentía lista para nada más y Lucien como todo un caballero la había estado respetando y esperando que ella tomara su decisión. Aria se sentía muy bien junto a él, le encantaba su cercanía, sus besos, la manera en que él la trataba, pero aún el miedo de volver a salir lastimada estaba demasiado presente en ella y eso no le permitía darle una respuesta positiva acerca de ellos a Lucien. — ¿Ya estás lista? Max te ira a llevar y después pasará por ti. — Dijo Lucien al entrar a la habitación.— Si, ya estoy lista, tengo muchas ganas de ver a mi abuela. — Espetó Aria con una sonrisa. — Esperó poder conocerla pronto. — Comentó él, se había dado cuenta que la única persona de su familia de la cual Aria hablaba con entusiasmo era de Amelia y por eso quería conocerla, para ver
Cuando Aria llegó a casa decidió jugar un poco con Luna como prometió hasta que llegó la hora de la cena y se sorprendió un poco al ver que quien la servía está vez era María. —Priscilla tuvo que salir, su hija está enferma y por eso se tomó el día libre, tiene que cuidar de ella. — Explicó Lucien al notar su confusión.—Entiendo. — Asintió ella. —Señor, su abuelo me pidió que les preparara este jugo, está delicioso y tiene muchos nutrientes, a usted le servirá para estar mejor de salud y a la señora para quedar embarazada pronto. — Informó María dejando los vasos de ambos sobre la mesa, para luego darle uno que se veía diferente a Luna. Todos se dispusieron a comer y aunque Lucien noto un sabor un poco extraño en el jugo, pensó que esto se debía a las cosas que María debió mezclar al prepararlo. Después de que todos terminaron de comer Aria se dirigió a la habitación y Lucien acompaño a Luna a la suya para que se acostara Y contarle un cuento cómo de costumbre, pero mient