En la mañana siguiente Aria se levantó aturdida y frunció el ceño al darse cuenta de que se había quedado dormida en la habitación de Luna, pero ella no estaba por ninguna parte y se preocupó al pensar que por quedarse dormida no la cuidó bien, así que se levantó de prisa para buscarla. Cuando llegó a la sala vio a Luna junto a Lucien en el sofá, ella se veía perfectamente y él estaba sin la máscara y volteó a mirarla. Cuando las miradas de los dos se encontraron Aria tuvo un breve recuerdo de lo que ella le había dicho ayer y en la posición que estaban, por lo que sus mejillas se ruborizaron. “Dios mío, espero que eso haya sido un sueño, yo no pude decirle algo así.” Pensó con sus nervios atacándola. —Buenos días, ¿Cómo está Luna? ¿No le ha dado más fiebre? Lamento mucho haberme quedado dormida en su habitación mientras la cuidaba.—Hola Aria. — Saludó Luna con una sonrisa.—Ella está bien, ¿Y tú cómo estás? ¿Te sientes bien? ¿Tienes dolor de cabeza o algo? — Preguntó Luci
Aria se despertó sintiéndose incomoda porque la noche anterior no había conseguido dormir casi nada, ya que por su mente no dejaba de pasar la propuesta de Lucien y lo que había pasado entre ellos, de tanto pensar en todo esto a su mente había llegado cómo había ocurrido el beso, pero eso ahora la hacia sentir un poco más incómoda. Lucien le parecía demasiado atractivo, era bueno y se preocupaba por ella, eso se lo había demostrado al quedarse cuidando de ella cuando estaba enferma y además también se sentía atraída por él, lo que la asustaba era volver a enamorarse y que la volvieran a lastimar. Pensó que su corazón después de lo sucedido no podría volver a sentir pero ahora se aceleraba al pensar en Lucien y se había conmovido mucho por Luna y por la promesa que le había pedido hacerle, ella también deseaba quedarse al lado de ellos dos, los dos ya se habían estado apoderando poco a poco de una parte de su corazón. Con ellos había tenido una especie de familia, que en el pasado
—Aria te llamo porque necesito que me respondas algo, ¿Tú te estás acostando con ese hombre? ¿Sus partes íntimas aún funcionan? — Preguntó Melissa apenas Aria contestó a su llamada.—¿En serio me llamas para preguntarme algo así? — Cuestionó Aria desconcertada, ella había atendido la llamada pensando que ella le podría decir algo sobre el estado de salud de su abuela, ya que no había podido ir a verla estos días.—Necesito que me respondas de una vez. —No voy a contestar preguntas acerca de mi intimidad con mi esposo. — Declaró Aria molesta, eso era un tema que le incomodaba y además ella no tenía respuesta para la segunda pregunta de su madre.—Tú te casaste con ese hombre por mí y estás ahí porque nos debes mucho, tú deber es hacer lo que te pida, así que responde de una vez si quieres seguir viendo a tu abuela y que nosotros sigamos pagando su tratamiento. — Amenazó Melissa furiosa, con todo lo que había pasado, los planes que tenían se habían salido un poco de control y
—No he provocado a nadie papá. — Mintió Noah, no podía decirle la verdad a su padre en este momento o seguramente lo querría matar. —Uno de ustedes tuvo que hacerlo y hay que buscar solucionar esto en cuanto antes, hay que buscar un inversor deprisa, pídele ayuda a los padres de tu prometida. — Espetó Thomas. —Papá no puedo hacer eso, ya ellos nos dieron mucho dinero y ya saben nuestra situación, más bien quieren su inversión de vuelta, hay que buscar otra manera de solucionar esto. — Suspiró Noah, con su cabeza doliendo, sabía que lo que estaba ocurriendo probablemente era su culpa por enloquecer ese día en la cena pensado que no tendría ningún tipo de represalias, ya que no esperaba que un hombre postrado en una silla de ruedas pudiera hacerle algo así por una mujer que no debería amar. Pero lo peor de todo es que ahora no tenía idea de cómo solucionar este inmenso problema.—No tenemos para darle su dinero de vuelta, así que habla con ellos para que esperen y ver si te pue
Ya había transcurrido una semana desde su beso con Lucien y aunque Aria aún no le daba una respuesta oficial sobre su relación, si habían estado siendo más cercanos y se habían estado besando mucho, solo que ella no se sentía lista para nada más y Lucien como todo un caballero la había estado respetando y esperando que ella tomara su decisión. Aria se sentía muy bien junto a él, le encantaba su cercanía, sus besos, la manera en que él la trataba, pero aún el miedo de volver a salir lastimada estaba demasiado presente en ella y eso no le permitía darle una respuesta positiva acerca de ellos a Lucien. — ¿Ya estás lista? Max te ira a llevar y después pasará por ti. — Dijo Lucien al entrar a la habitación.— Si, ya estoy lista, tengo muchas ganas de ver a mi abuela. — Espetó Aria con una sonrisa. — Esperó poder conocerla pronto. — Comentó él, se había dado cuenta que la única persona de su familia de la cual Aria hablaba con entusiasmo era de Amelia y por eso quería conocerla, para ver
Cuando Aria llegó a casa decidió jugar un poco con Luna como prometió hasta que llegó la hora de la cena y se sorprendió un poco al ver que quien la servía está vez era María. —Priscilla tuvo que salir, su hija está enferma y por eso se tomó el día libre, tiene que cuidar de ella. — Explicó Lucien al notar su confusión.—Entiendo. — Asintió ella. —Señor, su abuelo me pidió que les preparara este jugo, está delicioso y tiene muchos nutrientes, a usted le servirá para estar mejor de salud y a la señora para quedar embarazada pronto. — Informó María dejando los vasos de ambos sobre la mesa, para luego darle uno que se veía diferente a Luna. Todos se dispusieron a comer y aunque Lucien noto un sabor un poco extraño en el jugo, pensó que esto se debía a las cosas que María debió mezclar al prepararlo. Después de que todos terminaron de comer Aria se dirigió a la habitación y Lucien acompaño a Luna a la suya para que se acostara Y contarle un cuento cómo de costumbre, pero mient
Cuando Aria despertó al día siguiente un poco adormilada movió su cabeza con suavidad la cual estaba recostada en el pecho de Lucien, haciendo que este sintiera un cosquilleo, pero decidió permanecer quieto y ella al sentir los latidos de un corazón acelerado se levantó un poco sorprendida y abrió los ojos para verlo y de inmediato se sobresaltó al ver que Lucien tenía sangre en su brazo y ella también tenía un poco en su cuerpo. — ¿Qué te sucedió? — Cuestionó Alarmada tocando su brazo con cuidado. — Solo es una pequeña herida. — Respondió él mirándola con ternura, él había despertado hace un rato, pero no quiso levantarse para no interrumpir el sueño de ella que parecía estar realmente cansada después de lo que sucedió entre ellos. Además de que le gustaba mucho verla dormir y sentirla tan cerca. — ¿Cómo es posible? Tú no estabas herido ayer… — Murmuró Aria confundida, antes de recordar que al regresar él parecía estar un poco más calmado y había sentido como un líquido.— ¿Tú te c
—¿Por qué corriste a María? — Preguntó Gerard furioso, cuando Lucien atendió su llamada. —Se lo que hizo por órdenes tuyas y no voy a tener a alguien así en mi casa, como obedeció a tu orden puede hacerlo con la de alguien más y está vez envenenarme. — Respondió Lucien con frialdad, lo que sucedió no le molestaba tanto porque con esto su relación con Aria se había consolidado, pero no sé suponía que las cosas sucedieran de esa manera y además esto le había dado la excusa perfecta para finalmente deshacerse de María que ya le incomodaba bastante, quería poder estar sin esa máscara todo el tiempo y hacer sus cosas más libremente para que sus planes siguieran en curso. —María solo me es fiel a mí, ella nunca haría lo que dices, no digas tonterías, quiero que ella siga trabajando para ti. — Exigió Gerard. —No voy a aceptar a esa mujer de nuevo aquí ni a ninguna otra, si lo que querías era tener a alguien de tu gente aquí nunca debiste pedirle que hiciera algo así, porque no voy