—¿Por qué corriste a María? — Preguntó Gerard furioso, cuando Lucien atendió su llamada. —Se lo que hizo por órdenes tuyas y no voy a tener a alguien así en mi casa, como obedeció a tu orden puede hacerlo con la de alguien más y está vez envenenarme. — Respondió Lucien con frialdad, lo que sucedió no le molestaba tanto porque con esto su relación con Aria se había consolidado, pero no sé suponía que las cosas sucedieran de esa manera y además esto le había dado la excusa perfecta para finalmente deshacerse de María que ya le incomodaba bastante, quería poder estar sin esa máscara todo el tiempo y hacer sus cosas más libremente para que sus planes siguieran en curso. —María solo me es fiel a mí, ella nunca haría lo que dices, no digas tonterías, quiero que ella siga trabajando para ti. — Exigió Gerard. —No voy a aceptar a esa mujer de nuevo aquí ni a ninguna otra, si lo que querías era tener a alguien de tu gente aquí nunca debiste pedirle que hiciera algo así, porque no voy
— Señor, los señores Halls están aquí, dicen que quieren verlo. — Anunció Priscilla al entrar al comedor y Aria se tensó al escuchar esto. Melissa no había dejado de llamarla estos días pidiéndole que hablara con Lucien para que les diera más dinero y a pesar de que ella le había dicho que si lo haría, nunca estuvo en sus planes hacerlo, pero ahora que ellos habían venido hasta aquí no podía ser para algo bueno. — Hazlos pasar. — Ordenó Lucien. — Si señor. — Aceptó Priscilla y se retiró rápidamente. Lucien saco la máscara de su bolsillo y luego de ponérsela miro a Luna. — Luna es mejor si subes a tu habitación. — Le dijo Lucien a la pequeña la cual frunció el ceño. — Pero papi… — Se quejó ella haciendo un puchero triste. — Luna. — Dijo Lucien con voz y la pequeña con esto asintió antes de levantarse de la mesa para retirarse con su carita llena de tristeza. Luna se sentía llena de agravios en su corazón, pero en este momento solo podía obedecer, así que avanzó abatida. Aria a
— Parece que has olvidado las cosas que te enseñe en el pasado, ya no sabes respetar, tal vez deberías venir a casa con nosotros por unos días para darte una lección. — Dijo Oliver con su voz llena de peligro y Aria se estremeció. A pesar de que al estar durmiendo con Lucien ya no le acechaban esas terribles pesadillas de los días en que era castigada, cada vez que recordaba esos momentos seguía causándole terror. Su cuerpo no pudo evitar temblar y sus ojos comenzaron a cristalizarse al ver la mirada amenazante de Oliver. — Me gustaría saber con que derecho pretende castigar a mi esposa. — Masculló Lucien al entrar al salón, su mirada era más fría de lo normal y su aura peligrosa. Todos voltearon a verlo bastante sorprendidos, sin saber que hacer y a excepción de Aria que se sintió un poco aliviada por su presencia, los demás estaban muy nerviosos al ser descubiertos en esta situación. — Es que está niña está comportándose muy mal, somos sus padres a veces es necesario enseñarle u
— Diana se ha estado reuniendo con los Halls, aún no se que están planeando, pero ellos quedaron bastante molestos porque no les diste el dinero que esperaban y además tuvieron que firmar un documento, lo cuál les disgustó más. — Informó Max. — Lo más probable es que quieran hacer algo en mi contra de nuevo, hay que estar muy atentos a sus movimientos, la situación de los Halls va a ir empeorando cada vez más y eso los volverá más peligrosos. — Comentó Lucien pensativo, sabía que habían vuelto a llamar a Aria para que hablara con él para decirle que el dinero que les dio no era suficiente y ella parecía estar bastante preocupada y él sentía que había algo que ella no le estaba diciendo, pero no podía obligarla a decirle. — Si, las cosas en su empresa van mucho peor, también están presionando a Noah para que les devuelva el dinero, pero las cosas para él tampoco van bien, incluso su padre ahora está muy enfermo, dudo que pueda devolverles algo. — Aunque él no estaba en mis planes su
— Eres tan linda. — Susurró Lucien quitando el cabello del rostro de Aria, la cuál estaba sonrojada y un poco sudada porque acababan de terminar de hacer el amor. Aria se quedo en silencio por un momento, había disfrutado mucho de lo que acababa de pasar, pero había algo que no podía seguir ignorando, pensaba que por más que él tuviera gran fuerza en sus brazos no podía moverse así si sus piernas no funcionaban, porque aunque él ahora la guiaba un poco a ella para que hiciera cosas, él seguía haciendo el mayor trabajo, por esta razón las dudas en su cabeza seguían creciendo. — ¿En qué piensas? — Cuestionó Lucien acomodándose para mirarla a los ojos, al darse cuenta que ella parecía estar un poco aturdida. — Tus piernas… ¿Puedes moverlas? — Preguntó Aria dudosa y muy nerviosa, no quería ofenderlo o que él se sintiera mal por esto si no era el caso, por esa razón había evitado hacer está pregunta antes, pero ya no podía seguir haciéndolo. Lucien se quedó en silencio por un momento a
— ¿Puedes dar unos pasos? Me gustaría verte hacerlo, claro que si esto te lastima mucho, no puedes o no quieres, no hay problema. — Dijo Aria observándolo, desde la confesión de ayer, ella había querido verlo haciendo esto. — Puedo hacerlo, pero con un poco de dificultad y solo pocos pasos. — Accedió Lucien levantándose de la silla sosteniéndose de los reposabrazos de su silla de ruedas y Aria al ver esto se acercó de inmediato. — Puedo ayudarte a hacerlo para que no te esfuerces demasiado. — Ofreció con ojos brillantes, la emocionaba mucho ver que él podía levantarse de esa silla, que él pudiera tener esta libertad y que las personas que lo lastimaron en el pasado no consiguieran quitársela. — No hace falta, quiero hacerlo solo, igual siendo tan pequeña y yo tan grande y pesado será difícil para ti. — Se negó él con una sonrisa, le parecía muy lindo de su parte que quisiera ayudarlo. Aria lo observó por unos segundos antes de darse cuenta de que él tenía toda la razón, ya era imp
— Creo que eso no tiene nada que ver conmigo, el dinero que se les ha dado ya es suficiente, así que de mi parte no recibirán más que el tratamiento para la señora Amelia. — Aseguró Lucien, dejando a Melissa mirándolo con rabia. — Aria dile algo a tu esposo, nosotros somos tu familia. — Espetó Melissa y Aria apretó los labios, ella ya estaba muy agradecida con Lucien por ayudar con el tratamiento de su abuela, no era capaz de exigir nada más. — Hermana no puedes ser tan poco filial después de todo lo que han hecho nuestros padres por ti, ahora que necesitamos ayuda de tu esposo deberías ayudarnos con esto. — Dijo Michelle que iba entrando y escuchó parte de la conversación. — Ella no es quien toma estás decisiones, si no yo, así que no la metan en esto. — Aclaró Lucien mirandolas con frialdad. Si Aria le pidiera que les diera dinero a ellos accedería aunque no le gustaría porque esto le traería consecuencias a él, pero lo haría por ella pero este no era el caso y debía decirles es
Aria se quedó mirando a la chica por un momento, sorprendida de volver a ver esta persona luego de tantos años y en una situación así. — No, primero deberíamos llamar a la policía para que se lleve a esta basura. — Se negó él hombre mirando a Noah con asco y alejándose un poco de él para sacar el teléfono de su bolsillo al mismo tiempo que miraba a Aria. Noah al escucharlo nombrar la policía y sabiendo lo que podría pasar después de lo que hizo porque estaba seguro que Lucien no lo dejaría ir al enterarse de que atacó a Aria, a pesar de su dolor se levantó del piso y empezó a correr con rapidez para alejarse, no podía dejarse atrapar sin vengarse. Dylan al verlo escapar también intentó ir por él, pero su hermana rápidamente lo detuvo. — Déjalo ir, la policía lo atrapará luego. — Dijo Clara tomando su brazo. — Es mejor si salimos de aquí. Dylan sin más opción se detuvo y miro a Aria frunciendo el ceño antes de preguntar. — ¿Estás bien? ¿Él te lastimó? — Estoy bien, muchas gracias