— Está bien, toma asiento y dime lo que tengas que decir. — Dijo Melissa.
— Gracias por darme la oportunidad señora Halls, yo quería pedirle la mano de su hija Michelle para casarme con ella cuánto antes. Sé que su esposo Sr. Halls no está y quería esperar hasta ese momento, pero ya no podemos esperar más, queremos casarnos pronto. — Espetó Noah tomando asiento al lado de Michelle y sosteniendo la mano de ella entre las suyas.
— ¿De verdad te vas a casar con ella? — Cuestionó Aria con su voz quebrándose al mismo tiempo que las lágrimas comenzaban a deslizarse por su rostro, ver al hombre que tanto amaba tomado de la mano con su hermana y pidiendo su mano, era desgarrador.
— Si, ¿Esas son lágrimas de felicidad hermana? Que linda eres. — Dijo Michelle al mismo tiempo que se levantaba para abrazar a Aria. — Pobre Aria, siempre pierdes, deberías estar acostumbrada y no aspirar a nada más que una vida miserable, que es lo que mereces, Noah es demasiado para ti. — Susurró en su oído y luego se separó de Aria para volver a tomar asiento.
Melissa al escuchar las palabras de Noah dudó por un momento, pero estaba dispuesta a aceptar lo que su hija quería.
— Está bien, aceptaré su matrimonio y estoy segura de que su padre también estará de acuerdo, pero él hablara con usted cuando llegue el futuro que tiene para ofrecerle a mi hija.— Declaró Melissa con una sonrisa. Cuando su esposo llegará, hablaría la parte de los negocios con Noah.
Por ahora, lo que a ella le importaba era que Michelle estuviera feliz y aunque se sentía un poco extraña porque Noah era el novio de Aria, ella no le importaba demasiado, solo que tenía que encargarse de que no se atreviera a decir nada sobre esto.
Aria que estaba intentando calmarse tuvo que salir corriendo hacía el baño a llorar, la impresión de esta noticia había sido muy grande. Todo se sentía incorrecto, su cuerpo tenía mucho frío y seguía muy débil, también presentía que había muchas cosas malas por suceder.
Cerró la puerta y empezó a sollozar con fuerza, después de eso, quería vomitar y sentía mareos porque lloraba tanto.
Lavó su rostro e intento recomponerse.
“No tengo porque sentirme mal, Noah me traicionó, no debo seguir amándolo, ni sufriendo por él.” repitiéndose una y otra vez. Pero, aunque se decía esto el dolor en su corazón seguía presente, porque los sentimientos y el dolor no desaparecen de un día para otro.
— Hermana, ¿Qué sucedió? ¿Te sientes mal? ¿Estas vomitando o qué? — Cuestionó Michelle detrás de la puerta fingiendo ser considerada, de hecho, la difamó ante su prometido Noah.
— Estoy bien, ya salgo. — Respondió Aria, preguntándose cómo Michelle podía ser tan buena actriz y engañar a todos con su máscara de amabilidad.
Después de lavarse la cara logró calmarse y salir de nuevo.
— Lo siento mucho, no me siento bien, así que iré a mi habitación. — Murmuró al volver al salón.
— Estás bastante extraña, ten cuidado con lo que haces, no quiero ninguna sorpresa. — Dijo Melissa frunciendo el ceño y rápidamente el ceño de Noah también se frunció al entender el significado de sus palabras.
Noah se quedó observando a Aria detenidamente, preguntándose si era posible que ella vomitara por tener un hijo en el vientre.
Claro que si era así este bebé no pertenecía a él, ya que ella siempre se había negado a entregarse a él.
Solo pensar en que estaba esperando un hijo de un hombre cualquiera como los del bar lo llenaba de rabia.
— Solo estoy cansada, buenas noches y felicidades por su boda. — Dijo Aria, sintiendo que cada palabra la desgarraba y se fue rápidamente a su habitación, sin querer tener que seguir viendo la sonrisa arrogante de Michelle.
Al entrar a su pequeña habitación, se acostó en la cama y finalmente dejo caer todas sus lágrimas contenidas, desahogando su dolor sobre la almohada, se sentía tan cansada de todo esto, de todo el dolor que le causaba está supuesta familia y solo quería escapar, alejarse para siempre de ellos y del sufrimiento.
Pero estaba su abuela que solo le importaba y le trataba como su verdadera familia, no podía irse sin más, porque nadie más en la familia estaba al pendiente de su abu Amelia como debería. Aria no era capaz de simplemente alejarse sin preocuparse.
Lloró hasta quedarse dormida, arrepintiéndose de entregarle su corazón a Noah para que esté lo hiciera pedazos y también de haber creído que podría ser feliz con él, porque esto solo fue una falsa ilusión y cuando todo se derrumbó frente a ella la destruyó, ni siquiera deseaba volverse a despertar.
Cuando apenas llevaba dormida unas pocas horas se despertó al escuchar que alguien tocaba la puerta de la habitación y confundida pensando que ya había amanecido y Melissa la estaba buscando porque quería pedirle que hiciera algo, se levantó para abrir la puerta.
— ¿Qué haces tú aquí? — Preguntó sorprendida al ver a Noah de pie en su puerta y este sin dar ninguna respuesta, rápidamente la empujó y entro a la habitación y tapó su boca antes de que ella consiguiera gritar.
— ¿Estás esperando un hijo de otro hombre no es así? ¿Quién es él? ¿es uno de los del bar?
Aria quedó atónita y parpadeó inocentemente.
——¿Aún quieres mentirme? No trates de hacerte el tonto. Michelle ya me había dicho que me engañabas con otros y pensé que no era así por tu cara de inocencia, pero en realidad eres una sucia cualquiera que se acuesta con todos los hombres que quieran con ella, menos conmigo que era tu novio. — Masculló Noah furioso.
Hoy se había quedado a dormir aquí, pero lo menos que pudo hacer fue eso, la idea de que Aria pasó la noche con otro hombre lo estaba volviendo loco.
Después de que la cena terminó él había subido a la habitación con Michelle y ella le dijo que Aria había estado vomitando y que era muy probable que tenia un hijo en el vientre.
Aria no podía creer que él le estuviera diciendo algo así, cuando el único traidor era él, pero ahora estaba un poco más claro que Noah no volvería a confiar en ella y ni siquiera la dejaría explicarse.
— Suéltame ya. — Balbuceó Aria, todavía con la mano de Noah en su boca impidiéndole hablar correctamente.
— Te voy a soltar, pero no se te ocurra gritar o lo vas a lamentar. — Amenazó Noah antes de retirar su mano.
— Tú no tienes derecho a pedir ninguna explicación sobre mi vida, te vas a casar con Michelle y ella está esperando a tu hijo, se feliz con ella y déjame en paz. — Masculló Aria.
Ella no podía creer que él pudiera pensar que ella de verdad hizo esas cosas, la conocía muy poco en verdad y eso dolía, porque todo el tiempo que estuvieron juntos ella se había desvivido por él y nunca pasó por su cabeza ni la mínima posibilidad de engañarlo.
— Tengo derecho a hacerlo porque te estuviste acostando con otros cuando eras mi novia. — Dijo Noah con su voz baja llena de una frialdad aterradora y peligrosa, rodeando el cuello de Aria con su mano.
El rostro de Aria instantáneamente se puso rojo debido a la dificultad para respirar, trató de defenderse, pero fue en vano.
— ¿Cómo te atreves a hacerme algo así? Eres una cualquiera, ¿No me vas a decir de quién es? — Preguntó apretando más fuerte su cuello, haciéndole a Aria más difícil respirar.
Aria luchaba por quitar su mano al mismo tiempo que sus ojos del llenaban de lágrimas y Noah al darse cuenta de esto aflojo un poco su agarre, pero no la soltó.
— Eres un descarado, no tienes ningún derecho a pedirme explicación alguna, vete de aquí. — Susurró ella con voz débil.
Le costaba entender como no se había dado cuenta antes de cómo era Noah en verdad, ella siempre lo había visto como el hombre perfecto y ahora se daba cuenta de que estaba muy lejos de eso, él era cruel, desvergonzado, traicionero y malo, había estado tan equivocada y ahora darse cuenta de la realidad la estaba desgarrando, mientras más lo conocía, más dolía su corazón, a pesar de todo aún lo amaba, pero también comenzaba a odiarlo y estaba agradecida porque al menos había tomado una buena decisión y nunca se había acostado con él.
— Aria tú no sabes de lo que soy capaz, así que dime de quién es ese bebé. — Insistió Noah mirándola cada vez más furioso.
Volvió a apretar su agarre con más fuerza y por más que ella intentaba soltarse y sus lágrimas empezaban a caer sintiéndose desesperada al no poder respirar pensando que moriría.
Noah vio que Aria estaba dejando de luchar y sus ojos comenzaban a cerrarse, así que la soltó y ella cayó al suelo, tosiendo.
— Si de verdad estabas esperando un hijo de otro hombre, yo mismo me voy a asegurar de que ese niño no llegue a este mundo, también voy a averiguar quién es ese hombre y acabaré con él. — Amenazó Noah.
Aria intentaba llenar sus pulmones de aire de nuevo, así que no pudo contestar nada.
— ¡Recuerda mis palabras! — Espetó Noah antes de salir finalmente de la habitación.
Aria se quedó en el piso, tocando su cuello mientras sus lágrimas no dejaban de salir, ella no se había acostado con nadie, por lo que no esperaba un bebé.
Ahora sabía cómo era Noah estaba segura que él cumpliría su amenaza, él era un monstruo a quien ella había idealizado como un príncipe. Nunca pudo ver ni el menor arrepentimiento en la mirada de Noah por hacerle lo que le estaba haciendo, había sentido mucho miedo de él, su comportamiento había sido aterrador, pensó que él era capaz de matarla.
Lloró desconsolada sin levantarse del suelo por haberse enamorado de un hombre que era capaz de hacerle algo como esto, ella sintió que iba a morir.
En el pasado él la había tratado tan bien, siempre había sido muy lindo con ella, siempre había tratado de hacerla feliz, él había sido como una luz de esperanza cuando todo en su vida iba mal, pero esa luz se había vuelto parte de la terrible oscuridad y ahora era mucho más aterradora y dolorosa.
A la mañana siguiente, Aria se levantó sintiéndose terrible,había llorado demasiado y su cabeza dolía por no poder descansar bien y sucarita estaba hinchada, también tenía moretones en su cuello y le dolía, pero aunasí tenía que levantarse, ya que debía ayudar con la limpieza de nuevo y luegoirse a su trabajo.Después de lavarse la cara, se vistió poniéndose una camisade cuello alto para que no pudieran verse las marcas en su cuello y salió de lahabitación para comer algo.Después de esto empezó con sus labores, ya sabía que todoslos demás estaban despiertos, pero ellos estaban desayunando en el jardín yestaba agradecida por eso, porque no deseaba ver a ninguno de ellos.Cuando terminó lo que correspondía y estaba por ir a suhabitación para cambiarse, Melissa se acercó a ella.— Vamos a mi habitación, tengo algoque hablar contigo, te lo iba a decir ayer, pero como te sentías mal lo dejepara hoy. — Espetó Melissa y Aria frunció el ceño confundida. Melissa nunca antes la hab
Aria había estado cada vez más deprimida estos días, y ni siquiera la dejaban ir al trabajo ni ir a visitar a su abuela al hospital, al parecer tenían miedo de que pudiera escaparse antes de la boda y por eso la habían restringido a quedarse en casa, por eso había tenido que renunciar a su trabajo y ahora ella solo podía estar en su habitación o hacer la limpieza de la casa, no habían más opciones y ya su boda se acercaba, lo que hacía que su corazón doliera inmensamente. Sabía que ya esto estaba en marcha y su madrastra se estaba encargando de los preparativos y no le había pedido ni siquiera su opinión, ella había elegido todo, incluso el vestido que ella usaría, no es que a Aria le importará todo esto, porque sabía que este no sería un día alegre si no un día lleno de tristeza. —Ya no falta nada para tu boda hermanita, ¿Estás feliz de casarte con un discapacitado? Deberías estar agradecida, al menos tiene dinero y no es un mendigo como tú. — Espetó Michelle con una sonrisa lle
Una boda podía ser el día más feliz en la vida de una persona, pero este no era el caso de Aria, que se encontraba llorando, sentada frente a un espejo negándose a qué la maquillaran. — Mamá por favor, no me hagas casarme, yo no quiero hacer esto. — Suplicó desconsolada, no tenía muchas esperanzas sobre esto, pero necesitaba intentarlo. — Ya hablamos de esto, lo vas a hacer y punto, tienes que pagar todo lo que te hemos dado hasta ahora. — Masculló Melissa. — Yo sé que han hecho mucho por mí, pero deja que se los pague de otra forma, yo no me quiero casar con ese hombre, Michelle es quien estaba comprometida, ya que ella no se va a casar con él solo cancelemos esto por favor.— Insistió Aria desconsolada, ella tenía mucho miedo de la vida que le podría esperar junto a Lucien. — Lo harás, porque si no lo haces te puedes olvidar de tu abuela y de que sigamos pagando ese tratamiento porque nos quedaremos en la ruina por tu culpa y no vuelvas a mencionar que es Michelle con quién él qu
Aria se quedó callada por un unos segundos intentando darse la fuerza que necesitaba para hacer esto, pensando en el bienestar de su abuela y no ser castigada por su familia, sabia que si decía que no Oliver incluso sería capaz de matarla a golpes. — Si, acepto. — Respondió finalmente y Lucien frunció un poco el ceño al darse cuenta de todas las emociones que habían pasado por el rostro de ella en tan solo unos segundos y también noto sus ojos rojos. — Señor Gray, ¿Acepta usted cómo esposa a la señorita Aria Halls, para amarla, respertarla y serle fiel hasta que la muerte los separe? — Si, acepto. — Contestó Lucien sin dudar ni un poco. — Los declaró marido y mujer, puede besar a la novia. Estás palabras llenaron a Aria de frialdad al pensar que tenía que besar a Lucien, no quería besar a un hombre que acababa de conocer, a pesar de que era su esposo, pero esto no lo había decidido ella y cuando lo miro apretando los puños nerviosa sin saber que hacer, se dio cuenta que él tampoco
— Venga conmigo. — Pidió Max cuando llegaron a la mansión y abrió la puerta del auto para ella y Aria bajo sorprendida por lo que veía, la casa en la que vivía antes era muy grande y hermosa, pero está definitivamente estaba a otro nivel. — Antes de que entremos necesito que firme esto. — Le recordó Max extendiéndole un documento y un bolígrafo y Aria sin pensarlo demasiado lo tomo y firmo, después de todo ya estaba casada y no había vuelta atrás, solo que su esposo se cansara de ella y la desechara, rogaba en su interior porque esto sucediera rápido. — Aquí tiene. — Perfecto, vamos. — Espetó Max y rápidamente entraron a la mansión, para encontrarse con un guapo hombre sentado en el sofá, al lado de él había una silla de ruedas vacía y esto confundió a Aria, ese hombre no podía ser su esposo, habían dicho que había quedado hecho un monstruo, pero este hombre no solo no parecía un monstruo, si no que era increíblemente atractivo, no tenía ni una sola cicatriz en su perfecto rostro y a
Habían transcurrido algunos días desde la boda y Aria como se lo indicaron hoy estaba ayudando con la limpieza de la casa, de su estancia aquí esto y pasar tiempo con Luma era lo más sencillo para ella, ya que ya estaba adaptada a limpiar, pero si había sorprendido a Lucien y a Priscila porque hacía todo muy bien y sin quejarse, no entendían muy bien como esto era posible si ella venía de una familia influyente, debería ser una chica mimada y sufrir al hacer estás cosas, pero eso no parecía ser así.—Señorita, cuando terminé aquí puede seguir con las habitaciones, yo voy a estar muy ocupada porque tengo que preparar una gran comida ya que el señor Gray viene a cenar. — Dijo Priscila al pasar por su lado.—Esta bien. — Aceptó Aria y continúo con lo que estaba haciendo un poco pensativa, está seria la primera vez que ella se encargaría de limpiar las habitaciones y por lo tanto podría conocer la habitación de Lucien y esto le intrigaba un poco, porque él le parecía muy misterioso, d
— ¿Qué hablaron ustedes dos? — Preguntó Lucien arqueando una ceja cuando ella volvió a entrar a la casa, él ya no tenia la máscara puesta. — Nada importante, buenas noches, iré a dormir. — Respondió Aria antes irse y Lucien frunció el ceño. — Papi, no me gusta que utilices esa máscara, ahora que viene María, ¿La tendrás que utilizar todo el tiempo? — Preguntó Luna. — Lamentablemente si, princesa, pero será por poco tiempo, me encargaré de que María vuelva pronto a casa de tu abuelo. — Contestó Lucien, no estaba dispuesto a tener los ojos de esa mujer sobre él todo el tiempo, eso podría perjudicar sus planes. — Está bien papi. — Aceptó Luna y le dio un beso en la mejilla a Lucien haciéndolo sonreír. — Eres la luz de mi vida princesita hermosa. — Le dijo él con sus ojos brillando llenos de amor hacía su hija y la abrazó. Mientras abrazaba a Luna recordó que con la llegada de María, él y Aria no podían seguir durmiendo en habitaciones separadas, así que debía arreglar esto pronto, t
Aria estaba durmiendo cuando escuchó su teléfono sonar y abrió los ojos para darse cuenta de que no era la alarma, si no una llamada de Melissa. — De verdad que eres una niña mal agradecida, desde que te casaste ni siquiera me has llamado. —Reclamó Melissa, apenas Aria contestó su llamada. — Yo no me quería casar, solo cumplí con lo que me pediste. —Replicó Aria, no soportaba que Melissa fingiera ser una buena madre cuando no era el caso.— Tonterías, tenías que venir a visitarnos, se supone que tu esposo debe venir contigo, no nos están tratando como su familia. —Masculló Melissa. — No creo que él esté de acuerdo con eso, ya obtuvieron el dinero, no entiendo para qué quieres que vayamos. —Murmuró Aria, sabía que Lucien no estaría de acuerdo, él nunca salía de casa y ella tampoco quería volver a ese lugar, no deseaba tener que lidiar con las burlas de Michelle y Noah mientras se regocijaban en su cara. — Supongo que ya no deseas ver a tu abuela, cuando se entere que te casaste y ya