MADDISONLo admito, tener que ver el rostro de quien me ha conocido bien… Al menos físicamente, no es cosa fácil, de alguna manera me siento avergonzada, Barth parece un buen tipo, un hombre atento y maduro. Termino de llenar con café su jarro de vidrio y regreso a la sala donde él teclea algo en su móvil. —Listo —le sonrío. Aparta la mirada de su móvil, me devuelve la misma sonrisa, solo que con un aire más halagador. —Muchas gracias, no sabes lo que me has salvado, un doctor, aunque no es sano, no podemos vivir la mayoría del tiempo sin cafeína. —Entiendo —me siento a su lado. —No sabía que vivían ustedes aquí —inquiere con cautela. Aunque en el fondo sé que solo trata de ser amable.—Viviré una temporada aquí, en lo que el bebé nace —me sincero. —Levi no es de los hombres que parecen vivir en un departamento, sé que es el heredero de la familia Carrier y Evenson, por lo que debe estar acostumbrado a muchas comodidades. —Él no vivirá aquí, solo yo. No entiendo por qué. Pero
MADDISONOdio a Levi Evenson, no sé si se deba a las hormonas o al hecho de que estamos juntos en esto, haberme acostado con él, sin duda ha sido el peor error que pude haber cometido, y ahora estoy en este lío, cuando sugerí una malteada en la cafetería cercana al hospital, jamás imaginé que Barth fuera toda una estrella como los de Dr. House. Incluso me doy cuenta de que tiene muchas colegas que lo miran con ojos de deseo, como la mujer pelinegra que le coquetea con poca discreción, mientras yo bebo mi malteada de fresa. —Nos vemos en una media hora —le dice él. —Por supuesto —ríe tonto, y coloca su mano sobre su hombro para después lanzarme una mirada hostil—. Hasta luego. No le respondo, ella se marcha muy rápido y yo estoy demasiado extasiada con lo mío como para meterme en esta clase de problemas. —Vaya, al parecer eres toda una celebridad en el hospital —bromeo—. Debería cuidarme de tus fans, no vayan a pensar que estamos saliendo. Suelta una risotada. —No mezclo el tra
MADDISONLlamo a la primera persona que se me cruza por la mente, y ese es Levi, no me responde, no sé qué debo hacer, hago un nuevo intento hasta que atiende. —Levi… —En estos momentos no puedo atenderte, sigo en el hospital con Nolan, te llamaré después. —Pero es importante, recibí… Cuelga, ni siquiera se toma el tiempo, un maldito minuto en escuchar lo que tengo que decir, siento que el aire colapsa en mis pulmones, no sé qué hacer, me siento mareada, perdida, Harley mantiene el móvil apagado en estas horas debido a su trabajo como pasante. Por lo que recurro a la segunda persona. —¿Maddison, todo bien? —inquiere Barth al atender al segundo timbre. —Siento molestarte, es que no sé qué hacer o a quién más acudir, perdona si estás en horario laboral —balbuceo.—Tranquila, por hoy he terminado, de hecho voy subiendo al edificio —me dice y eso hace que me tranquilice un poco. —Gracias, es que… —Ahora mismo voy a tu departamento, espera tres minutos. Colgamos y me quedo a la e
MADDISONEstoy en la sala de espera, los nervios me matan y aunque sé que no son buenos para mi estado, es algo que no puedo evitar, en especial cuando recuerdo toda la sangre que brotaba de Levi, camino de un lado a otro, hace cinco minutos que Harley se marchó, estuvo conmigo en su hora de descanso y prometió que averiguaría qué ha pasado con él. Estoy a nada de volver a interrumpir a la enfermera recepcionista, cuando llega la persona que menos tenía ganas de ver: Romina. —¿En dónde está mi marido? —pregunta alterada. Me quedo en silencio observando la escena, ¿qué hago aquí? No tengo derecho, ella sí, es suya, su mujer, pensar en eso hace que los celos afloren y solo tenga deseos de esconder mi cabeza en la tierra. Hasta que se da cuenta de mi presencia. —¡¿Qué haces aquí?! —chilla, caminando hacia mí como un soldado a punto de la batalla. —No es tu asunto —respondo con seguridad. Ella rechina los dientes, recorriendo mi cuerpo de arriba abajo, es ahí cuando me recuerdo que
MADDISONUna locura, eso es a lo que me sabe cada que miro a Levi, hablando con los socios de manera alegre, como si nada hubiera pasado, como si lo que está pasando fuera cosa de la nada, lo veo a través del cristal de la ventana de su oficina, donde me pidió que lo esperara, cuando la puerta se abre. —Debes estar contenta con lo que acaba de pasar —dice Romina. Sus ojos están llorosos, aunque hay rabia en ellos. —No sé de lo que hablas —arguyo molesta—. No me esperaba esto. —¡Por favor, si no eres más que una puta! —me acusa. Lo único que temo es que se acerque demasiado a dónde estoy, puede que quiera acabar conmigo y eso no lo voy a permitir. —Vete, no quiero discutir, si tienes algo que decir, háblalo con Levi —me cruzo de brazos—. A mí no me jodas. Mi respuesta parece que la hace crispar, no me importa. —Él nunca será tuyo —sentencia antes de darse la media vuelta y marcharse cerrando la puerta con un enorme portazo que retumba por toda la estancia. Camino de un lado a
MADDISONLevi me penetra de un modo que absorbe mis energías, cada una de ellas, eso es algo que no se puede evitar, luego de lo que pasó en su oficina, él simplemente me ha llevado de vuelta al departamento, y llevamos todo el tiempo encerrados, no atiende llamadas, solo baja por algunos aperitivos y luego me vuelve a follar, ¿cómo es que las cosas cambiaron de este modo? Nunca lo sabré, me dijo que le gustaba, bueno… él a mí también, aunque eso es solo lo que significa, es una gusto físico, no es que haya sentimientos de por medio. Para cuando amanece, estoy agotada, me levanto, él sigue dormido a mi lado, me duele el cuerpo, voy al baño, por más que le dije que fuera menos brusco, no me hizo caso, solo espero que nuestro bebé esté bien, o de lo contrario sus bolas lo van a pagar. Me doy una ducha rápida para después ver mi reflejo en el espejo y darme cuenta de que algo ha cambiado. Me tomo un par de segundos para hacer un recuento de los daños y de todo lo que me ha pasado desde
MADDISONLevi no está contento con esto, lo sé, pero Barth no ha hecho nada para que dudemos de él, no tiene segundas intenciones conmigo, estoy segura de que solo está preocupado por mí y el asunto del bebé, después de todo, es él quien se estuvo al pendiente en todo momento cuando más lo necesitaba. —Tranquilo, estamos solos —le digo sonriente. Harley se fue hace un momento, argumentando que tenía cosas que hacer, y Levi se encuentra en la habitación, escuchando a hurtadillas seguramente. —Gracias por aceptar —se pasa una mano por el cabello—. Espero no causarte un problema con Levi. Me sorprende que hable de él en ese tono tan distante. —No te preocupes, ¿De qué quieres hablar? Traga grueso, se sienta a mi lado y me mira fijamente. —Pensé que Levi estaba casado con Romina y que tú solo eras la madre de su hijo —comienza con cautela. —Es largo de contar, al parecer su matrimonio con Romina no era real, como sea, creo que los dos estábamos alejándonos de lo que realmente sent
MADDISONNo me siento cómoda en este sitio, es como estar en medio de una canasta llena de víboras que en cualquier momento te van a atacar, eso es lo que son para mí la familia Carrier y Evenson. Ha pasado una semana desde que recibí el paquete extraño y que vi aquella sombra, al principio pensé que se trataba de puras imaginaciones mías, ahora no estoy tan segura. Levi mandó revisar las cámaras de seguridad, no encontró nada, es como si el paquete hubiera llegado como por arte de magia, cosa que le molestó y es por ello que mandó colocar más. Incluso en nuestra habitación, asegurándome que solo él y yo podríamos revisar las de esa sección. En caso de ser necesario, claro. Esa misma semana me llevó hasta el Ayuntamiento, donde nos casamos por lo legal, esta vez sin trampas y real, por lo que es mi marido y no solo el padre de mi hijo, también me cambió de doctor, cosa por la que nos adentramos en una fuerte discusión, ya que no tiene nada de qué temer, Barth es profesional y no mez