MADDISONLevi no está contento con esto, lo sé, pero Barth no ha hecho nada para que dudemos de él, no tiene segundas intenciones conmigo, estoy segura de que solo está preocupado por mí y el asunto del bebé, después de todo, es él quien se estuvo al pendiente en todo momento cuando más lo necesitaba. —Tranquilo, estamos solos —le digo sonriente. Harley se fue hace un momento, argumentando que tenía cosas que hacer, y Levi se encuentra en la habitación, escuchando a hurtadillas seguramente. —Gracias por aceptar —se pasa una mano por el cabello—. Espero no causarte un problema con Levi. Me sorprende que hable de él en ese tono tan distante. —No te preocupes, ¿De qué quieres hablar? Traga grueso, se sienta a mi lado y me mira fijamente. —Pensé que Levi estaba casado con Romina y que tú solo eras la madre de su hijo —comienza con cautela. —Es largo de contar, al parecer su matrimonio con Romina no era real, como sea, creo que los dos estábamos alejándonos de lo que realmente sent
MADDISONNo me siento cómoda en este sitio, es como estar en medio de una canasta llena de víboras que en cualquier momento te van a atacar, eso es lo que son para mí la familia Carrier y Evenson. Ha pasado una semana desde que recibí el paquete extraño y que vi aquella sombra, al principio pensé que se trataba de puras imaginaciones mías, ahora no estoy tan segura. Levi mandó revisar las cámaras de seguridad, no encontró nada, es como si el paquete hubiera llegado como por arte de magia, cosa que le molestó y es por ello que mandó colocar más. Incluso en nuestra habitación, asegurándome que solo él y yo podríamos revisar las de esa sección. En caso de ser necesario, claro. Esa misma semana me llevó hasta el Ayuntamiento, donde nos casamos por lo legal, esta vez sin trampas y real, por lo que es mi marido y no solo el padre de mi hijo, también me cambió de doctor, cosa por la que nos adentramos en una fuerte discusión, ya que no tiene nada de qué temer, Barth es profesional y no mez
MADDISONMe remuevo inquieta, no tengo idea de dónde me encuentro, siento el cuerpo pesado, como si me hubieran atropellado, la cabeza me duele y el corazón me palpita con fuerza, abro los ojos y lo primero que hago es tocar mi vientre, sigo con el vestido de novia, diviso a mi alrededor, estoy dentro de lo que es una habitación demasiado lujosa, es de noche, las luces están encendidas incluida una chimenea. Me incorporo, me asomo por la ventana, sin embargo, todo es demasiado oscuro, me perdí la boda, eso es seguro, con el miedo a flor de piel, me dirijo a la puerta e intento abrir, no se puede, permanece con llave, busco algo a mi alrededor que me permita defender en caso de ser necesario. No encuentro nada, camino de un lado a otro, me voy contra la ventana, la deslizo, me asomo y enseguida desciendo la mirada al notar que un punto rojo se ancla en mi vientre. Sigo la dirección y viene de entre todo el bosque, el punto sigue fijo, no se muevo, tampoco reconozco alrededor, por lo
MADDISONEl piso se me mueve cuando trato de entender la presencia de mi madre aquí, es decir, esto no puede estar pasando, se ve tan bien, como si nunca hubiese tenido cáncer ni muerto, no entiendo lo que pasa, hasta que escucho a mis espaldas como Levi tose sangre y se queja. —Bájalo —demando al hombre que se hace llamar mi padre. —No —espeta con dureza—. Él tiene que pagar lo que hizo, por poner sus ojos en mi hija. Cierro los ojos. —Es mi esposo… —No por mucho tiempo. —¡Si eso es cierto, no importa que seas el donante del esperma, jamás serás mi padre, él es mi esposo y nada ni nadie me va a hacer cambiar de opinión! —exclamo—. Si tienes un poco de amor hacia mí como dices, suéltalo y haz que le curen las heridas. —No —responde de nuevo en tono cero negociable. —Silas —habla mi madre no muerta. Ambos cruzan una mirada que no sé descifrar. Luego chasquea los dedos y enseguida entran dos hombres que no tardan en bajar a Levi, cuando lo hacen, me voy contra él. —Vas a estar
LEVICuando iba rumbo a la iglesia sucedió todo, un par de camionetas nos interceptaron, de ellas bajaron varios hombres armados, al principio pensé que quizá se trataba de un sucio juego de Romina, o incluso de Nolan, pero al poco tiempo comprendí que ni siquiera ellos tienen los cojones para hacerlo. Pronto me subieron a una de ellas, me colocaron un saco oscuro en la cabeza y luego me golpearon con algo, haciendo que de ese modo perdiera el conocimiento. Y ahora me encuentro en una habitación que no reconozco, me trajeron aquí para golpearme como si fuera un pedazo de carne sin motivo. Me duele todo el cuerpo, hace dos horas que me curó un doctor y luego se marchó pavorido en cuanto otro tipo armado, le susurró algo al oído. Estoy preocupado hasta la médula por Maddison, está embarazada y temo que haga una locura, si algo he aprendido de ella, es que cuando se encuentra en situaciones como está, no piensa bien, actúa por impulso. Camino de un lado a otro, ya he descansado suficie
MADDISONEs una locura, es lo primero que se me viene a la mente cuando termina de explicarme lo que está sucediendo, no conozco a ese señor que dice ser mi padre, pero con esto, no tengo las intenciones de hacerlo, mucho menos de aceptarlo en mi vida, no puede no estar conmigo en la mitad de mi vida, y aparecer de la nada para querer manejar hasta el aire que respiro, simplemente no lo apruebo. Mi madre, otra persona a la que no quiero ver ni en persona, pero que acepto por el hecho de que Levi me pidió que escuchara lo que tiene que decir, me observa con ojos llenos de anhelo y le lanzo dagas de fuego por los ojos. —No —respondo luego de analizar la situación.—No te estoy pidiendo permiso, es algo que pienso hacer y no está a discusión —dice él. —No puedes dejar a tu familia. —Mi familia eres tú y el hijo que estamos esperando. Cierro los puños. —Bueno, no puedes solo abandonar la empresa por la que luchaste tanto, ¿te recuerdo todo lo que has hecho? No solo fingiste casarte
MADDISONMis oídos pitan, siento que el piso se mueve bajo mi cuerpo, enseguida alguien me levanta cubriendo mi cuerpo con el suyo, es uno de esos hombres que resguardaban la puerta, todo es un caos a las afueras de la habitación, soy consiente de que no sé a dónde me llevan hasta que mi madre viene corriendo, agitada y con el rostro lleno de terror, hacia nosotros. Sus facciones se relajan y la sigo odiando. —Yo me encargo —les dice a los hombres. —No quiero ir a ningún lado contigo —me suelto de su agarre. —Lo harás si quieres que tu bebé esté a salvo —me vuelve a agarrar. Comprobando que esta no es la dulce mujer que tenía antes como madre, de cualquier modo no tiene caso alguno que haga un drama por algo en lo que ella tiene toda la verdad, la sigo hasta que bajamos unas enormes escaleras de mármol, salimos, afuera todos están disparando, a otros que están igual de armados, mi madre me cuida en todo tiempo, llegamos a la camioneta, me sube y arranca sin ella. Intento abrir la
LEVILas mafia negra, eso es lo que he sabido que es la mafia italiana, no había conocido a personas tan frías aparte de Tobias y de mí en la vida, al parecer estaba equivocado, respiro profundo mientras observo cómo Maddison absorbe toda la información que le doy, y todo lo sucedido anoche, aunque hay algo que me dice que la única cosa que al parecer no le agrada, es el hecho de que hubiera mujeres bailando en la reunión que tuve con su padre y al parecer, con algunos miembros de la hermandad. —No creo que sea buena idea que pelees con mi padre, ni siquiera tendría que llamarlo así —bufa, agarrando las sábanas con fuerza. —Es lo que se debe hacer, si le demuestro en una pelea a puño limpio, frente a frente, que soy digno de ti, aunque parezca ilógico, podremos regresarnos —vuelvo a repetir. Y es que tiene que entender que esta oportunidad no va a volver, vivir o dejar, que mi hijo crezca en un ambiente como este, no es lo que tengo en mente, que sea un mafioso de mierda, queda des