MADDISONMe remuevo inquieta, no tengo idea de dónde me encuentro, siento el cuerpo pesado, como si me hubieran atropellado, la cabeza me duele y el corazón me palpita con fuerza, abro los ojos y lo primero que hago es tocar mi vientre, sigo con el vestido de novia, diviso a mi alrededor, estoy dentro de lo que es una habitación demasiado lujosa, es de noche, las luces están encendidas incluida una chimenea. Me incorporo, me asomo por la ventana, sin embargo, todo es demasiado oscuro, me perdí la boda, eso es seguro, con el miedo a flor de piel, me dirijo a la puerta e intento abrir, no se puede, permanece con llave, busco algo a mi alrededor que me permita defender en caso de ser necesario. No encuentro nada, camino de un lado a otro, me voy contra la ventana, la deslizo, me asomo y enseguida desciendo la mirada al notar que un punto rojo se ancla en mi vientre. Sigo la dirección y viene de entre todo el bosque, el punto sigue fijo, no se muevo, tampoco reconozco alrededor, por lo
MADDISONEl piso se me mueve cuando trato de entender la presencia de mi madre aquí, es decir, esto no puede estar pasando, se ve tan bien, como si nunca hubiese tenido cáncer ni muerto, no entiendo lo que pasa, hasta que escucho a mis espaldas como Levi tose sangre y se queja. —Bájalo —demando al hombre que se hace llamar mi padre. —No —espeta con dureza—. Él tiene que pagar lo que hizo, por poner sus ojos en mi hija. Cierro los ojos. —Es mi esposo… —No por mucho tiempo. —¡Si eso es cierto, no importa que seas el donante del esperma, jamás serás mi padre, él es mi esposo y nada ni nadie me va a hacer cambiar de opinión! —exclamo—. Si tienes un poco de amor hacia mí como dices, suéltalo y haz que le curen las heridas. —No —responde de nuevo en tono cero negociable. —Silas —habla mi madre no muerta. Ambos cruzan una mirada que no sé descifrar. Luego chasquea los dedos y enseguida entran dos hombres que no tardan en bajar a Levi, cuando lo hacen, me voy contra él. —Vas a estar
LEVICuando iba rumbo a la iglesia sucedió todo, un par de camionetas nos interceptaron, de ellas bajaron varios hombres armados, al principio pensé que quizá se trataba de un sucio juego de Romina, o incluso de Nolan, pero al poco tiempo comprendí que ni siquiera ellos tienen los cojones para hacerlo. Pronto me subieron a una de ellas, me colocaron un saco oscuro en la cabeza y luego me golpearon con algo, haciendo que de ese modo perdiera el conocimiento. Y ahora me encuentro en una habitación que no reconozco, me trajeron aquí para golpearme como si fuera un pedazo de carne sin motivo. Me duele todo el cuerpo, hace dos horas que me curó un doctor y luego se marchó pavorido en cuanto otro tipo armado, le susurró algo al oído. Estoy preocupado hasta la médula por Maddison, está embarazada y temo que haga una locura, si algo he aprendido de ella, es que cuando se encuentra en situaciones como está, no piensa bien, actúa por impulso. Camino de un lado a otro, ya he descansado suficie
MADDISONEs una locura, es lo primero que se me viene a la mente cuando termina de explicarme lo que está sucediendo, no conozco a ese señor que dice ser mi padre, pero con esto, no tengo las intenciones de hacerlo, mucho menos de aceptarlo en mi vida, no puede no estar conmigo en la mitad de mi vida, y aparecer de la nada para querer manejar hasta el aire que respiro, simplemente no lo apruebo. Mi madre, otra persona a la que no quiero ver ni en persona, pero que acepto por el hecho de que Levi me pidió que escuchara lo que tiene que decir, me observa con ojos llenos de anhelo y le lanzo dagas de fuego por los ojos. —No —respondo luego de analizar la situación.—No te estoy pidiendo permiso, es algo que pienso hacer y no está a discusión —dice él. —No puedes dejar a tu familia. —Mi familia eres tú y el hijo que estamos esperando. Cierro los puños. —Bueno, no puedes solo abandonar la empresa por la que luchaste tanto, ¿te recuerdo todo lo que has hecho? No solo fingiste casarte
MADDISONMis oídos pitan, siento que el piso se mueve bajo mi cuerpo, enseguida alguien me levanta cubriendo mi cuerpo con el suyo, es uno de esos hombres que resguardaban la puerta, todo es un caos a las afueras de la habitación, soy consiente de que no sé a dónde me llevan hasta que mi madre viene corriendo, agitada y con el rostro lleno de terror, hacia nosotros. Sus facciones se relajan y la sigo odiando. —Yo me encargo —les dice a los hombres. —No quiero ir a ningún lado contigo —me suelto de su agarre. —Lo harás si quieres que tu bebé esté a salvo —me vuelve a agarrar. Comprobando que esta no es la dulce mujer que tenía antes como madre, de cualquier modo no tiene caso alguno que haga un drama por algo en lo que ella tiene toda la verdad, la sigo hasta que bajamos unas enormes escaleras de mármol, salimos, afuera todos están disparando, a otros que están igual de armados, mi madre me cuida en todo tiempo, llegamos a la camioneta, me sube y arranca sin ella. Intento abrir la
LEVILas mafia negra, eso es lo que he sabido que es la mafia italiana, no había conocido a personas tan frías aparte de Tobias y de mí en la vida, al parecer estaba equivocado, respiro profundo mientras observo cómo Maddison absorbe toda la información que le doy, y todo lo sucedido anoche, aunque hay algo que me dice que la única cosa que al parecer no le agrada, es el hecho de que hubiera mujeres bailando en la reunión que tuve con su padre y al parecer, con algunos miembros de la hermandad. —No creo que sea buena idea que pelees con mi padre, ni siquiera tendría que llamarlo así —bufa, agarrando las sábanas con fuerza. —Es lo que se debe hacer, si le demuestro en una pelea a puño limpio, frente a frente, que soy digno de ti, aunque parezca ilógico, podremos regresarnos —vuelvo a repetir. Y es que tiene que entender que esta oportunidad no va a volver, vivir o dejar, que mi hijo crezca en un ambiente como este, no es lo que tengo en mente, que sea un mafioso de mierda, queda des
MADDISONHumor, eso es lo que siempre me faltó, se debe a que desde pequeña viví una vida llena de carencias, tuve que aprender a emoujar el dolor que me carcomía por dentro, empujarlo a ese vacío al que visitaba por las noches cuando escuchaba a mi madre llorando, tuve que aprender a valerme por mí misma, a mantenerme a raya con la gente, a no confíar en nadie y a sobrevivir sin importar el costo, esas son las lecciones que aprendí a la mala. Pero sobre todo,que quiero, antes, me ponía límites que no debía cruzar, porque al hacerlo, significaría una guerra con el mundo, una que no estaba preparada para enfrentar, como ahora, que todos los hombres que protegen a quien se dice ser mi padre, me apuntan con la intensión de matarme. La mano me tiembla, la boca la siento seca, tengo mala puntería, tiré a matar, sin embargo, solo logré dispararle en el hombro, el cual se sostiene con fuerza casi sobrehumana, mientras Levi permanece en el suelo desangrándose. Hace cinco segundos que cayó, l
MADDISONObservo cómo mi madre se tensa cuando le informo que en cuanto Levi esté mejor, nos iremos, sé que tanto ella como mi padre, están aferrados a no dejarme ir, lo comprendo, sin embargo, lo que no puedo dejar pasar, es el hecho de que ellos dos solo estén pensando egoístamente. Tengo y voy a regresar a New York, es lo correcto, es lo que voy a hacer. Siento que el aire se me corta cuando Levi entra a la habitación donde nos hemos quedado más de dos meses, nuestra estancia aquí no ha sido lo más sencilla del mundo, Silas en todo momento quiere matar a Levi, y a mi me ponen de nervios los dos. Mamá y yo nos hemos mantenido a raya, creo que solo intenta que no me sienta incómoda, le dije que necesitaba espacio y es lo que me ha estado dando. De cualquier manera, sé que a Levi le urge el regresar, tiene que poner en orden la empresa, debido a que Nolan, con su esposa Diana, han estado tomando el mando de una manera a la que nada les importa. —¿En qué tanto piensas? La voz de Le