Un sonido molesto hace que Willow abra los ojos, parpadea varias veces para despertarse y comienza a tantear encima de la cama en busca del aparato que no deja de sonar. Harta de no hallar el móvil, decide levantarse, pero una mano se afianza a su cintura sin permitirle moverse.—Kyllian —susurra en voz baja intentado apartarlo de encima.—Umm...—Necesito ver quién llama —su jefe gruñe y abre los ojos lentamente.—No respondas, quien sea que sea entenderá que esta no es hora de molestar —dice con voz profunda.—Pero si es para algo importante no...—Shhh —un dedo en sus labios hace que guarde silencio—. Duérmete, debemos despertar temprano.Willow bufa resignada y se acomoda en el pecho de Kyllian que no duda ni un segundo en acercarla a su cuerpo.—Kyllian —lo llama de nuevo.—¿Ahora qué? —inquiere adormecido.—El hombre de aquel día, ¿quién es? —se refiere a Christian, así que su jefe capta rápidamente de quién habla.—¿Por qué de pronto la curiosidad?—No lo sé, se me hace familia
Antes de viajar, Kyllian averiguó que actividades podrían hacer en aquella isla de Governors. En la días se semana se alquilaba de forma gratuita para manejar bicicleta de paseo por una hora en el local de Blazing Saddles. Todos querían recorrer la isla y ver las maravillosas vistas al downtown Manhattan que tiene, por eso se levantaron temprano para llegar a una hora que les permitiera disfrutar del paseo y poder recorrer toda su extensión. Ya que ir a pie les tomaría más tiempo del necesario para caminarla completa. Cada uno eligió las bicicletas, un chico les indica como deben colocarse el casco y las rodilleras por seguridad.Kyllian se queda de último junto a Zander y las chicas, pero Megan está tan entusiasmada que decide emprender camino y se lleva consigo al abogado.—¿Esto es completamente seguro? —le pregunta Willow al muchacho.—Sí, nuestro equipo chequea todas las bicicletas luego de ser utilizadas —le asegura el muchacho.Kyllian que escucha la conversación, se acerca a
Zander sonríe ampliamente y comienza a interrogar a ambos, la joven muerde su labio con fuerza ante el montón de preguntas que hace el abogado. Megan al notar su nerviosismo, siente un poco de pena por la chica que parece aturdida por el parloteo de su novio.—Amor —interviene tomando por el brazo a Zander—. Lo mejor sería que luego converses eso a solas, con él.—Pero...—Me prometiste que iríamos a recorrer la isla —le recuerda colocando ojos de cachorrito.El abogado suspira profundamente sin ser capaz de negarse a los caprichos de su chica.—De acuerdo, lo que tú digas amor —besa su mejilla con cariño—. Nos vemos más tarde.—Adiós, que lo disfruten —expresa Willow levantándose de la cama.Al estar a solas, voltea a ver a Kyllian con una expresión de molestia en su rostro.—¿Qué?—No puedo creer que le ibas a contar con lujo y detalles lo que hemos hecho juntos. Eso es privado, por muy amigos que sean se trata de nuestra intimidad —reclama mientras se mueve de aquí para allá en la
—El día que vino a la empresa se me hizo familiar, así que luego de recordar dónde lo había visto antes, supe que fue en tu habitación. Hay una fotografía donde están ustedes tres —explica mirándolo de reojo.—¿Estabas hurgando en mis cosas?La joven abre la boca para hablar pero la cierra de golpe sin saber que excusa darle a su jefe.—Yo, no....La risa de Kyllian hace que la chica dé un respingo asustada.—Tenías que ver tu cara, fue épico —dice aún riéndose.—Idiota —masculla entre dientes.—¿Eso fue un insulto? —se hace el ofendido.—Te lo mereces, siempre terminas burlándote a mi costa —lo mira mal.—¿Te he dicho lo preciosa que te ves enojada?La joven intenta mantener su rostro serio pero al final acaba sonriendo sin poder evitarlo. Horas más tardes regresan al hotel, se cambian de ropa para ir a descansar, puesto que mañana deberán volver a su rutina de siempre.(...)El cielo está con enormes nubarrones grises, así que la joven agradece haber traído un paraguas con ella. Inm
—¿Al menos se ha parado a pensar en el daño que le hará a su hijo cuando se entere de la verdad? —la mujer ni se inmuta ante aquello—. Veo que no es así, tan cegada está por la avaricia que siquiera le importa los sentimientos de su hijo.—No tienes derecho a opinar en esto, también estás siendo avariciosa al haber aceptado este trabajo sabiendo el objetivo —replica y la joven aprieta los puños a los costado de sus brazos.—Es tan malvada —espeta con odio.No le queda dudas de que aquella mujer que aparentó ser buena, es retorcida y le importa un bledo el bienestar de los demás. No entiende cómo pudo acceder a hacer algo tan egoísta, y lo peor es que no hay vuelta atrás, o quizás sí pero en ese momento cualquier solución le es inconcebible. Se marcha de la oficina hecha furia, va al baño para intentar calmarse, sin embargo sin ser capaz de retener más las lágrimas, solloza en voz baja para no ser escuchada por los demás. Su cuerpo cae derrotado sobre el suelo frío, mientras que se afe
Después de cenar, Willow se dirige a su habitación para terminar los bocetos que le ha encargado Lorena. Se sienta en el escritorio y comienza a revisar los colores que deberá utilizar, son tonos más oscuros con diferentes tonalidades en los detalles de las mangas y el borde. Entonces nota el mensaje que le ha llegado, coloca el dedo detrás del móvil para desbloquearlo con el lector de huellas.Kyllian: Estoy abajo.La joven abre los desmesuradamente mientras se levanta de un resorte, confundida se acerca a la ventana que da a la calle y lo ve allí recostado de su auto. Va hacia el armario rebuscando alguna ropa decente que reemplace la desgastada pijama de estampado animado. Opta por unos vaqueros oscuros, camisa de tirantes y sus zapatillas blancas, observa su reflejo en el espejo asegurándose de estar presentable. Baja las escaleras con prisa hasta salir del edificio, su jefe alza la mirada conectando con la suya.—Hola —saluda llegando a su lado.Kyllian no responde sino que más b
La luz del sol impacta contra su ojos a medida que los abre vacilantes, parpadea varias veces para adaptarse a la iluminación. Lo primero que mira es el techo blanco donde una lámpara empolvada adorna la sala con poco muebles, barre la vista en todo el lugar intentando recordar dónde se encontraba, pero de pronto escucha unos pasos acercarse y entonces la ve.Es la chica de ojos claros.—Oh, ya despertaste —habla tranquilamente como si fuera normal ver siempre a un desconocido en su casa—. Pensé que no lo harías nunca.—Yo lo siento, siento todo lo que sucedió ayer aunque no recuerdo nada —confiesa pasando la mano por su cabello.—Uy, si te contara —dice tomando un sorbo de su café—. Allí te dejé la pastilla para la resaca y espero te guste el huevo revuelto, no he podido hacer las compras.Christian asiente agradecido, se traga la pastilla y se levanta sentándose en el pequeño comedor donde la chica ya servido su desayuno.—Muchas gracias —emite cortando un pedazo de pan.La joven me
Tres semanas habían pasado de volada, y el clima en la ciudad cada día era más frío, pues el invierno se acercaba trayendo consigo la baja temperatura que los preparaba para la nevada que caería pronto. Las personas andaba de aquí para allá vistiendo abrigos gruesos y ropa que los mantuviera calientes por aquellas frías calles de Brooklyn. Las cafeterías se abarrotan de clientes que buscan alguna bebida, ya sea café o chocolate caliente, y Willow es una más de ella. Ingresa junto a la pequeña niña que sujeta su mano, se adentran en el mar de personas que se encuentran impactantes esperando ser atendidos por lo dos chicos detrás de la barra.La joven se coloca de puntillas pues el musculoso hombre delante de ella no le permite ver hacia el otro lado. Algunos incluso la empujan para tratar de acercarse a la barra, todo es un desorden que altera a la pobre chica.—¡Hey! —alza la voz por encima del barullo—. ¡Dos chocolates con...!No termina la oración cuando siente de pronto otro empujó