El tiempo pasa demasiado rápido, tanto así que no te das cuenta de cada momento que vives y experiencias qué te sorprende, y te descoloca al mismo tiempo. También el tiempo que podría considerarse insignificante se transforma en algo valioso cuando miras hacia atrás y te das cuenta de todo lo que has vivido a partir de ese instante. Cinco años habían transcurrido ya, la familia de Willow crecía cada vez más y su hogar estaba lleno de tres pequeños niños, frutos de su amor.A pesar de que en algún momento de la vida todo parece estar mal, y recorrer por un camino equivocado, llega un punto en el que todo se acomoda y se puede verdaderamente encontrar la felicidad, eso a la chica tiempo atrás puede que le pareció una broma o una ilusión que jamás se volvería realidad pero ahora en el presente disfruta de tener una familia, y de vivir a la par de esa persona la que ama con todo su corazón y desea pasar mucho más tiempo a su lado.No ha sido nada fácil llegar a ese punto de la vida en la
En el lujoso mundo de los millonarios, Brenda Castillo es una empleada doméstica enamorada en secreto de Damián Andaluz, el carismático CEO de la familia. Atrapado en un compromiso con otra mujer, Damián se deja llevar por una intensa conexión con Brenda, revelando sus verdaderos sentimientos en una noche de pasión. Sin embargo, su amor es amenazado por Thomas, un astuto villano que guarda un oscuro secreto: Damián no es el verdadero hijo de la familia rica, sino un adoptado. ***Brenda Castillo miraba por la ventana de la lujosa mansión Andaluz, observando el juego de luces del sol sobre el jardín perfectamente cuidado. Era un lugar que podía parecer un sueño para muchos, pero para ella, era una prisión dorada. Mientras la familia se preparaba para la boda de Damián con Valeria, una mujer de su misma clase, Brenda sentía que su amor por él era un secreto inconfesable, un fuego que ardía en su pecho pero que no podía mostrar.—Nunca podré ser más que una sirvienta… —pensó, sintiendo
La mañana siguiente al compromiso de Damián fue tranquila, pero Brenda no pudo evitar sentir que una tormenta se avecinaba. Mientras limpiaba la cocina, sus pensamientos vagaban hacia él, recordando cada sonrisa y cada mirada que habían compartido. Era un día soleado, pero la luz del sol no podía disipar la sombra que se había instalado en su corazón.—Quizás debería dejar de pensar en él —murmuró, mientras organizaba los utensilios.A pesar de sus esfuerzos, la imagen de Damián seguía apareciendo en su mente. La forma en que la miraba, cómo su risa iluminaba la habitación. Era como si estuviera atrapada en un sueño del que no podía despertar. Mientras sus manos trabajaban, su mente se perdía en fantasías de lo que podría haber sido, de un amor que nunca podría tener.Más tarde, mientras preparaba la comida para la familia, escuchó pasos acercándose. Se giró rápidamente y, para su sorpresa, Damián estaba allí, solo, con una expresión de concentración en el rostro.—¿Te gustaría un poc
A medida que la mañana avanzaba, el bullicio de la casa comenzó a aumentar. Los invitados llegaban para las celebraciones del compromiso, y Brenda se encontró atrapada en el torbellino de preparativos. Mientras organizaba los aperitivos, sintió una presencia detrás de ella. Se giró y vio a Thomas, el mejor amigo de Damián, observándola con interés.—Hola, Brenda. Te veo muy ocupada —dijo, sonriendo de manera casual, pero había un brillo en sus ojos que la hizo sentir incómoda.Brenda intentó sonreír, pero la tensión en el aire era palpable.—Solo estoy haciendo mi trabajo. ¿Necesitas algo? —preguntó, sintiendo que debía mantener las distancias.—Solo quería saber cómo te encuentras. Damián me ha hablado de ti —respondió Thomas, sus palabras haciendo que su corazón se acelerara.—Él es un buen amigo —contestó, tratando de desviar la conversación.—Sí, lo es —dijo Thomas, su tono volviéndose más serio—. Pero también sé que hay algo más entre ustedes. No puedo evitarlo.Brenda sintió un
La noche de la celebración se había desvanecido, dejando atrás una estela de risas y luces apagadas. Brenda se encontraba en la cocina, limpiando los restos de la fiesta, pero su mente estaba lejos de las tareas que la rodeaban. Las palabras de Thomas resonaban en su cabeza, como un eco ominoso que no podía ignorar.—No puedo dejar que esto nos afecte —había dicho Damián, y esas palabras la perseguían, llenándola de ansiedad.Mientras fregaba los platos, su mente seguía volviendo a lo que había sucedido entre ella y Damián. La conexión que habían compartido, el beso prohibido, todo parecía un sueño, pero la realidad de su situación era innegable. ¿Cómo podían continuar con esto? La boda de Damián estaba a la vuelta de la esquina, y ella era solo la sirvienta en su casa.De repente, un sonido la sacó de sus pensamientos. La puerta de la despensa se abrió, y un viejo baúl cayó al suelo, liberando una nube de polvo. Brenda se acercó curiosa, levantando la tapa. Dentro encontró documentos
Con el corazón latiendo desbocado, Brenda y Damián se dirigieron hacia el estudio de los padres de él. El aire estaba cargado de tensión, y cada paso que daban parecía resonar en sus mentes como un tambor. La revelación que habían compartido pesaba sobre ellos como una sombra, y la incertidumbre de lo que vendría a continuación era abrumadora.—¿Estás seguro de que esto es lo que queremos hacer? —preguntó Brenda, su voz temblando mientras se acercaban a la puerta.—No hay otra opción. Necesitamos respuestas, y es mejor que lo hagamos ahora —respondió Damián, su mirada fija en la puerta.Brenda asintió, aunque su estómago se retorcía de nervios. ¿Cómo reaccionarían sus padres ante la verdad? ¿La aceptarían como parte de la familia o la verían como una intrusa? Respirando hondo, Damián abrió la puerta y entraron.El estudio era un espacio elegante, con estanterías llenas de libros y obras de arte que adornaban las paredes. Los padres de Damián estaban sentados en un sofá, conversando en
La mañana siguiente llegó cargada de un aire denso, como si la mansión Andaluz presintiera la tormenta que se avecinaba. Brenda se despertó con la sensación de que el mundo había cambiado irreversiblemente. La revelación de su origen aún resonaba en su mente, y no podía evitar sentir que cada rincón de la casa ahora la observaba con desconfianza.Mientras se preparaba, decidió que necesitaba hablar con Damián. La incertidumbre de la noche anterior seguía pesando sobre su corazón. Al salir de su habitación, se encontró con la mirada de la sirvienta, quien le ofreció una sonrisa nerviosa.—Buenos días, señorita Brenda —dijo la mujer, pero su tono era distante, como si la situación en la casa hubiese alterado la normalidad de su rutina.Brenda sonrió de vuelta, pero su mente estaba en otra parte. Se dirigió hacia el estudio, donde sabía que Damián se reuniría con sus padres para discutir la situación. Al acercarse, escuchó fragmentos de la conversación.—No puede ser posible que la acept
La mañana siguiente llegó con un cielo gris y nublado, reflejando el estado de ánimo en la mansión Andaluz. Brenda se despertó sintiéndose pesada, como si el aire en la habitación estuviera cargado de angustia. La revelación de su origen aún resonaba en su mente, y la incertidumbre sobre su futuro la mantenía en un estado de alerta constante.Después de vestirse, decidió que necesitaba hablar con Damián. Algo dentro de ella anhelaba su compañía, su apoyo. Al salir de su habitación, notó que las miradas de los sirvientes eran diferentes; había un aire de incomodidad que la hacía sentir aún más fuera de lugar.Al llegar al estudio, escuchó las voces de Damián y sus padres, llenas de tensión. Se acercó sigilosamente a la puerta, tratando de captar lo que decían.—No puedes simplemente ignorar la verdad —decía su padre, su voz firme—. Esto cambiará todo lo que hemos construido.—Pero es lo que somos, papá —respondió Damián, su tono lleno de frustración—. No es justo que Brenda sea la únic