Capítulo83
Al ver la apariencia asustada de Julieta, el corazón de Ismael tuvo un ligero temblor.

Fue allí que se dio cuenta que su corazón había cambiado irremediablemente.

—Julieta, cada vez que te veo, estás medio muerta. Soy abogado, no puedo ignorarlo, aunque sea otra persona, lo salvaré igual, ¿entiendes?

Después de decir esto, y temiendo que Julieta lo malinterpretara, siguió explicando:

—Aunque Leandro tenga ciertas ideas sobre mí, no puedo aceptar la forma en la que hace las cosas, pero sigue siendo mi amigo, y por ello tengo la obligación de cuidar de ti. Si Leandro recupera sus sentidos alguna vez, es mi deseo que sigas viva cuando eso pase.

Al oír estas palabras, el corazón de Julieta se estremeció.

Durante todo este tiempo había sido torturada tantas veces que ya había olvidado que ella era una paciente de cáncer y podía morir en cualquier momento.

La verdad es que le importaban un comino los asuntos del mundo, por lo que no debía malgastar los minutos y segundos que le quedaban de v
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