Capítulo68
Ismael asintió.

—Sí, perdona, tenía un juicio al que asistir así que tenía que ir al juzgado en la mañana. Por eso he llamado a Leandro. Él… no te intimidó, ¿o sí?

Julieta recordó aquellos sucesos y desvió la mirada con fingida calma.

Forzó una sonrisa.

—No.

Sabía que mentía, pero Ismael no quería encararla así que no hizo más preguntas. En su lugar la ayudó a colocar la pequeña tabla de la mesa y luego le puso el arroz delante.

—El arroz también tiene caldo de pollo. Es nutritivo.

—Gracias.

A veces se preguntaba cuántas veces habría muerto si no fuera por la ayuda de Ismael.

Pero ¿qué otra cosa podía hacer sino darle las gracias?

Su mano derecha estaba llena de marcas rojas de la corbata que Leandro le había puesto. El corte en la palma parecía aún más aterrador.

Después de todo, su cuerpo estaba roto.

Inclinó la cabeza y bebió las gachas. Se sintió viva cuando terminó el plato. Luego se lo entregó a Ismael.

—¿Hay más?

Viendo que aún tenía buen apetito, Ismael asintió.

—Hay más, te l
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