Capítulo72
Julieta negó con la cabeza. Le dolía tanto el corazón que su mente comenzó a divagar. Estiró la mano, fue a tirar de la campera de Leandro, pero, aunque la agarró varias veces no pudo apoderarse de ella.

—No hay nadie más en mi corazón, nunca he amado a nadie más que a ti…

—Julieta, ya he capturado a tu hombre, le he quitado las dos manos y lo ha admitido.

Julieta sintió que su respiración se entrecortaba ante sus palabras, sus pulmones no podían respirar y el dolor era insoportable.

Extendió la mano, la apretó contra sus pulmones y respiró con fuerza, seguida de una tos aguda, con la que escupió una bocanada de sangre al suelo.

¿De verdad Leandro le había pedido que cediera su puesto de esposa principal a otra persona, obligándola a convertirse en la tercera rueda?

Cuando Leandro vio el charco de sangre en el suelo, frunció el ceño, la tiró fuertemente de los hombros y la sacudió con fuerza.

—Julieta, solo tienes neumonía. No finjas, las personas con neumonía no escupen sangre.

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