Capítulo73
—¡Tú!

—Julieta, no te enojes. No solo no tuve un accidente de coche, sino que tampoco iba a buscar a Leandro ese día. Te tendí una trampa, Julieta. Y seguirás en mi trampa, aunque salgas de esta cárcel.

Agachada, Dalila tiró a Julieta del pelo y se rio horriblemente.

—¿Cómo te sientes? Es malo para ti hoy en día, ¿no?

—¡Dalila, te voy a matar!

Julieta gruñó mientras se defendía de Dalila con todas sus fuerzas. Luego bajó la cabeza y dio un fuerte mordisco en el brazo de Dalila.

—Ay, Julieta ¿eres un perro?

A causa del dolor, Dalila encogió la mano hacia atrás.

Julieta escupió hacia el suelo y dijo asqueada:

—La carne de una mujer venenosa es agria. ¡Qué asco!

—¿De qué estás hablando?

—Dalila, ¿sabe Leandro que tienes este aspecto? ¿No tienes miedo de que te descubran?

Dalila resopló.

—Que me descubran. Leandro cree cada palabra que sale de mi boca, pero no cree nada de lo que sale de la tuya. Dime, ¿quién se tiene que preocupar? ¿Tú o yo? Te aconsejo amablemente que no pienses en ha
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