Capítulo233
Julieta estaba tan enfadada que le temblaba todo el cuerpo. Esa mujer, Dalila, era tan buena mintiendo que ni siquiera se inmutaba.

—¡Tú! ¿Cómo es que tienes el descaro de decir semejantes palabras?

Como Julieta se emocionó bastante, volvió a toser, se tapó la boca con la mano y se obligó a tragar la sangre que surgía desde la garganta.

Luego, levantó la cabeza y miró a Dalila con los ojos ya enrojecidos. Apretó los dientes y maldijo:

—¡Dalila, eres un demonio! ¡Una zorra desagradecida!

—¡Julieta, no te pases! De alguna forma lograste acusarme de la muerte de don Camilo y editaste aquel video. ¿Y además me acusas de esparcir sus cenizas?

Dalila se limpió la nariz, se mordió el labio y continuó:

—Me costó mucho encontrar los restos de don Camilo. Temía que te afectara demasiado, por eso quise someter el cuerpo a cremación antes de dártelo. Pero ¿qué hiciste? ¡Has plantado falsas pruebas contra mí!

Tras escuchar esas palabras, los labios de Julieta temblaron mientras ladeaba la cabeza en
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