Capítulo236
Después de esas palabras, al otro lado del teléfono reinó el silencio, lo que puso un poco nerviosa a Julieta.

—Ismael, la última vez, en el hospital, dijiste que tú y yo éramos amigos a muerte.

Julieta frunció los labios y dijo con la máxima seriedad:

—Bueno, a mí me importan mucho mis amigos. Si tengo que perder tu vida para obtener mi justa venganza, entonces prefiero no hacerlo. ¿Lo comprendes?

Al fin y al cabo, esta era su guerra contra Dalila. Si tenía que ser una vida por una vida, entonces también debería ser su vida, no la de Ismael.

Durante este tiempo, las únicas personas que la habían acompañado sinceramente eran Ismael y Jasmine, así que no podía permitirse perder a ninguno de los dos.

De repente, una risa ligera y alegre sonó desde el otro lado del teléfono.

Era la primera vez que decía algo de esta magnitud, y que Ismael se riera de ella, la molestó un poco. Julieta dijo:

—Ismael ¿De qué te ríes? ¿Te estás arrepintiendo de ser mi amigo?

—Julieta —la llamó con una ligera
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