Capítulo105
Dalila estaba atónita. Su mente estaba un poco perturbada y observaba a Julieta con cuidado, temerosa de que hubiera descubierto la verdad.

—¿Por qué debería decírtelo?

Pero Julieta se limitó a lanzarle una leve mirada de reojo y resopló.

—Simplemente pensé: ¿Cómo podría alguien tan cruel y egoísta como tú donar un riñón? No estoy muy convencida al respecto.

Cuando terminó de hablar, Julieta rodeó a Dalila y se dirigió a la cocina, donde pretendía preparar un vaso de leche.

Al ver esto, Dalila se aseguró de que Julieta no supiera nada y se adelantó rápidamente para cortarle el paso, burlándose:

—¿Qué, estás celosa?

—¿Celosa de ti? Eres una amante. ¿De qué tendría celos? ¿De lo descarada que eres? Lárgate.

Dalila apretó los dientes.

—Julieta, ¿realmente crees que no sé que estuviste con Ismael anteanoche? ¿Realmente crees que Leandro lo dejará pasar? ¡Estás soñando!

»Y te lo digo de una vez, me voy a llevar todo lo que te pertenece. ¡Me voy a deshacer de todos! ¡Igual que con tus padr
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