PRESENTE.
Me despierto sobresaltada y jadeando. Miro alrededor para darme cuenta de que estoy en mi cama y no hay llamas. Salgo de la cama y veo el reloj de la mesa de noche junto a mi cama.
Pasan las cuatro de la mañana.
Me pongo una bata de seda encima de mi desnudo cuerpo, antes de salir de la habitación.
Camino por el salón de mi departamento en el centro de Manhattan. Puedo ver a través de los grandes ventanales la noche lúgubre. Me acerco a la licorera y me sirvo dos dedos de whisky.
Ayer fue un día largo pero satisfactorio.
Le doy un sorbo a mi bebida y miro fijamente la oscuridad de Manhattan.
¿Quién diría que llegaría hasta aquí? Soy una mujer rica que vive una vida soñada para muchos.
Si mi yo del pasado me viera ahora, no lo creería. Tampoco vería la bondad e inocencia en estos ojos. Se encontraría con el reflejo del odio y la sed de venganza que me hace levantarme cada día.
Hace mucho aprendí que la mejor manera de poder mantenerte de pie, es tener un propósito. El mío me dio la fuerza para soportar muchas circunstancias.
Además de no olvidar quienes nos hicieron daño.
También me enseño que, para sobrevivir en este mundo no siempre basta con ser buena.
Eso, lo aprendí de la peor manera.
Estoy dando un sorbo a mi bebida cuando unas manos me rodean desde atrás y me abren la bata.
—¿Dime por qué no puedo tener suficiente de ti? —murmura la voz masculina que pasa su mano por mis pechos y pellizca cada pico poniéndolos duros.
Me doy la vuelta y veo como me come con la mirada. Con pericia, humedezco mis dedos en el whisky y los paso por mis pechos incitándolo a que tome lo que sé, que desea.
—Eres hermosa—habla con vehemencia. Antes de inclinarse y lamer el whisky de mi cuerpo. En mi vientre puedo sentir su deseo crecer.
—Jacob—susurro su nombre a la vez que introduzco mi mano en sus calzoncillos para acariciarlo.
Él gime en mi pecho.
—Necesito tenerte de nuevo— Pide. Casi ruega.
Oculto mi sonrisa cuando escucho el anhelo es sus palabras. Lo libero y lo tomo de la mano para llevarlo al sofá negro de cuero que está en el salón.
Dejo el vaso en la mesa ratona del salón.
Se sienta expectante y sus ojos negros me recorren cuando dejó caer la bata quedando completamente desnuda frente a él.
Sin vergüenza, levanta el trasero y se quita los calzoncillos para quedar desnudo, antes de comenzar a acariciar su miembro sin perder de vista mi cuerpo.
Jacob es un hombre que me encanta dominar. Es alguien que necesito por ahora y me divierto con él.
Además de tener un buen cuerpo y una boca prodigiosa.
El hombre frente a mí es Jacob Keller. Director del FBI. Él, es una pieza esencial para mis planes a futuro.
Me arrodilló y él baja su mano. Le doy una sonrisa ladeada antes de tomarlo con mi mano.
—Dime Jacob. ¿Qué estarías dispuesto a hacer por mí?
—Lo que sea—silba y echa la cabeza para atrás.
—Entonces… ¿Me conseguirás lo que te pedí? —Inquiero poniendo mi mejor cara de inocencia.
—Gala... —dice en advertencia.
Pero no lo dejo continuar. Con mi mano en la base de su pene, me inclinó y tomo la cresta haciéndolo gemir.
Lo lamo como si fuera la mejor piruleta que he tenido, antes de inclinarme y tomar todo lo que puedo. Las manos de Jacob se entierran en mi cabello y dice cosas sin sentido en medio del placer que está sintiendo.
Los hombres son tan viscerales que, con una simple mamada puedes obtener lo que quieres. Me concentro en llevarlo al orgasmo. Cuando siento que sus bolas se contraen, me detengo dejándolo queriendo más.
Dejo su pene que, está hinchado y a punto de liberar semen. Respira con dificultad y su cuerpo tiene una fina capa de sudor. Alargó la mano y tomo un condón estratégicamente colocado. Se lo pongo antes de ponerme en pie y me siento a horcajadas sobre él.
—No es tan difícil Jacob—susurro besando sus labios. Paso mi lengua por la comisura de su boca mientras sus manos me acarician con premura. Me inclinó y rozo mi centro con su dureza.
—Es información confidencial—Sus palabras salen rápido.
—La usaré con cautela y te podría ayudar a dar con el dorado—insisto—Sus ojos conectan con los míos—Solo te lo pido a ti.
Me contoneo más y él maldice al sentir lo mojada que estoy. Con sus manos en mis caderas, llevo una de las mías hasta su miembro y lo coloco en mi abertura antes de descender despacio, haciéndonos jadear a los dos.
No me muevo. Pero, lo aprieto con mis músculos vaginales y él aprieta los dientes.
—Tienes que moverte.
—Si me das lo quiero. Yo te daré lo que quieres—Anuncio con diversión.
—¡Está bien! Te lo daré, pero muévete.
Lo miro con severidad.
—Si no cumples, jamás volverás a tenerme.
—Gala... Te doy mi palabra que mañana tendrás lo que quieres—sisea.
Tomo su mentón y dejó un beso en sus labios antes de empezar a moverme. Mis movimientos son acompañados. Pero, el hombre parece un poseso y en pocos minutos el salón se llena de nuestros jadeos y gemidos. Jacob sabe cómo hacer llegar a una mujer y yo lo recompenso llevándolo al éxtasis.
Soy una mujer que disfruta del sexo. Me siento poderosa al doblegar a un hombre con mi seducción.
Y más aún, si estoy a un paso más de obtener la información que estoy segura, me ayudara mucho.
⭐⭐⭐⭐⭐
Sentada en la mesa del comedor tomo mi desayuno con tranquilidad mientras leo las noticias en la Tablet. Doy un sorbo a mi café y lo dejo sobre la mesa con una sonrisa de satisfacción al ver que nuestras acciones en la bolsa han subido.
Todo va de maravilla. Hoy soy un poco más rica y logré que Jacob accediera a darme la información que tiene de los Harrison. Esta mañana, antes de irse me aseguro que la tendría al final del día. Eso, junto al informe del investigador privado que contraté, tengo todo lo que necesito por ahora.
Mi móvil suena y cuando veo el nombre en la pantalla pongo los ojos en blanco sin perder mi sonrisa.
—Bonjour.
—¡Hola! —escucho la efusiva voz de Loreta.
Ella es la única persona que sabe de dónde vengo, es la única conexión con mi pasado. Pero, nunca lo dirá porque ella hizo lo mismo que yo. Ahora es esposa de un francés que la tiene viviendo como reina.
—¿No deberías hablarme en francés? —pregunto divertida.
—¡Ay no! —se ríe—mi francés me entiende perfectamente. Además, pronto volveremos a Nueva York.
—Extrañas la gran manzana ¿No?
—Sí. Estos franceses me tocan las pelotas.
Resoplo.
—Llamaba para saludarte y saber cómo estás.
—Muy bien—digo dejando la Tablet aún lado—Me hice con las acciones de los Harrison —Anuncio. Ella se queda en silencio por un momento antes de acostarse la garganta.
—¿Es en serio? —inquiere con incredulidad.
—Así es.
—Al fin van a pagar esos desgraciados por lo que te hicieron—asiento, aunque no me pueda ver.
—Al fin voy a vengar a mi padre, mi hijo y a Emma—susurro. Si, a Emma también. Ellos la mataron ese mismo día. Ella, ya no existe.
—¿Cuándo volverás a Nevada?
—En un par de días—comento—Kamal ya envío la buena nueva. La nueva dueña del setenta por ciento de la cadena de hoteles llegará a tomar posesión dentro de dos días.
—Quisiera ser una mosca en la pared.
Me río entre dientes.
—Me hice con todo lo que están disponible. Incluido la finca.
—Gala —ella está sorprendida.
—No puedo esperar a verle la cara a Nancy Harrison cuando me vea.
—Hazlo y se libre de una vez por todas—dice en voz baja—Mereces ser feliz.
En vez de responder, cambio el tema.
—Cómo está Adrien—pregunto por su hijo de seis años, que es mi ahijado.
—Ese pequeño toca pelotas—gruñe haciéndome reír—Lo dejé con la abuela.
—Entonces disfruta de tu tarde Parisina—digo mirando mi reloj—¿Son las que? Una de la tarde.
—Las dos—dice.
—Bien. Entonces disfruta y nos vemos cuando regreses.
—Adiós—me despido y cuando dejó el móvil en la mesa del comedor, la nostalgia me llena un poco.
Loreta siempre ha sido mi amiga. Ella me saco de ese lugar, donde solo me quedaba dolor y soledad. Cuando desperté después de presenciar la muerte de mi padre, también me enteré de que había perdido al bebé.
Fueron tres golpes en un día.
La muerte de mi padre.
La de mi bebé.
Y la traición de Tristán.
¿Acaso un alma puede sufrir más?
En la calle y sola. Únicamente, Loreta me tendió una mano amiga. La cual siempre agradeceré.
Cuando no tienes a nadie, es cuando vez la verdadera cara de los demás.
TRISTÁN POV.Leo el documento en mis manos y no doy crédito a lo que ven mis ojos. Es increíble que alguien pueda llevar a la quiebra una empresa de años, en tan solo un año.Bajo el documento y miro con incredulidad a mi padre que me ve desde el otro lado de la mesa. Su postura es la misma de siempre. Arrogante. Los años han hecho mella en él y, ahora luce una barriga pronunciada y el cabello ha desaparecido casi por completo.—No entiendo—digo—¿Cómo es que estamos casi en bancarrota?—La crisis—se encoge de hombros.—¡Vamos papá! La crisis de hace cinco años no nos afectó. En cambio, tuvimos un crecimiento en el ingreso.—No sabes nada—chasquea los labios—Has estado viviendo fuera años y ahora vienes a decirme como manejar mi negocio—se ríe—No pudiste mantener tu matrimonio. Vas a poder con una empresa.Aprieto mis manos en puño.—Sabes que mi matrimonio con Raquel fue cosa de Mamá—le recuerdo—Si no funciono, fue sencillamente porque no había amor.—Amor —repite y, me ve como si fue
Sentada en la sala de conferencia con mi equipo de trabajo, repaso los últimos índices financieros de mis empresas. Escucho con atención como Laura, la directora en el departamento para aduanas, me da detalles de todo lo que estamos exportando. Recientemente, había adquirido una empresa de textiles en la india y el negocio es fructífero. Estoy escuchando atentamente, cuando el sonido de una alerta de correo me distrae. Miro la pantalla, el emisor está cifrado, pero no hace falta ser un genio para saber que es la información que estoy esperando. El asunto es simple. Los Harrison. Jacob no me defraudo y me envió lo que necesito para tomar ventaja de mis adversarios. También, me ayudará a saber cómo debo actuar con cada uno, que esconden y como usar la información en su contra. Dejo el móvil sobre los documentos que tengo en frente. Levanto la mano con sutileza y esta se detiene. —Me pare fantástico lo que estoy oyendo y te dejo al frente de todo lo referente al asunto —miro alreded
TRISTÁN POV.— ¡Debe ser una maldita broma! — La expresión de ira proviene de mi madre.La familia está sentada en el salón mientras mi padre le anuncia que la propiedad que ha pertenecido por generaciones a los Harrison ya no nos pertenece.— ¿Qué más podía hacer? — mamá fulmina con la mirada a mi padre desde su asiento.— No sé, ¡Tal vez dejar mi maldita casa fuera de tus negocios! — escupe con Ira— ¿En qué carajos pensabas Roger?— En salvar algo de lo que nos queda— responde con simpleza.Mi mirada se dirige a Sofía, mi hermana, que como siempre está imperturbable al lado de Greg. El cual se ve algo sorprendido ante las buenas nuevas. — Mañana llegará y quiere que se haga una fiesta de máscaras— continuo papá ignorando a mamá— También debemos organizar todo para su llegada— mira a mamá — No nos echó a patadas Nancy. De hecho, hable con Kamal, su mano derecha y ella nos dejará quedar aquí hasta que encontremos algo de nuestra altura.— Esto es inaudito—sisea negando antes de clav
Frente al espejo de tamaño completo de mi avión, contemplo mi aspecto. Llevo un vestido largo, color negro, de cuello barco, con hombros descubiertos. El cabello lo arreglé en ondas y cae sobre mis hombros desnudos. Las únicas joyas que llevo son unos zarcillos Tiffany de candelabro y un brazalete de la misma casa.Mis sandalias altas son delicadas, en color plateado, con hermosas piedras sobre las finas tiras.Al sentirme satisfecha con mi aspecto, tomo el antifaz negro con encaje que Kamal consiguió para mí. Salgo de la habitación y encuentro al mismo, sentado en uno de los asientos, ya vestido de etiqueta.— Pero, qué guapo— le digo pasando a su lado para tomar mi lugar. — Tú si, que estás muy guapa— replica mirándome de manera apreciativa.— Gracias— le doy un gesto con la cabeza— esta noche es muy importante.— Entiendo— dice revisando su portátil. No. Kamal no entiende, esto va más allá de negocios. Es el inicio de una travesía que estoy dispuesto a cumplir hasta el final.— Y
Esa voz.Jamás la olvidaría.Está grabada en mi memoria.Así como cada frase dicha.Solo mentiras.Me doy la vuelta y me enfrento a la voz.Su semblante se vuelve pálido por un momento antes de aclararse la garganta y negar.Intento mantener mis emociones a raya cuando me encuentro frente a unos ojos azules que reconozco de inmediato, a pesar de llevar su rostro oculto por una máscara.Su aspecto se ha endurecido, en la preparatoria era alto, pero ahora lo es un poco más y su cabello sigue siendo un desastre, viste un esmoquin a medida dejando a la vista que está en buena forma.— Lo siento—pone una mano su pecho—No quería asustarla.Con sus palabras reacciono y me yergo.— Solamente me sorprendí— le regalo una de mis sonrisas estudiadas.— Me llamo Tristán Harrison— me tiende la mano, la cual miro antes de verlo a los ojos de nuevo.— Gala— respondo tomando su mano— Gala Spinster.Al escuchar mi nombre, frunce el ceño mientras mira nuestras manos unidas.— Así que, eres la socia de m
Camino a la finca no puedo dejar de mirar cada tramo del sendero. Los recuerdos de mi vida en Summerlin South viene a mi mente una y otra vez, las veces que recorrí sus calles y disfrute de un día de verano, las miles de veces que trabaje en la tienda con mi padre y terminábamos el día con una pizza y un tarro de helado.Sí. Fueron los mejores momentos de mi vida.La camioneta se detiene frente a un semáforo y distingo la calle. Es la calle donde viví los primeros dieciocho años de mi vida.— Oríllate— le ordeno al conductor del auto. El hombre me mira sin entender. Abro la puerta y bajo— Hazlo— digo antes de cerrar la puerta.En medio de la noche y con la brisa revolviendo mi vestido, ya sin mi máscara, camino por medio de la calle. Un salón de tatuajes es lo único que está abierto. Alrededor, hay algunas personas por la calle, pero no les prestó atención y me detengo frente al edificio en ruinas. El lugar tiene un aspecto triste y lúgubre. A pesar de los años transcurridos todavía p
La mañana no llega demasiado rápido. Apenas pude tener un par de horas de sueño, mi mente no dejaba de repasar la serie de acontecimientos ocurridos ayer.Consciente de que no podre conseguir una hora más dueño, salgo de la cama y me preparo para el día.Hoy, de manera oficial, tomaré el puesto como directora de Hoteles Harrison.Después de una ducha busco el atuendo. Un vestido de la firma Moschino. Manga larga, rojo, escote en V profundo, el corte de la falda en A por encima de mis rodillas y un cinturón negro que realza el mismo. Unas botas de caña alta hasta la altura de mis muslos. El maquillaje lo había dejado ligero. Por su parte, el cabello lo dejé suelto en ondas.Termino de ponerme los aretes y el reloj, antes de tomar mi cartera estilo sobre.Satisfecha por mi aspecto, salgo de la habitación para tropezar con Tristán que viene limpiando su rostro con una camiseta. Por su aspecto, está regresando de ejercitarse.Doy un paso atrás antes de que este reaccione y me tome por la
Cuando llego al hotel me siento mucho mejor. Durante el camino logré volver a guardar bajo llave todos los sentimientos que salieron a la luz en el desayuno.Encuentro a Kamal en el bufé desayunando.—Veo que dormiste muy bien—digo en modo de saludo tomando asiento frente a él. Levanta la vista y me da una sonrisa abierta.—Las camas son cómodas. ¿Me acompañas? —señala la comida.Niego.—Ya tuve mi ración—miento—Cuéntame. ¿Qué has visto?—A los trabajadores les falta dirección y motivación—habla entre bocados—¿Sabes que todos los jefes de departamento son hombres, además de los supervisores?—Misóginos de mierda—gruño.—¿Qué vas a hacer?—Lo que deba para asegurarme que, si están en sus puestos, es porque lo merecen—él asiente—Necesitamos mejorar el manejo de las diferentes áreas. El casino por lo menos no ha dejado de producir.—Es el más alto ingreso que percibe el hotel—comenta Kamal—pero lo sabremos con más detalle cuando Tristán nos presente hoy en la reunión el estudio financier