La mañana no llega demasiado rápido. Apenas pude tener un par de horas de sueño, mi mente no dejaba de repasar la serie de acontecimientos ocurridos ayer.Consciente de que no podre conseguir una hora más dueño, salgo de la cama y me preparo para el día.Hoy, de manera oficial, tomaré el puesto como directora de Hoteles Harrison.Después de una ducha busco el atuendo. Un vestido de la firma Moschino. Manga larga, rojo, escote en V profundo, el corte de la falda en A por encima de mis rodillas y un cinturón negro que realza el mismo. Unas botas de caña alta hasta la altura de mis muslos. El maquillaje lo había dejado ligero. Por su parte, el cabello lo dejé suelto en ondas.Termino de ponerme los aretes y el reloj, antes de tomar mi cartera estilo sobre.Satisfecha por mi aspecto, salgo de la habitación para tropezar con Tristán que viene limpiando su rostro con una camiseta. Por su aspecto, está regresando de ejercitarse.Doy un paso atrás antes de que este reaccione y me tome por la
Cuando llego al hotel me siento mucho mejor. Durante el camino logré volver a guardar bajo llave todos los sentimientos que salieron a la luz en el desayuno.Encuentro a Kamal en el bufé desayunando.—Veo que dormiste muy bien—digo en modo de saludo tomando asiento frente a él. Levanta la vista y me da una sonrisa abierta.—Las camas son cómodas. ¿Me acompañas? —señala la comida.Niego.—Ya tuve mi ración—miento—Cuéntame. ¿Qué has visto?—A los trabajadores les falta dirección y motivación—habla entre bocados—¿Sabes que todos los jefes de departamento son hombres, además de los supervisores?—Misóginos de mierda—gruño.—¿Qué vas a hacer?—Lo que deba para asegurarme que, si están en sus puestos, es porque lo merecen—él asiente—Necesitamos mejorar el manejo de las diferentes áreas. El casino por lo menos no ha dejado de producir.—Es el más alto ingreso que percibe el hotel—comenta Kamal—pero lo sabremos con más detalle cuando Tristán nos presente hoy en la reunión el estudio financier
«Se encontraron restos de amoniaco que, en contacto con complejos moleculares que contenían yodo…» Leo el informe de los bomberos una y otra vez. Antes de que una lágrima rueda libre por mi mejilla. El incendio fue ocasionado. Alguien se tomó el tiempo de introducir el químico y luego dejar encerrado a mi padre, por ese motivo no pudo salir a tiempo de la tienda. Me limpio las lágrimas con rabia. No me cabe la menor duda que Nancy Harrison tiene que ver mucho en este asunto. Necesito saber más y solo se me ocurre una persona para esto. Lucrecia Martínez. La mujer que me encontré anoche frente al edificio en ruinas. Estoy segura de que ella sabe algo y lo voy a averiguar. Tomo el informe y salgo de la oficina obviando a todos. Cuando llego al vestíbulo me encuentro con Tristán que también está saliendo —¿Te vas? —inquiere estudiándome—No es muy temprano para dejar la oficina. —Volveré en un par de horas—digo sin darle una segunda mirada y seguir mi camino. —Gala—dice en ton
Estoy acostada mirando el techo de la habitación. El sueño me esquiva y las palabras de Lucrecia no se apartan de mi cabeza. De verdad, Nancy tiene la mente tan retorcida como para arremeter contra una chica de dieciocho años y su padre.Dos personas que, para ella, no representaban una amenaza.O ¿sí?Resoplo y me remuevo en la cama, cuando un ruido de algo cayendo en el pasillo me sobresalta. Me incorporo de inmediato y agudizo el oído tratando de escuchar.Escucho una maldición y me levanto de un salto. Me detengo detrás de la puerta y me quedo inmóvil hasta que escucho un siseo seguido de una risa.—¡Maldición! —dice la voz… ¿Ebria?—¿Tristán?Saco el seguro y abro un poco la puerta con cuidado. Y, sí. Tristán camina por el pasillo en un estado de ebriedad, que nunca imagine ver. Estoy por salir, cuando una figura delegada se hace presente.—Mira en qué estado estas.Nancy reprocha a su hijo.—Madre—canturrea Tristán—Déjame en paz.—Estás destruyendo tu vida—dice—He hecho mucho po
En ocasiones, las cosas no salen como queremos. Eso es algo que debemos aprender con el tiempo.Un ejemplo claro es lo que sucedió anoche con Tristán. Acercarme a él es peligroso. Sobre todo, porque no está en mis planes caer de nuevo en su red.—¿Ese suspiro?Levanto la vista para ver a Kamal del otro lado del escritorio en la oficina del hotel.—No suspire—me defiendo.—Por supuesto—dice riendo entre dientes.Esta mañana, salí más temprano que de costumbre y me recluí en la oficina para adelantar pendiente.Huyes de Tristán.La vocecita interna me susurra.¡Claro que no!Resoplo.—Ahora, ¿Vas a decirme que no has resoplado?Levanto la vista de nuevo para verle.—Estás muy tedioso el día de hoy, ¿no?Se ríe.—No. Es que te veo extraña.—Siempre he sido extraña—me burlo.—Hoy, más que siempre.Oculto una sonrisa.—¿Qué me tienes? —digo, en cambio. El dejo una hoja sobre el escritorio. —Después de rastrear los movimientos de Harrison padre, al fin encontré a dónde iban.Kamal tenía co
TRISTÁN POV.Me detengo afuera de la oficina de Gala y no puedo evitar que una sonrisa divertida se instale en mis labios.Anoche fue algo que no imagine. La atracción sexual que existe no es fingida. Sin embargo, ella huye.Avanzo hasta mi oficina sin mirar a nadie. No me preocupa que alguien se haya enterado de lo que sucedió adentro. La misma está insonorizada.Cuando entro a la oficina tomo asiento detrás de mi escritorio y me reclino en mi silla. Y cierro los ojos. No sé que tiene Gala que me hace desearla y querer saber de ella. Es como si la conociera y al mismo tiempo es imposible.Sus labios calientan el deseo dormido en mi interior, sus manos son como hierro que quema cada espacio de mi piel y solo quiero poseerla.Sus ojos me atrapan de una manera que no deberían.Jamás había sentido esa atracción.No desde…— Basta, Tristán—susurro.Anoche me fue al bar del hotel y después de unas copas no pude evitar sentirme miserable. Pero Gala me hizo sentir de nuevo vivo.Alargo la ma
—Ah, ¿sí?Murmuro tratando de sonar casual y sin que vea que estoy alerta.—Si —sus ojos me estudian.—Pero es imposible, porque ella murió.—Lo siento—replico sin mirarla.—Yo también—suspira—Su muerte hundió a mi hermano en una vida de autodestrucción. Él, se culpa cada día por su muerte.No puedo evitar que las lágrimas me nublen la visión. Me pongo de pie rápidamente.—Hablaré con Kamal—digo, en cambio—Si Gary intenta algo, avísame y trataremos con él— la miro rápido. —Tienes mi apoyo.Salgo del lugar y hago mi camino de regreso a mi oficina, pero en vez de entrar sigo de largo y abro la puerta de malos modos.—¿¡Qué coño!? —exclama Tristán cuando me ve entrar. Esconde algo dentro de su americana y se pone de pie.—¿Cómo no lo viste? —le recrimino. Él frunce el ceño.—¿No sé, de qué hablas?—Tu hermana—le señalo—A eso me refiero.—Podrías hablar más claro.—Como es que, no sabías que ella estaba sufriendo maltratos por parte de Gary.Su rostro palidece.—¿¡Qué!?—Sí. Es increíble
Es como si huyera. Le sigo el paso atravesando el jardín. El camino empedrado me hace difícil mi propósito. Con esfuerzo, lo sigo. Avanzo tratando de alcanzarle. Sus manos ensangrentadas y su camisa hecha girones no le importan.No puedo evitar que mi corazón se rompa un poco más al verle.¿Acaso es cierto?Cabe la posibilidad de que Nancy haya orquestado todo un plan para que Tristán creyera que había muerto y yo, que él me abandono.No.No, es posible.Oh, ¿sí?— ¡Ay! — grito cuando tropiezo y caigo de rodillas en medio de los árboles.Intento ponerme en pie, pero mi tobillo protesta.— ¡Estás bien! — escucho. Levanto la vista para ver a Tristán correr hasta mí de regreso. Su mirada es oscura, pero veo la palidez de sus facciones.Intento ponerme en pie. Sin embargo, mi pierna está resentida.— Estoy bien— murmuro— Solo fue un golpe.Resopla acercándose y ayudando a incorporarme.— No debiste seguirme— reprocha en tono glacial.— Entonces, no corras como un demente en medio del bosq