Erin estaba más preocupada por sus hijos que por ella misma, especialmente al enterarse de que sus hijos también estaban en el hospital, incluso si se les habían jurado que los pequeños estaban sanos y salvos, siendo Caleb el único herido, con un corte en su mano, sus heridas eran menores, cortes en sus pies y en sus brazos, una quemadura de cuerda en sus manos y lo que más parecía preocupar a los doctores, era un intoxicación con Co2, pero ella estaba segura de encontrarse, bien, aunque su cabeza palpitara y le costara respirar, sin contar con que su voz estaba completamente ronca y su garganta ardía incluso al tragar.
Habían pasado tres días y no le habían permitido ver a sus pequeños, la desesperación al carcomía, no tenía visitantes ni tampoco familiares que pudieran hacerse cargo de sus hijos, así que necesitaba saber si al menos el señor Peterson y su esposa podrían cuidarlos por un par de días en lo que salía del hospital.
Se sorprendió al ver la puerta de su habitación abrirse, y dos enormes hombres de aspecto rudo entraron en el interior, uno de ellos era un hombre afroamericano bastante atractivo, con dreadlockd atadas en una coleta, vestía una camisa a cuadros y un pantalón de mezclilla, botas enormes y en su mano, un cargador, en el que el pequeño bebé de Erin dormía plácidamente.
- MI bebé – susurró, incorporándose rápidamente, su cuerpo dolía, pero la alegría de ver a su hijo lo compensaba, el otro hombre, un joven en sus diecinueve años probablemente, de rostro amigable y camisa del departamento de bomberos con pantalones holgados y las mismas botas enormes la miró
- Caleb viene en un segundo - le aseguró mientras el hombre que traía a su bebé, se acercó, sonriéndole y enseñándole al niño, que pareció olisquear el aire antes de despertar, hacer un puchero y llorar a todo pulmón en busca de su madre
-Se ha portado bastante bien hasta ahora – dijo el hombre de las trenzas, frunciendo el ceño con confusión
- ¿ Ha tomado leche? – preguntó Erin, tomando a su bebé con desesperación, el niño lloró con sentimiento y se calmó ligeramente mientras sentía la cercanía de su madre, Erin olió su cabeza llena de cabello negro y espeso, el olor a bebé haciendo que se tranquilizara
- Nos turnamos para alimentarlo – explicó el joven, casi orgulloso - le dimos un biberón esta mañana, Erin miró la hora, eran las dos de la tarde, molesta, miró a los hombres
- Se turnaron para alimentarlo ¿y no le han dado biberón desde esta mañana? – se quejó, arrullando a su niño y sacando su pecho, que había empezado a soltar leche en cuanto su pequeño había llorado, en cuanto el pecho estuvo fuera, su bebé lo buscó casi con desesperación y una vez en su boca, lo tomó en la boca, Erin miró a los hombres, cabreada - ¿siquiera pensaron en darle cuando lloraba? Le doy a libre demanda, el pobre está hambriento
- Yo… - empezó el chico, cuando su compañero lo miró amenazante
- ¿No le diste su biberón? Te tocaba cuidarlo – se quejó
- Yo creí que era tu turno – replicó el joven, pero el hombre bufó
- Yo le cambié el pañal, tu debías alimentarlo….
Antes de que Erin pudiera también quejarse al respecto de lo que consideraba un pésimo trabajo de niñeros, especialmente para un equipo de hombres, la puerta de la habitación se abrió y su pequeño Caleb entró por la puerta, en cuanto la vió, corrió hacia la cama contento
- Mamiiiiii – gritó el niño, el hombre a su lado le ayudó a subir a la cama y ella abrazó a sus pequeños, sintiéndose afortunada de tenerlos a su lado
- ¿Cómo estás bebé? – preguntó - ¿Te trataron bien? – su niño asintió, tenía los ojos llenos de lágrimas y una de sus manitas en el rostro de Erin.
Erin dudó un segundo al verse rodeada de hombres en un momento con sus hijos, pero ya había soportado antes las miradas de otras personas en la calle al verla amamantar a su hijo mayor, pero su pecho había empezado a doler y no se había podido sacar la leche desde que estaba en el hospital, así que sin darle demasiadas vueltas, sacó su otro pecho y Caleb, junto con su hermanito, se prendió de su pecho.
Alguien carraspeó y Erin levantó la mirada, ahora habían cinco hombres en la habitación, por lo que no pudo evitar sonrojarse al sentirse observada, pero todos miraban sus pies, a excepción de uno, que la miraba fijamente a los ojos, un hombre que ella conocía bien desde hace tiempo, los mismos ojos azules que la habían rescatado en el incendio
- Aaron – murmuró, Caleb, que como todo niño mayor, era curioso, miró al hombre y luego a su madre
- Bombero - explicó el niño antes de volver su atención a su leche, Aaron, un hombre en sus treinta, al igual que Erin y un viejo amigo de la infancia, se miraron por unos segundos hasta que el hombre carraspeó de nuevo
- Señora Goodman – comenzó, acercandose – UN gusto, creo que ya conoció a Kennet – el hombre que había traído a su bebé en el cargador asintió con la cabeza – y a Miles – el joven a quien había reñido sonrió timidamente – Somos el escuadrón 51 – explicó, antes de señalar a los otros dos hombres que habían entrado tras él, un hombre pelirrojo y de barba con aspecto afable, y un chico latino de cabello rizado y brazos tatuados - Gregory y Matías – miró a su alrededor – y bueno, los gemelos están abajo.
- ¿Ustedes cuidaron a mis niños? – preguntó ella, Caleb asintió, atento a la conversación, Erin lo miró y sonrió ligeramente, Aaron, pasó una mano por encima de su cabello castaño, tenía una mirada cansada pero la expresión en su rostro era seria
- Me temo que su casa quedó completamente en ruinas – explicó, Erin asintió, lo esperaba, después de todo, ella misma había visto las llamas devorarlo todo - Según la investigación, la causa del incendio fue el horno, encontramos la cena carbonizada en el interior.
Erin cerró los ojos, una lagrima se deslizó por ellos, pero la duda la carcomía ¿realmente había sido tan tonta de dejar su cena en el horno? No, ella lo había apagado y recordaba perfectamente que había clavos en el alfeizar de la ventana de sus hijos.
- NO – dijo firmemente – siempre apago el horno – aseguró – estoy cien por ciento segura de que al…
Antes de que pudiera terminar la oración, la puerta de la habitación volvió a abrirse y su peor pesadilla entró por la ella, Caleb, que lamentablemente aún lo recordaba, se levantó de inmediato y sonrió
- Papi – llamó el niño contento, pero Erin no podía esconder su miedo, miró a Aaron, en busca de ayuda, pero el hombre había apartado la mirada y ahora el hombre que había jurado amarla entraba por la puerta, y las piezas del rompecabezas se armaron en su cabeza de inmediato
- Cariño ¿Estás bien? Vine volando en cuanto me enteré — aseguró el hombre acercandose a ella, aún aterrada en su lugar debido aa sorpresa y el terror de ver a su ex esposo frente a ella, no consiguió reacciónar hasta que le obligó a darle un beso
-¿Qué haces aquí? — susurró ella, aterrada al sentir las manos frías de Ethan clavarse en su espalda, el hombre fingió preocupación
- Vine a ver a mi esposa y a mis hijos – se quejó él, palmeando distraídamente la cabeza de Caleb, antes de mirar los pechos expuestos de Erin, que tragó con fuerza al notar la mirada de su ex esposo – Creí que habías parado de amamantar a Caleb cuando te lo ordené
Un carraspeo volvió a llamar la atención de Erin, que miró a los bomberos, intentando hacer contacto visual con alguno de ellos, sabía que si se quedaba sola con Ethan, habrían consecuencias, ella había escapado de él por meses, se arriesgó estando embarazada, pero el hombre había demostrado una vez más, tener control sobre ella. Pero Ethan puso su mano en el cuello de Erin con un agarre doloroso y la obligó a bajar la cabeza, en dirección a su bebé, y cubrió los pechos de Erin con una
- Muchas gracias por cuidar de mis niños – dijo Ethan – Pero por favor, mi esposa está cansada, yo los llamaré para hablar sobre el asunto ¿les parece?
- Volveremos en un par de horas – respondió Aaron, Erin estaba temblando a causa del miedo, podía sentir las lágrimas brotando por sus mejillas mientras miraba a su bebé, a quién aún no había nombrado – Un gusto verte de nuevo, Erin – añadió, pero ella no consiguió levantar la cabeza
- Caleb, ve con los bomberos – dijo Ethan repentinamente, soltó el cuello de Erin disimuladamente para bajar al niño de la camilla, en ese corto espacio, Erin levantó la cabeza, buscando los ojos azules de Aaron, que de inmediato, captaron los suyos, Erin suspiró aliviada al notar el cambio sutil en el grupo de hombres frente a ella, que se habían girado al escuchar que Caleb iría con ellos – Tengo que quedarme con mami esta noche, y no puedes estar en el hospital tanto tiempo – continuó explicando Ethan
- Vamos, campeón, te dejaré bajar por el tobogán - ofreció Matías, acercándose lo suficiente para llamar la atención del niño y arrodillándose tras él, arrodillándose, Caleb miró a su mamá con ojos tristes
- ¿Mami? – preguntó el niño – quiero leche – pidió, antes de negar con la cabeza y cruzarse de brazos - No tobogán, quiero a mi mami
- Ya estás grande para la leche - se quejó Ethan, suspirando y empezando a perder ligeramente la paciencia, por lo que Erin miró a Aaron y luego a su niño
- Mami te enviará leche ¿de acuerdo? – propuso - Los bomberos le conseguirán a mami algo para darte leche, y mañana puedes venir otra vez – ofreció, Ethan la miró y puso los ojos en blanco, siempre había considerado que mimaba demasiado a su pequeño, especialmente cuando ella había insistido y extender la lactancia por mas de un año.
- Señor Goodman, creo que…- empezó Aaron dando un paso adelante, un par de radios que traían algunos de ellos en la cadera sonaron con una voz metálica
- Atención escuadrón 51, 43 y 17 de Oregon, incendio en la calle Herton, número 12-98, edificio de apartamentos, todas las unidades, repórtense se inmediato, repito, Incendio en la calle Herton, número 12-98, edificio de apartamentos, todas las unidades, repórtense se inmediato, repito… - El corazón de Erin cayó en cuanto los hombres salieron corriendo por la habitación, Aaron se disculpó con la mirada, aunque parecía casi cabreado
- Matías, encárgate del niño, Erin… - Ni siquiera parecía saber que decir, maldijo antes de salir corriendo por la puerta, y así como así, su posibilidad de rescate se había ido, ella miró a Matías, que cargó al niño
- Prometo que lo cuidaremos, regresaré por el bebé en unas horas - dijo antes de salir también corriendo con un Caleb confundido, que al darse cuenta de que lo llevaban lejos, empezó a llorar, el corazón de Erin se rompió en cuanto escuchó a su hijo llorar, y su ex esposo Ethan, bufó antes de ir a cerrar la puerta.
UN escalofrío recorrió el cuerpo de Erin al escuchar el sonido del seguro en la puerta.
Su bebé se había quedado dormido, por lo que ella lo acomodó en sus piernas, o al menos lo intentó, Ethan lo tomó de sus manos y lo sostuvo frente a él
- Así que este es mi otro hijo – dijo Ethan, su rostro ahora parecía más siniestro, tenía puesto un traje y lucía demasiado pulcro – Tiene tus ojos – añadió, sabiendo que el comentario le causaría molestia, después de todo, cuando creyó haberse enamorado de ese monstruo, el cumplido sobre sus ojos con heterocromía era lo que le había hecho caer en la trampa
- ¿Cómo me encontraste? – preguntó, aunque en su mente estaba claro que existía la posibilidad de que él hubiera iniciado el incendio, había malditos clavos en su ventana, sabía que alguien habría tenido que entrar en la casa, la idea de que habían estado cerca de sus hijos y de ella, era repugnante.
Aaron estaba volviéndose loco, eran las cuatro de la madrugada y su cuerpo dolía a causa del cansancio, el incendio en los apartamentos había sido caótico, y tal como lo había sospechado en cuanto recibió la llamada, era provocado, por el mismo hijo de puta que había estado provocando incendios menores hasta hace un mes, finalmente se había atrevido a hacer algo grande, y esta vez había cobrado un par de vidas, lo que lo había puesto furioso.- Capitán - lo llamó Ryan, uno de los gemelos, recién llegaban a la estación nuevamente, y en su cabeza, aunque se había obligado a apartar de su mente a Erina y sus niños para poder concentrarse en el trabajo, la imagen de los ojos bicolor llenos de terror lo persiguieron toda la noche. Aaron miró a su compañero mientras bajaba del camión, los chicos empezaron también a
Erin estaba llorando en su almohada mientras que Ethan se subía los pantalones con expresión satisfecha, la ultima vez que se había encontrado en aquella situación, había sido la noche que decidió escapar, estaba embarazada de dieciséis semanas y no le había dicho a nadie, había visto a su pequeño Caleb con moretones en el rostro y la decisión había sido inmediata, se sentía como la peor madre del mundo, había permitido que su hijo sufriera, por lo que en cuanto Ethan le ordenó preparar la cena, puso somníferos en ella, y una vez que el hombre se había quedado dormido, tomó a su hijo, la tarjeta de Ethan y un par de abrigos, nada más que una bolsa con ropa para su niño y el coche, se dirigió a un cajero automático y sacó todo lo que pudo, Ethan ganaba lo suficiente y su propio salario estaba en aquella cuenta, po
Aaron abrazó a Erin y la consoló mientras ella finalmente le decía la verdad, y tal como lo sospechaba, el hijo de puta la maltrataba y la había tenido amenazada con los niños, simplemente había sido una precaución, pero luego de ver las evidencias de un incendio provocado en casa de Erin, utilizó un poco sus contactos para hacer que el incendio figurara como arte del caso abierto del pirómano que estaban buscando, y había añadido al esposo de Erin como sospechoso, era probable que no llevara a ningún lado, pero le daría el tiempo que necesitaba para alejar al hombre de los niños y de la mujer- Dijiste que es tu ex esposo ¿es eso cierto? – preguntó acariciando la mejilla herida de la mujer, que estaba sentada en su regazo y definitivamente necesitando seguridad, ella asintió, familiarizada con el contacto entre ambos- le hice creer a su abogado
Erin se encontraba conflictuada entre la alegría, la vergüenza el terror. Luego de que los oficiales se llevaron a Ethan y ella quedó nuevamente a solas con Aaron, se sentía vulnerable y segura al mismo tiempo, segura, debido a que el hombre había cumplido su promesa de protegerla, pero al mismo tiempo, la atención y la forma en que aprecía tener la situación bajo control conseguía atraerla como un imán, al igual que cuando eran jóvenes, Aaron siempre tuvo ese efecto en ella, y había sido la razón principal por la que no se había atrevido a buscarlo cuando había llegado a la ciudad.Le brindaron ropa nueva, lo que le hizo recordar que no tenía nada ni para ella ni para sus hijos, esperaba que Ethan no hiciera nada para quitarle los pocos cientos de dólares que tenía en su cuenta bancaria, porque necesitaría por completo ese dinero, din contar que
Aaron estaba completamente perdido por el pequeño bebé que ahora era su tocayo, ni siquiera había como había sucedido, pero mierda, le había encantado, ver a Erin con sus hijos le había hecho pensar tantas cosas, tantas posibilidades, después de tantos años, y ahora…Tenía que obligarse a aterrizar, la mujer estaba hecha un desastre emocional, había sido abusada por su ex esposo y casi había perdido a sus hijos en un incendio, y allí estaba él…sonriendo como un idiota porque el niño en sus brazos había sido nombrado en su honor.- Oh, por Dios, lo perdimos – se mofó Miles entrando en la cocina, haciendo que Aaron lo mirara sucio, el niño dormía, y sus hombres estaban llegando para el cambio de turno, Kennett, que venía detrás, se echó a reír- ¿Y bien? ¿Le volverás
Cuando terminó de llenar los informes de los incendios y de revisar la documentación correspondiente, Aaron miró la fotografía que tenía de él y Erin cuando eran jóvenes, era una de las ultimas fotografías que se habían tomado juntos, sobre la vieja camioneta a la que se había aferrado y que era el único recuerdo que tenía de su padre, le tomó años repararla, en la fotografía Erin usaba el cabello corto y con hondas naturales que caía con un flequillo, tenía una sonrisa enorme y llena de dientes, lo abrasaba mientras él intentaba no resbalar debido a la tierra mojada, se veían felices, inocentes, y sobre todo, enamorados.La fotografía había sido tomada un mes antes de su ruptura, él se había enlistado en el ejercito por un impulso estúpido y ella se había negado a la posibilidad de enviudar antes de los
El interior del lugar estaba hecho especialmente para lo que tenían en mente, Remi había apartado la habitación para una sesión de cinco horas, lo que quería decir que la empujarían al límite, Anne-Marie-Marie era rebelde, y apelaba a la debilidad que Remi tenía por ella para salirse con la suya, aunque su amigo simplemente la dejaba salirse con la suya para poder castigarla a su antojo, era un comportamiento que Aaron no dejaba pasar tan fácilmente. La habitación usual era una sencilla con todos los implementos necesarios para realizar sus sesiones, pero aquella noche usarían una especial con un banco de castigo y Remi había traído consigo una maleta, que ya estaba en la enorme cama, con fustas, pinzas para los pezones (hechas a medida para Anne-Marie-Marie) y su set favorito de cuerdas. Anne-Marie-Marie suspiró mientras miraba lo que le esperaba, mientras Remi se encargaba de preparar y limpiar los implementos, Aaron se pos
Erin se sentía avergonzada mientras esperaba en la cocina de Aaron, una cocina que la llenaba de demasiados recuerdos, que no tenía tiempo de procesar tampoco debido al llanto de su bebé, a quien en un impulso sentimentalista había decidido nombrar Aaron, tal como su amor adolescente y el hombre que la había rescatado de la muerte.Aaron Jr lloraba intensamente, y aunque se calmaba ligeramente al ser arrullado por su madre, Erin estaba al borde del colapso, Caleb no estaba tomando demasiado bien el constante cambio, y sus pesadillas habían despertado a Erin un par de veces.Estaba avergonzada con Aaron, que había decidido salir durante la primera noche que había dormido allí, y oh, el se había arreglado para una mujer, ella lo sabía, y por alguna razón, la idea le inquietaba, no se consideraba como celosa, después de todo, sabía bien que era posible que el hombre hub