Al llegar a casa lo primero que veo es el auto de Emiliano aparcado fuera junto a las camionetas de su seguridad. No puedo evitar resoplar de estrés en cuanto lo veo pues técnicamente no me agrada del todo Emiliano. Es un socio promedio que solo tengo en mi poder para cuando necesite echarle el agua sucia a alguien más. Es un completo idiota que no tiene mi respeto, pues quién realmente creo que tiene bolas es Valeria. Es astuta, intrépida y muy inteligente, es el tipo de mujer que cualquiera quisiera tener a su lado en este negocio por eso no me desharía de ella nunca, a menos que me traicione, clara está, pues eso en mi mundo, en mis reglas es simplemente algo que se debe pagar con sangre. Camino por la pasarela de la entrada y llego a la puerta, sin embargo, esta se abre antes de que yo siquiera pueda tocarla, al mirar noto que se trata de Cato y no puedo evitar fruncir el ceño.—¿Cato? ¿qué haces aquí? —es lo primero que le pregunto.—Buenas tardes, señor Max. Su esposa llamó, dij
Jennifer.La casa de Amerie nunca me había parecido tan alta e imponente, definitivamente nunca pensé que esto pasaría, pero sé que se trata de algo que debo hacer y sé que la única razón por la que me siento tana asustada ante una simple casa es lo que estoy a punto de hacer; decirle la verdad a Amerie. Toda la verdad. Cuando toco la puerta una chica del servicio me deja pasar y me dice que Amerie me espera en su habitación, así que subo las escaleras y llego hasta la misma, luego abro la puerta encontrándome a mi amiga, la probablemente dejará de ser mi amiga en un rato esperándome sentada en el hermoso sofá que tiene junto a la ventana.—Hola —ella me sonríe débilmente, no sé por qué creo que ya sabe lo que le diré.—Creí que no ibas a venir sinceramente… pero no eres tan cobarde como tu esposo —su respuesta me deja helada. Es más que obvio que lo sabe así que me acerco a ella y me siento sobre la cama.—¿Qué es lo que sabes exactamente? —ella suspira.—Que me estuviste engañando t
Alex.Armando está estable, pero no lo suficiente, sus heridas fueron bastante profundas y ha pasado con fiebre alta y escalofríos, sin embargo, lo estamos manteniendo vivo. El santo cree que Armando está en la ciudad esperando el momento preciso para atacar e incluso han hablado por teléfono mientras Nate le apunta a armando con un arma en la cabeza, pero sabemos que debemos actuar porque Armando no durará. Está débil y pronto morirá.Entro a la habitación donde lo tenemos atado de una mano a la cama y él me mira con ojos inyectados en rabia, pero bastante cansados.—¿Por qué no me matas enseguida? El santo sabe lo que tiene que saber y sé que debe venir en camino porque no es estúpido y sabe que algo anda mal —es lo primero que me dice.—Yo no te voy a matar.—Claro que lo harás. Solo es cuestión de tiempo. Ya no te sirvo Alex, déjame en paz. Déjame hablar con mi hija para despedirme.Que hable de su hija es bastante bajo, sabe que la familia es importante incluso para hijos de puta
Max.Valeria está muerta, sí, bien muerta, se suicidó lo cual es bastante extraño porque nunca la percibí como una maldita suicida, pero creo que todos tenemos cosas que alguien no sabe sobre nosotros. No me importa que esté muerta, no la necesito, pero antes de morir me dijo algo que ya yo sabía, que ella sabía, que todos intuíamos. Alex está vivo y eso sí es algo que me preocupa y que me importa porque volvió de la muerte y como es evidente volvió para vengarse, aun así, más que vengarse de mí, lo que realmente me pone inquieto es el asunto con Jennifer, MI JENNIFER. Lo único que busco dentro de todo esto es que jamás se entere que el padre del bebé que lleva dentro está vivo, pero lo que me regocija es que sé perfectamente que Alex no sabe que ese hijo es suyo, para este punto ya debe saber que ella está embarazada, pero estoy muy seguro de que cree que es mío.Llego a la casa creyendo que me encontraré a Sebastián, ese socio de Valeria que por motivos de viaje se salvó de la masac
Max.Valeria está muerta, sí, bien muerta, se suicidó lo cual es bastante extraño porque nunca la percibí como una maldita suicida, pero creo que todos tenemos cosas que alguien no sabe sobre nosotros. No me importa que esté muerta, no la necesito, pero antes de morir me dijo algo que ya yo sabía, que ella sabía, que todos intuíamos. Alex está vivo y eso sí es algo que me preocupa y que me importa porque volvió de la muerte y como es evidente volvió para vengarse, aun así, más que vengarse de mí, lo que realmente me pone inquieto es el asunto con Jennifer, MI JENNIFER. Lo único que busco dentro de todo esto es que jamás se entere que el padre del bebé que lleva dentro está vivo, pero lo que me regocija es que sé perfectamente que Alex no sabe que ese hijo es suyo, para este punto ya debe saber que ella está embarazada, pero estoy muy seguro de que cree que es mío.Llego a la casa creyendo que me encontraré a Sebastián, ese socio de Valeria que por motivos de viaje se salvó de la masac
Cuando diriges una compañía necesitas escapes, muchos escapes, necesitas desalojar todo aquello que causa estrés, todo aquello que nubla tu mente y no deja que hagas tu maldito trabajo de la forma correcta. A veces son personas, a veces son cosas, pero en mi caso esos escapes se materializan en un lugar en específico, el lugar donde puedo cumplir mis fantasías, donde puedo dejar que esa parte de mi se apodere de la situación solo por un momento, un momento donde puedo sentir el éxtasis brotar de mis poros, esos mismos que justo en este momento se erizan cuando siento que el auto se detiene enfrente de la puerta trasera del club; mi lugar seguro, mi escape.En el momento en que el auto se detiene un hombre abre la puerta para mí, me saluda y de inmediato abre la puerta de atrás. Camino frente a él mientras aflojo mi corbata hasta llegar al ascensor privado, el hombre lo abre para mí y ambos entramos en el pequeño espacio. Mientras el aparato sube no puedo evitar sentirme eufórico, como
Desde que tengo memoria me he sabido mover, tengo la habilidad de escuchar cualquier melodía y saber exactamente qué movimiento hacer para bailar de la manera correcta esa melodía; es mi don y lo aprecio. Toda mi vida me alagaron por eso, me dijeron lo buena que era y que debía aprovechar ese talento así que de una u otra forma desde pequeña me impregnaron ese sueño, al principio cuando era muy niña era el sueño de mis padres, bueno, era una niña y quería hacer todo lo que a ellos les gustara, pero poco a poco se fue convirtiendo en mi sueño, en el mío, y de nadie más.Así que pedía clases de baile, entré al grupo de danza de la escuela y siempre ganaba, y en cada competencia allí estaban mis padre con mi pequeña hermana, todos apoyándome, cualquier cosa que ameritaba bailar, yo era la numero uno así que, bueno, siempre supe que era la mejor, pero la vida no siempre te sonríe y a pesar de que te aferras a esos sueños, np siempre se pueden volver realidad por lo que no se convirtió en
—… Ya puedes irte.Al escuchar el resto de la oración me quedo de piedra, pero puedo sentir la mirada de ella sobre mí, así que también la miro. Me observa con evidente sorpresa y por primera vez desde que estoy aquí realmente me observa, de pie a cabeza, sin perderse ningún detalle de mí hasta que sus cejas se juntan una con la otra; no puede creerlo.—Ya puedes irte, Angelic, ¿no me escuchaste hace un segundo? —vuelve a hablar y ella un poco indignada se aleja resonado sus tacones.Es cuando yo vuelvo a mirarlo y él se relame los labios antes de darme una media sonrisa, l hombre junto a él que se había mantenido callado intenta irse, pero él lo detiene, le susurra algo al oído y el hombre frente a mí ingresa de nuevo al ascensor, siempre mirándome hasta que las puertas se cierran, ¿qué carajos?—¿No quiere a nadie? —le pregunto a su acompañante.—Debes esperarlo en el VIP, volverá en un momento —el hombre me toma del brazo y comienza a caminar mientras que yo intento seguirle el pas