***Trato de sonreírle a la vida, después de la locura que he cometido, los planes que teníamos han cambiado inesperadamente. Mi tía me ha llamado por teléfono y me ha pedido que regrese, quiere saber cómo estoy y que es lo que tengo pensado referente al hombre que me ha llevado al altar.Le he pedido a Harry que puede ir a la empresa o poner un poco en orden lo que tenga que poner, mientras que yo hablaría con mi tía y de una vez confesarle de la locura que ambos hemos cometido. Él, no muy convencido, aceptó y me ha traído a casa, me despido de él y espero que se aleje para poder entrar.—Oye, al parecer todo está bien —me sobresalto al sentir la mano de mi tía posarse sobre mi cintura—, tienes que contarme qué ha sucedido, ¿por qué te fuiste? Te esperamos mucho, pero luego…—Lo siento, pero es que pasaron muchas cosas que ahora tú lo tienes que saber.—Me asustas, ahora no esperaré que entremos a casa, quiero que me digas ¿qué es lo que sucede? —me toma del brazo hasta sacudirme—, A
Es una pregunta estúpida, cómo me pude preguntar justamente cuando ya comenzó. Presiona su cuerpo contra el mío y me agarra el trasero para atraerme hacia él, hasta que nuestros cuerpos quedan pegados. Balancea la cadera sin dejar de mirarme.Las palpitaciones de mi sexo rozan lo doloroso y creo que voy a perder la cabeza si continúa haciéndolo. Quiero pedirle que acelere el ritmo y que lleguemos al momento en el que me penetra. Mirándome a los ojos, levanta una mano y coloca la palma justa debajo de mi garganta. Con mucha delicadeza y suavidad desliza la palma de su mano entre mis pechos hasta llegar a mi estómago mientras me observa, ardiente y delicioso.¡Por Dios! Arqueo la espalda y le acerco más mi pecho. Él sonríe y baja la boca para chuparme un pezón con fuerza. Cuando sube una mano para masajearle el otro pecho, emito un gemido y echo la cabeza atrás.—Hmmm… —gimo al sentir su erección dura como el acero y me aprieta entre las piernas.No sé qué hacer. Quiero saborearlo de to
***Después de unos minutos logro salir de la habitación para reunirme con mi tía y Harry. Me pongo cómoda en uno de los sillones de la sala de estar, sin querer suelto un fuerte suspiro tras ver a mi alrededor y eso llamó la atención de Harry hasta que me preguntó que es lo que tengo. Mi tía me ve de reojo y se disculpa con nosotros excusándose que traerá unos bocadillos, todo eso mientras está el almuerzo, Harry reacciona y le dice que no es necesario, ya que los tres nos vamos de viaje, que no hay que hacer más, que lo que debe hacer en este momento es preparar maletas.Antes de presenciar un debate infinitivo le digo a mi tía que puede hacer maletas, que por nada del mundo permitiría dejarla aquí y si se rehúsa entonces yo me rehusaré a que ella viaje con la familia adorada. Lo último lo recalqué, ella sabe que no me gusta que visite a ese tipo de personas, pero… Ella es insistente y no puedo hacer nada.Mi tía asiente y no espera más para irse, desaparece de nuestras miradas, dej
Siento su respirar y el olor de su fragancia, me vuelve loca su cuerpo y la delicadeza de tocar cada parte de mi cuerpo, uuufff… Es un hombre lleno de sorpresas porque también me encanta el lado posesivo que tiene.Deslicé la camisa de sus hombros y lentamente moví mis labios sobre su cuerpo, acariciando y lamiendo cada pieza.Apreté los dientes en el pezón de mi hombre, y un gemido salió de su garganta. Un gemido y un suspiro al mismo tiempo me mostraron que definitivamente le gustaba lo que hacía. Aumenté un poco la presión, chupando al mismo tiempo, y sus manos subieron a mi cuello.—Amor, que haces mi… —se podía apreciar que él había perdido el tono grave de su voz.Me moví lentamente hacia el otro pezón y, ignorando por completo lo que acababa de oír, hundí los dientes aún más profundamente. Lleva ambas manos a mi cuello por unos segundos, me suelta al clavarme en su cuello para luego abrir camino en su pecho duro con mis dientes, me deslizaba cada vez más bajo hasta que me arrod
(...)El fin de semana ha terminado y mi presencia en la empresa ha llegado. Al principio se me había prohibido, pero luego le dejé en claro a Harry que ambos debíamos poner muchas cosas en su lugar y una de ellas es poner las cartas sobre la mesa y la otra es que tengo que hablar con Emilio sobre el tema de que me iré de luna de miel.Para Harry fue difícil, no quiere separarse de mí en ningún momento, eso me gusta, pero no puedo permitir que el deje sus obligaciones, no ahora.Subiendo el ascensor me concentro en las palabras adecuadas que debo decir, y de cómo controlar al hombre que quiere tenerme las veinticuatro horas para él.Al final las puertas del ascensor se abren de par en par, salgo de ahí y con mi cartera en mi mano y el portafolio en el otro me encamino hacia esa oficina. Mis piernas tiemblan, es probable que la mayoría pudiese notar mi tono de piel; bronceada y radiante, eso es lo que mi tía me dijo antes de que saliera de la casa.Llegando al escritorio de la secretar
***Saliendo del centro comercial me apresuro para poder detener un taxi, hoy no me pude venir en mi moto porque Harry me traía en su auto y la verdad que en este momento no quiero esperarlo.—Alexandra… Te llevo mi ciela —me detengo en seco, esa voz la reconozco—, ¿podemos ir al fin del mundo?—Alexis, ¡por Dios! —doy un grito al cielo al verlo, corro hacia él y sin importarme que está dentro del auto me lanzo atreves de la ventana—, mi vida, te he extrañado mucho—lo último salió en un hilo de voz, las emociones me han ganado.—Puedes subir, no quiero que algún atrevido pase tocándote las nalgas —me suelta una palmada en mi mano, me alejo de él y con las lágrimas en mis ojos asiento—. No llores mi amor.Rodeo el auto y me apresuro a entrarme, mis planes han cambiado, no puedo dejar a mi amigo, él ha aparecido y valoro mucho que me haya venido a buscar, eso significa que soy importante para él.—¿Dónde me llevas?—Te busqué en tu casa, pero tu tía me dijo que estarías en la empresa po
***Luego de desahogarnos el uno al otro, Alexis detiene el auto, reaccionando, ya que las cosas se estaban yendo por otro rumbo, según él ha venido a verme y no a discutir de lo que siente o no.Él se disculpa por ser un completo idiota, mientras que yo me mantengo firme, no quiero bajar la guardia porque de una u otra forma él se puede aprovechar de eso. Sus sentimientos me afectan, no es algo normal para mí y menos para él, dentro de mi interior desea que todo sea como antes; sin confusiones y enredos.Su anécdota de cómo le ha ido en su nueva vida me sorprende, no por lo que él puede hacer o lograr, todo tiene que ver con las relaciones que ha tenido con mujeres, todo eso para comprobar que jamás tuvo atracción sobre ellos. Las fotos que me está mostrando son pruebas que garantizan lo que él siente.Sin querer una sonrisa se dibuja en mi rostro, y no es por burlarme de él, no… Me causa risa su inmadurez, ¡se tuvo que acostar con varias chicas para comprobar que le gustan las mujer
***Quedando en mi habitación empiezo a tener un sentimiento que hace que mi corazón se estruja, me siento terrible, siento mi cuerpo pesado y lo único que deseo es dormir, creo que es por todo el “medicamento que me han suministrado”, como me estorba este yeso, ahora no podré caminar bien, pero tengo que ser positiva y hacer que no me estanque para lograr lo que quiero y anhelo.Sin exagerar, siento que toda esta habitación se ha vuelto oscura, una oscuridad que me abriga como si la necesitara con mucha urgencia. Parpadeo lentamente y cada parpadeo es un deseo de no ver nada.¿Por qué me siento así?—Te dejaré descansar y mañana vendré a verte —Alexis, agarra el edredón y empieza a cubrir mi cuerpo—, no pienses que te dejaré porque no lo haré y menos cuando estás decidida a no querer llamar a tu supuesto esposo.Ignoro eso, no quiero abrir mi boca para nada, solo quiero cerrar los ojos y despertar cuando pueda caminar. Alexis me dice que no quiere irse porque tengo que tener a alguie