***Alexandra*** Luego de tener ese pleito con ese par de brujas, mi tía me ha consolado y me dice una y mil veces que no se irá, que lo recomendable es que nos vayamos de aquí, que busquemos otro sitió tranquilo, que no es necesario quedarse aquí, aparte no se ha comprado la casa. Ella tiene miedo y la comprendo, pero ella también tiene que entender que no puedo ir por la vida escapando, esa señora estoy quiere provocarme, lo ha logrado, sin embargo, también tengo un haz bajo la manga y no dispuesto hacerme a un lado. Para que ella se tranquilizara le tuve que decir que esto no se quedará aquí, que Harry lo tiene que saber de una vez, que su madre ya ha pasado los límites. Pufff… Aunque no sé si se lo puede decir, no cuando el tema es de su madre.Cuando esperaba quedarme dormida me sale que Pamela volvió a mi casa, pero esta vez acompañada de mi jefa directa. Le dije a mi tía que me podía dejar a solas con ese par y que si sucedía algo que no dudara en llamar a la policía. Mi tía
***Las horas pasan y mi tía no deja de hablar, ¡ella se ha convertido en mi defensora! Por Dios, está contando cosas que no debería, me siento incómoda porque ellos no se deben de dar cuentas de mis desgracias temporales.Me levanté del sillón porque necesitaba tomar algo, mi garganta estaba seca, ya no podía más. Me disculpé y corrí hacia la cocina, no contando que alguien me seguiría, esas no eran mis intenciones.No me detuve, seguí mi camino y con un poco de nerviosismo empiezo a crear muchas cosas en mi cabeza.Entrando al área de cocina, la voz de la persona que menos esperaba me dice que no deba de correr, que debo de enfrentar las cosas.El jefe se deshizo de las mujeres para venir hacia mí, mientras él sigue hablando me dirijo hacia la nevera. Un buen vaso de agua helada podrá ayudarme, no quiero tomar licor porque no es el momento.—Ella te ama, ya nos ha quedado claro que…—Basta, no necesito de esas palabras y mejor dime cuáles son tus intenciones, la verdad que no quiero
***—¿Estás seguro Harry? —dice su amigo.Llevamos una hora conversando con Harper, el amigo de Harry, pero esta vez no es en el club, es en su casa. ¿Cómo llegué aquí?Harry me sacó de mi casa con desespero, no dejó que me fuese a cambiar y menos darle una explicación a todos los presentes, todavía no recuerdo como salí de ahí. Mi tía no hizo preguntas y eso le ayudo a Harry a sacarme de mi propia casa.Todavía sigo en shock, no he podido decir nada, mi cabeza da vueltas y vueltas, quiero decir que no porque todo es loco, sin embargo, una parte de mí quiere decir que sí, dejándose llevar por el sentimiento.Es que este hombre está completamente loco, y más porque me trajo con su amigo, ese hombre que es más ni menos que el abogado y su amigo a la vez. ¡Un abogado es dueño de un club nocturno!—Ambos estamos seguro de lo que vamos a hacer o dime, si el Harry dudoso vendría a tu santuario, sabes que no soy de molestarte, no, tú eres el que siempre viene a mí —lo reprende soltándole un
(...)—El señor confirme con su bondad este consentimiento vuestro que habéis manifestado ante la Iglesia y os otorgue su copiosa bendición —dice el padre—. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.Ah, Harper se ha salido con la suya, no tengo un vestido de novia como cualquier prometida hubiese deseado, pero sí un pantalón color blanco, una camisa completamente bordada con una gran cola atrás, y sin olvidar los tacones de punta fina. Es la única combinación que su amiga pudo encontrar para la ocasión.Ahora fui yo la que tuvo la iniciativa, la que se le abalanzó a esos labios que solo a mí me pertenecen. Soy su mujer, su amiga, su confidente, su esposa. ¡Su esposa! Gracias, mi Dios que está en los cielos, sin ti no hubiese dado esta oportunidad, gracias por estar siempre a mi lado.¡¡¡Soy Alexandra de Green!!!Harry me sigue sorprendiendo, jamás espere que hoy fuese el día de mi boda y que sobre todo fuese doble, sin olvidar que también trae consigo otra cajita de anillos. ¿
***Trato de sonreírle a la vida, después de la locura que he cometido, los planes que teníamos han cambiado inesperadamente. Mi tía me ha llamado por teléfono y me ha pedido que regrese, quiere saber cómo estoy y que es lo que tengo pensado referente al hombre que me ha llevado al altar.Le he pedido a Harry que puede ir a la empresa o poner un poco en orden lo que tenga que poner, mientras que yo hablaría con mi tía y de una vez confesarle de la locura que ambos hemos cometido. Él, no muy convencido, aceptó y me ha traído a casa, me despido de él y espero que se aleje para poder entrar.—Oye, al parecer todo está bien —me sobresalto al sentir la mano de mi tía posarse sobre mi cintura—, tienes que contarme qué ha sucedido, ¿por qué te fuiste? Te esperamos mucho, pero luego…—Lo siento, pero es que pasaron muchas cosas que ahora tú lo tienes que saber.—Me asustas, ahora no esperaré que entremos a casa, quiero que me digas ¿qué es lo que sucede? —me toma del brazo hasta sacudirme—, A
Es una pregunta estúpida, cómo me pude preguntar justamente cuando ya comenzó. Presiona su cuerpo contra el mío y me agarra el trasero para atraerme hacia él, hasta que nuestros cuerpos quedan pegados. Balancea la cadera sin dejar de mirarme.Las palpitaciones de mi sexo rozan lo doloroso y creo que voy a perder la cabeza si continúa haciéndolo. Quiero pedirle que acelere el ritmo y que lleguemos al momento en el que me penetra. Mirándome a los ojos, levanta una mano y coloca la palma justa debajo de mi garganta. Con mucha delicadeza y suavidad desliza la palma de su mano entre mis pechos hasta llegar a mi estómago mientras me observa, ardiente y delicioso.¡Por Dios! Arqueo la espalda y le acerco más mi pecho. Él sonríe y baja la boca para chuparme un pezón con fuerza. Cuando sube una mano para masajearle el otro pecho, emito un gemido y echo la cabeza atrás.—Hmmm… —gimo al sentir su erección dura como el acero y me aprieta entre las piernas.No sé qué hacer. Quiero saborearlo de to
***Después de unos minutos logro salir de la habitación para reunirme con mi tía y Harry. Me pongo cómoda en uno de los sillones de la sala de estar, sin querer suelto un fuerte suspiro tras ver a mi alrededor y eso llamó la atención de Harry hasta que me preguntó que es lo que tengo. Mi tía me ve de reojo y se disculpa con nosotros excusándose que traerá unos bocadillos, todo eso mientras está el almuerzo, Harry reacciona y le dice que no es necesario, ya que los tres nos vamos de viaje, que no hay que hacer más, que lo que debe hacer en este momento es preparar maletas.Antes de presenciar un debate infinitivo le digo a mi tía que puede hacer maletas, que por nada del mundo permitiría dejarla aquí y si se rehúsa entonces yo me rehusaré a que ella viaje con la familia adorada. Lo último lo recalqué, ella sabe que no me gusta que visite a ese tipo de personas, pero… Ella es insistente y no puedo hacer nada.Mi tía asiente y no espera más para irse, desaparece de nuestras miradas, dej
Siento su respirar y el olor de su fragancia, me vuelve loca su cuerpo y la delicadeza de tocar cada parte de mi cuerpo, uuufff… Es un hombre lleno de sorpresas porque también me encanta el lado posesivo que tiene.Deslicé la camisa de sus hombros y lentamente moví mis labios sobre su cuerpo, acariciando y lamiendo cada pieza.Apreté los dientes en el pezón de mi hombre, y un gemido salió de su garganta. Un gemido y un suspiro al mismo tiempo me mostraron que definitivamente le gustaba lo que hacía. Aumenté un poco la presión, chupando al mismo tiempo, y sus manos subieron a mi cuello.—Amor, que haces mi… —se podía apreciar que él había perdido el tono grave de su voz.Me moví lentamente hacia el otro pezón y, ignorando por completo lo que acababa de oír, hundí los dientes aún más profundamente. Lleva ambas manos a mi cuello por unos segundos, me suelta al clavarme en su cuello para luego abrir camino en su pecho duro con mis dientes, me deslizaba cada vez más bajo hasta que me arrod