Selene Jacket se aferro a la daga que apretaba con fuerza entre sus manos, intentando concentrarse en la plata de las armas y no en el frio que clava sus huesos.El bosque era frio, siempre lo era, pero aquella noche en particular el frio parecía cubrirlo todo con mayor brutalidad.Selene ignoro el frio, como solía hacer siempre. Ella era excelente ignorando el mundo a su alrededor mientras se enfocaba en una sola cosa. Su presa.Era esa una de las cualidades que la coronaban como la mejor cazadora y asesina de toda la región.Y también era el causante de que ella estuviera allí en un primer lugar, embarcada en aquella misión. Asesinar al alfa de la manada Crescent.Los otros cazadores habían temblado ante la mera mención de la manada Crescent, la mas poderosa de todas. Era una locura meterse con un miembro de esta, pero asesinar al alfa era una cosa totalmente desquiciada. Nadie cuerdo se atrevería a eso.Pero Selene no era en absoluto una chica cuerda.>> ¿Dónde estás? << pensó la c
Cuando Selene volvió a abrir los ojos, todo su entorno había cambiado completamente. La cazadora ya no se encontraba en el frio bosque desolado, sino que eran las paredes de piedra de un castillo las que le daban la bienvenida.Al sentarse en la cama, sintiendo su cabeza dar vueltas aun por la secuela del veneno en su cuerpo, ella logro percatarse de un segundo cambio. Su ropa. El traje de cazadora, las armas, las protecciones, todo ello había sido reemplazado por un corse demasiado escotado que se unía a una pollera de seda roja que dejaba al descubierto los costados de sus piernas.—¿Qué opinas de mi elección de vestuario? Sin dudas el rojo te sienta mucho mejor que el marrón—canturreo una voz masculina desde un rincón de la habitación.La cazadora lanzo una mirada veloz y furtiva, encontrando a Dimitri sentado en un sillón, con su camisa desabotonada, exhibiendo su cuerpo perfecto, mientras una actitud relajada enmarcaba sus palabras descaradas.—¡¿Tu me cambiaste?!—pregunto ella e
Selene trago duro, reprimiendo el miedo que se filtraba a través de su piel mientras avanzaba por aquel hermoso castillo escoltada por el mismísimo Dimitri.Muchos licántropos, miembros de aquella corte, se aproximaban a ella con ojos curiosos y deseosos, había un sentimiento común reunido en sus rostros. Algo que la hermosa cazadora no logro identificar.—No te apartes de mí, conejita—susurro Dimitri en su dirección, mientras tomaba la mano de ella—. Solo yo tengo permitido comerte.Selene arrugo el ceño, mientras continuaba caminando detrás del lobo. No se atrevió a decir una sola palabra en su dirección, no con toda la manada allí reunida, asediando cada uno de sus movimientos.Precedidos por los lobos, Dimitri guio a Selene a un enorme salón, en cuyo centro se encontraba el trono del alfa. Sin demasiadas vueltas, el tomo lugar allí, empujando un segundo mas tarde a la cazadora sobre su regazo.Las mejillas de la hermosa mujer ardieron ante la vergüenza, mientras Dimitri rodeaba su
La palabra “Esposa” quedo suspendida en el aire, entre ellos, como si no tuviera significado alguno. Hasta que finalmente, Castiel fue el primero en reaccionar.—¡¿Esta demente?!—gruño desesperado Castiel, mientras sus ojos azules salían disparados, trazando la distancia entre Dimitri y Selene—¡No puedes cazarte con ella!Dimitri lo ignoro en su totalidad, mientras se aproximaba a la cazadora, pasando junto a su hermano sin prestar demasiada importancia al asunto. Durante algunos segundos, Selene creyó que el alfa la regañaría por escapar, pero en realidad simplemente se coloco junto a ella, dispuesto a protegerla con su propio cuerpo de Castiel.—¿No puedo porque es una cazadora? —respondió con palabras lentas el rey de los lobos.—¡No puedes hacerlo porque es una pésima idea! —arremetió Castiel, mientras revolvía su cabello dorado como los rayos del sol—. Selene, no puedes estar tan demente como él.Al oír la mención del nombre de la cazadora, Dimitri parpadeo, el entendimiento bril
La hermosa cazadora había suspirado aliviada, al enterarse que la idea de Dimitri no era cobrar su venganza en la cama, sino obligándola a trabajar una semana en la servidumbre del castillo.Selene había asentido, intentando disimular su alivio inmenso por aquella labor encomendada. Si trabajaba como sirvienta en el castillo, ella tendría la oportunidad de conocer el lugar completamente e idear una forma de escapar de allí… logrando concretar su misión incluso.Porque incluso, a pesar de la atracción desmedida que ella sentía hacia Dimitri, no podía negar que el odio que sentía hacia su especie era mucho más fuerte.Como parte de su castigo, el alfa le había asignado una habitación recluida en la parte mas alta del castillo. No tenia muchos muebles y la iluminación era escasa, pero al menos estaba sola y gozaba de una preciosa vista de todo el castillo y sus alrededores.Sin embargo, cuando llego la media noche, ella comprendió que las palabras de Castiel no habían sido meramente fanf
Selene no sintió el más mínimo atisbo de frio en toda la noche, ella logro dormir plácidamente entre los brazos de Castiel, disfrutando del calor que su cuerpo emanaba. Incluso aunque su odio hacia el era demasiado grande para ser ignorado, el frio mortal que logro sentir en aquella ocasión pudo más.Sin embargo, cuando la hermosa cazadora abro los ojos con la llegada de un nuevo día, la ausencia de Castiel era evidente. El licántropo no se encontraba por ningún lugar, solo un lejano aroma de su piel desnuda se había quedado impregnada en su cuerpo.Molesta por no haber logrado percibir el momento exacto en el que el lobo abandonaba su habitación, ella salió de la cama y luego de higienizarse con un cubo con agua fría que encontró junto a la pequeña ventana, salió del cuarto.—Tienes que ser mas rápida, no me gusta que la servidumbre demore—escupió Dimitri con una mueca oscura en sus labios.Selene se detuvo abruptamente. Ella no esperaba encontrarse al rey de los licántropos allí, en
Todos tienen fortalezas y habilidades. Cada persona nace con las capacidades básicas necesarias para sobrevivir en el mundo, y Selene era extremadamente hábil en varias áreas. Sin embargo, lo que concernía a las labores de limpieza no resultaban ser su fuerte.La noche anterior, la cazadora había tenido la estúpida creencia de que se le obligaría a trabajar en el área de la cocina. Estúpido pensamiento. Como si Dimitri fuera tan tonto como para permitirle el libre acceso a un arsenal completo de armas.Solo el infierno sabio de lo que Selene seria capaz si colocaban tal armamento entre sus frías manos.No. A la bella cazadora se le había asignado otra clase de tareas, las de la limpieza. Precisamente el lavado de la ropa de cama de todos los cuartos del castillo, ya que aquello parecía ser lo único que no lograba arruinar por completo.Con el ceño ligeramente fruncido y los labios firmemente apretados, Selene se paseaba por los patios internos del castillo, haciendo un esfuerzo poco h
Con poco cuidado y delicadeza, Castiel coloco un collar con liebres muertas sobre los hombros de Selene, mientras aquella sonrisa radiante iluminaba su rostro con un gozo que generaba en la cazadora ganas de romper su nariz perfecta.—¿Quién diría que a la mejor cazadora de todos los tiempos le daría miedo un par de conejos muertos? —canturreo con arrogancia el lobo.—¿miedo? No conozco el significado de esa palabra—escupió ella con tono frio y seco—¿desagrado? Bueno… puedo reconocerlo con solo lanzarte una mirada.Las cejas de Castiel se alzaron en lo alto, antes de que este estallara en un ataque de risas. Sin embargo, antes de que la cazadora fuera capaz de notarlo, el lobo la sujeto con fuerza por la barbilla, elevando su mirada hacia el con firme determinación.Selene no intento apartar el rostro, tampoco lo deseaba. Debía admitir que admirar el bello rostro de Castiel no era ningún castigo.—Anoche no recuerdo oír que te quejaras por estar junto a un desagradable lobo… por el co