Selene jamas habia participado en una fiesta de ese estilo. Desde niña, ella habia sido entrenada para convertirse en una cazadora formidable, cualquier tipo de distracción fue dejada a un lado durante su tiempo de entrenamiento. Eso incluía las fiestas y cualquier tipo de evento social de aquel calibre.Por eso, la cazadora sintió una desesperada necesidad por escapar de allí a toda prisa en cuanto vio el mar de personas ante ella. Sin embargo, ella no escapo. Simplemente siguió avanzando, atrayendo las miradas de curiosos que se encontraban cautivados por su deslumbrante belleza.En ese preciso instante, a medida que avanzaba por el lugar y se sentía el centro de atención de todos los presentes, la incomodidad la llevaba a desear haber utilizado otro vestido, uno menos llamativo quizás. Pero ahora no habia vuelta atrás, debia mantener la cabeza en alto mientras luchaba con su deseo de correr a los brazos de Dimitri.Sin embargo, el alfa se encontraba mas allá, atendiendo sus asunto
La cazadora sigio a Pixy con pasos veloces, deslizándose por el castillo con gran soltura. Habia algo extraño en ella, algo diferente que no podia descifrar.En otro momento de su vida, aquello hubiera levantado las alarmas poniendola a la defensiva. Sin embargo, en ese preciso instante, la cazadora se deslizaba por el castillo casi hipnotizada, siguiendo con gran atención la silueta de Pixy como si se tratase de luz y ella no fuera mas que una mera polilla.Sumida en una especie de trance, la cazadora llego hasta el jardín de piedra del castillo, incapaz de negar sus pasos, sus movimientos volviéndose ajenos a ella, hasta que finalmente Pixy se detuvo, volviéndose hacia ella.Selene sabia profundamente en su corazón que allí habia algo extraño, nada era lo que parecía ser.—¿Quién eres?—siseo la cazadora, con los labios ligeramente apretados mientras sostenia su mirada con gran fiereza.—Tu ya sabes quien soy—canturreo aquella mujer con una sonrisa encantadora—. Me conociste en mi cu
El alfa se habia percatado de la ausencia de Selene en el baile casi al instante. Fue cuestión de lanzar una mirada furtiva a través del gran salón para notar que algo malo estaba ocurriendo.Sintio, poco después, el tiron del vinculo silencioso de Castiel. Lo estaba llamando. No de un modo altivo o demandante, sino con verdadera preocupación.Dimitri se excuso rápidamente con sus invitados, antes de salir del lugar a toda velocidad, siguiendo el tiron del vinculo invisible que guiaba sus pasos.Para cuando finalmente logro llegar al jardín de piedra, encontro a Castiel, gruñendo hacia Pixy con Selene desplomada a sus pies. La sangre de la cazadora se deslizaba lentamente hacia el sauce.—¡Termina con esto, maldito cobarde!—siseo Pixy con total veneno.Pero Castiel se mantuvo firme en su posición, interponiéndose entre la guardia y el cuerpo hinerte de la cazadora.Dimitri tardo un par de segundos en comprender lo que allí estaba ocurriendo. La delgada línea entre amigo y enemigo era
—Les queda poco tiempo, caballeros… en su lugar lo utilizaría para despedirme de la perra cazadora—se burlo Pixy, mientras reia de forma sarcástica.Sin embargo, aquella risa duro poco, cuando su cuerpo comenzó a endurecerse, volviéndose tan rigido como la piedra bajo sus pies.>—No… mi señor, no…—comenzó a decir ella.Pero era demasiado tarde, antes de tan siquiera comprenderlo, el señor de las sombras se habia desvanecido en el olvido, llevandose consigo la promesa de vida que le habia ofrecido.—Selene, lo logro—dijo duditativo Castiel, antes de volverse hacia la cazadora tendida en el piso. Demasiado palida, demasiado fría—. No… no… no… vamos Selene, no puedes morir.Dimitri fue el primero en lanzarse sobre ella, envolviendo su cuerpo entre sus brazos, mientras intentaba tomar sus pulsaciones. No habia respuesta.—No puedes morir, no asi… no es justo—gruño Dimitri, mientras la elevaba entre sus brazos—. Me niego a aceptarlo.—Hermano… dejala ir, ella ya no esta aqui. Es demasiado
Una semana mas tarde:—Creo que es una idea pésima—reprocho la cazadora, mientras cruzaba los brazos sobre su pecho con disgusto ante las palabras de Castiel.—Yo estoy en desacuerdo, creo que es lo mejor—canturreo el hibrido con una sonrisa radiantee—. Sera una buena oportunidad para mi… aparte ¿Quién dice que no vendre a su boda con alguna bella acompañante?Los labios de Selene se apretaron con fuerza, mientras luchaba por reprimir una sonrisa. Castiel le habia pedido a Dimitri que lo enviara en una misión lejos del castillo, y el alfa le habia concedido el deseo.Luego de lo ocurrido la semana pasada, Selene se pregunto si acaso era la culpa lo que lo llevaba a migrar lejos, o el dolor de no concretar su deseo. Habia intentado hacer un trato con el señor de las sombras, una vida por una vida, esa era su promesa. Castiel le habia prometido la vida de Selene a cambio de la de su propia hermana.Ni Dimitri ni la cazadora pudieron enfadarse con Castiel por aquella decisión, la cual h
Selene Jacket se aferro a la daga que apretaba con fuerza entre sus manos, intentando concentrarse en la plata de las armas y no en el frio que clava sus huesos.El bosque era frio, siempre lo era, pero aquella noche en particular el frio parecía cubrirlo todo con mayor brutalidad.Selene ignoro el frio, como solía hacer siempre. Ella era excelente ignorando el mundo a su alrededor mientras se enfocaba en una sola cosa. Su presa.Era esa una de las cualidades que la coronaban como la mejor cazadora y asesina de toda la región.Y también era el causante de que ella estuviera allí en un primer lugar, embarcada en aquella misión. Asesinar al alfa de la manada Crescent.Los otros cazadores habían temblado ante la mera mención de la manada Crescent, la mas poderosa de todas. Era una locura meterse con un miembro de esta, pero asesinar al alfa era una cosa totalmente desquiciada. Nadie cuerdo se atrevería a eso.Pero Selene no era en absoluto una chica cuerda.>> ¿Dónde estás? << pensó la c
Cuando Selene volvió a abrir los ojos, todo su entorno había cambiado completamente. La cazadora ya no se encontraba en el frio bosque desolado, sino que eran las paredes de piedra de un castillo las que le daban la bienvenida.Al sentarse en la cama, sintiendo su cabeza dar vueltas aun por la secuela del veneno en su cuerpo, ella logro percatarse de un segundo cambio. Su ropa. El traje de cazadora, las armas, las protecciones, todo ello había sido reemplazado por un corse demasiado escotado que se unía a una pollera de seda roja que dejaba al descubierto los costados de sus piernas.—¿Qué opinas de mi elección de vestuario? Sin dudas el rojo te sienta mucho mejor que el marrón—canturreo una voz masculina desde un rincón de la habitación.La cazadora lanzo una mirada veloz y furtiva, encontrando a Dimitri sentado en un sillón, con su camisa desabotonada, exhibiendo su cuerpo perfecto, mientras una actitud relajada enmarcaba sus palabras descaradas.—¡¿Tu me cambiaste?!—pregunto ella e
Selene trago duro, reprimiendo el miedo que se filtraba a través de su piel mientras avanzaba por aquel hermoso castillo escoltada por el mismísimo Dimitri.Muchos licántropos, miembros de aquella corte, se aproximaban a ella con ojos curiosos y deseosos, había un sentimiento común reunido en sus rostros. Algo que la hermosa cazadora no logro identificar.—No te apartes de mí, conejita—susurro Dimitri en su dirección, mientras tomaba la mano de ella—. Solo yo tengo permitido comerte.Selene arrugo el ceño, mientras continuaba caminando detrás del lobo. No se atrevió a decir una sola palabra en su dirección, no con toda la manada allí reunida, asediando cada uno de sus movimientos.Precedidos por los lobos, Dimitri guio a Selene a un enorme salón, en cuyo centro se encontraba el trono del alfa. Sin demasiadas vueltas, el tomo lugar allí, empujando un segundo mas tarde a la cazadora sobre su regazo.Las mejillas de la hermosa mujer ardieron ante la vergüenza, mientras Dimitri rodeaba su