RoanNo podía creerlo. M*****a mujer traidora.¡Carajo, quería matarla con mis propias manos! ¿Cómo se atrevió?Por suerte, había puesto una nueva cámara, que solo yo sabía de su existencia. Solo lamentaba no haber revisado en el preciso momento en el que se escapaban, pues, con tan solo una llamada, podría haberlos detenido.¡Carajo! Si no hubiera estado en esa m*****a reunión, Zebela estaría en casa. Ay, pero se iba a arrepentir de su rebeldía.A Lidia la mataría tras torturarla, también al imbécil de Dan. Y a Zebela... a ella la tomaría con fuerza, con susurros admitiendo que había asesinado a su amado Bastian. Sí, le haría el amor mientras le revelara lo mucho que sufrió antes de morir. Luego, la encerraría de por vida.Salí de la oficina, pues no dejaría esto solo en manos de mis hombres y arriesgarme a que lo arruinaran. Yo mismo iría por ella y la traería a casa.Cuando fui por mi caballo, escuché el sonido de la alarma, quedándome en shock por unos segundos.—¡Maldición! ¡¿Qué
Zebela«Tun-tún, tun-tún...»Los latidos de mi corazón eran cada vez más intensos y fervorosos, con un entusiasmo abrumador que revivía la alegría y los colores en mi interior.Las emociones olvidadas, esas que conocí junto al hombre que cambió mi vida en muchos sentidos, ahora despertaban y me recordaban lo feliz que fui con él.En mí se encendió una llama que me dio fuerzas para enfrentar cualquier obstáculo y que me devolvió la seguridad y calidez que me habían sido arrebatadas.Era él, la columna de nuestro hogar, mi familia y amor. Mi compañero de vida y el único hombre al que había amado de verdad sin perderme a mí misma. Era mi Bastian. Él vino por mí. Bastian me amaba tanto como yo a él.No pude evitar aumentar la velocidad de forma impulsiva, y me sorprendí cuando pude hacerlo sin perder el equilibrio. Así era el amor, este podía lograr cualquier cosa.Las lágrimas acariciaban mis mejillas, celebrando junto a mi corazón la felicidad y el alivio de que Bastian estaba con vida.
ZebelaMe abracé a Bastian instintivamente, como si él fuera todo lo que necesitaba para sentirme segura y a salvo. Él me sostuvo, confirmando que estaba allí para protegerme.Le advertí con palabras débiles y asustadas, pero él estaba muy seguro de sí. Entonces, sucedió. Roan presionó algo en la extraña arma que tenía en las manos, y una bola azul salió disparada hacia nosotros.Todo sucedió muy rápido. Apreté los ojos y me aferré más a Bastian, quien dio un giro rápido para protegerme del ataque. La bola impactó en su espalda y estalló allí. El olor familiar empezó a darme náuseas, y el miedo al efecto que provocaría me congeló.¿Qué haría ahora? Bastian había recibido todo el ataque, así que era cuestión de tiempo para que sus sentidos dejaran de funcionar y perdiera el conocimiento. Por instinto, me preparé para ello, reuniendo mi poder para intentar sanarlo.—Ponte esto —dijo de repente, sacando una gargantilla de su bolsillo.Entonces noté algo diferente en las joyas que rodeaba
ZebelaEstaba sumida en los recuerdos dolorosos y en mi cavilación acerca de si debía atacar a Greta o simplemente ignorarla, cuando, de repente y con dificultad, levantó la espada para asesinarme. No pude evitar reír, pues la pobre no tenía fuerzas ni siquiera para sostener el arma correctamente—Eres tan estúpida que piensas atacarme con una espada que ni siquiera eres capaz de sostener bien —me burlé—. Eres una inservible, una mujer cuya única habilidad es fastidiar a los demás. Nadie te soporta, ni siquiera tu propio hijo.—¡Cállate, maldita! —explotó, fuera de sí—. ¡Aquí la única inservible eres tú! Te arrastraste por un hombre que nunca te amó. Tuviste tan poco valor en su vida que su amante fue puesta por encima de ti.» Ella tuvo lo que tú no. A Roan no le importó ni siquiera tu asqueroso cachorro. Me alegro mucho de que haya muerto antes de nacer, pues qué vergüenza y horror hubiera sido para mí tener un nieto que proviniera de ti.Esas palabras fueron como agujas atravesando
ZebelaTras el alivio, una sensación de melancolía y vacío me embargó, dejándome congelada mientras observaba el cuerpo carbonizado de Roan. Me sentí culpable por haber sido partícipe de su sufrimiento. Me sentí igual que él.¿Era yo una persona vengativa o solo quería justicia? ¿Era la justicia tan cruel?Estaba confundida.No sabía si era por las hormonas del embarazo, las secuelas de los momentos traumáticos o todo junto, pero me sentía fatal. No podía dejar de llorar ni recordar el pasado.Odiaba a Roan, y era un alivio saber que ya no me dañaría; sin embargo, había una parte de mí que sentía lástima por él, que insistía en recordar lo que significó para mí en el pasado.Vi a mi yo adolescente, huérfana y asustada. Lo había perdido todo, y mi futuro era incierto. Para mí, Roan fue un salvador.A mi mente llegó la primera vez que vi sus ojos negros y cómo esa oscuridad me atrajo. Me enamoré. Lloré cuando supe que él tenía pareja, que me veía como a una cachorra, pues ni siquiera ha
Zebela Mi mente divagaba en los recuerdos, mezclándolos y comparándolos con cada detalle de nuestro viaje de regreso a Luna Roja.No sabía cuántas horas habían transcurrido, pero el sol ya se estaba poniendo, lo que indicaba que era momento de encontrar un lugar para acampar y recuperar fuerzas.Estaba adormilada, dejándome mimar por las caricias de la brisa, que me levantaba algunas hebras y traía una sensación fresca a mi rostro, y por el calor y la comodidad que la firmeza del torso de Bastian me proporcionaban.En esta posición, recostada en su pecho, me era posible escuchar los latidos de su corazón, percibir su respiración calmada y notar los movimientos de sus músculos al tensarse mientras guiaba al caballo.Me sentía tan segura entre sus brazos, que formaban murallas al estar extendidos para manejar las riendas. Todavía se me hacía irreal que estuviera vivo, conmigo, y que yo estuviera regresando a nuestro hogar.¿Y si era un sueño?A mi mente vinieron todas las veces que soñ
BastianTenía un remolino de emociones del que no me había percatado hasta que rescaté a mi tulipán, pero ahora que ya había terminado con ese pendiente, quedaba otro que me torturaba y me quitaba la tranquilidad.Era como si la historia se repitiera, solo que esta vez iba a recuperar una manada que yo había restaurado y liderado por más de una década.Lo peor de todo era volver a enfrentarme a ese hombre, el mismo que se alió con mis enemigos y planeó mi muerte.También tendría de frente, y sin máscaras, al traidor de Janor. Esta vez, con la certeza de quién era en realidad: un desleal malagradecido.Era difícil esconder mi aflicción cuando iba directo a esa batalla, pero yo era un hombre acostumbrado a enfrentar lo que me tocara. Sin embargo, las palabras que salieron de la boca de mi tulipán fueron la excepción. No estaba preparado para escuchar aquello.¿Ella estaba embarazada? ¿De mí?Sentí un cosquilleo extraño en la boca del estómago, acompañado por varios escalofríos y... mied
Zebela se acercó a mí y me acarició las mejillas con sus manitas suaves. Eso me reconfortó. No pude evitar cerrar los ojos para disfrutar mejor de su toque, como si esa acción se intensificara solo por desconectarme de todo lo demás.—Bastian, ellos están bien. Yo estoy bien. Recuerda que son tus hijos, así que son fuertes por naturaleza. Además, uno de ellos es Wos, mira...Se desnudó y tiró su ropa sobre una roca que hacía de muralla entre las aguas del río y el suelo.Me quedé contemplándola como el imbécil que soy. Mis ojos recorrieron cada curva. Oh...¿Qué había dicho? ¿Qué era lo que quería mostrarme? Lo había olvidado porque toda mi concentración se enfocó en sus pechos llenos y redondos, que ahora lucían más grandes, en sus caderas y en su...Me relamí los labios y, de momento, tuve mucha sed. Necesitaba beber de su linda cuevita, jugar con sus pelitos rosaditos y chupar su carnita palpitante.Besaría esos pechos rosaditos mientras me unía a ella, a su calor, a su humedad, a