Capítulo 109

Zebela

Las voces confusas se escuchaban lejanas, y a mi alrededor todo era como un manto de neblina en el que sentía que flotaba. No sabía exactamente si escuchaba un ruido o si se trataba de un silencio inquietante. Solo quería despertar y dejar de sentir esa horrible sensación de flotar en la nada, ese mareo molesto que me dominaba.

Finalmente, pude abrir los ojos y percibí el olor a alcohol atacando mis fosas nasales. Mi sentido de la vista regresó, y mis amigos tomaron forma delante de mí. Allí estaban Zael y Natalia, preocupados, mientras el primero me presionaba un algodón mojado con alcohol en la nariz.

Poco a poco, pude sentir el frío en esa área, y el olor a alcohol se tornó nauseabundo. De forma instintiva, alejé la mano de Zael con un manotazo y pedí agua, pues, de repente, tuve mucha sed.

Mi pedido fue casi una orden para Natalia, quien corrió a buscarla en un santiamén.

Tomé conciencia de mi entorno y lo reconocí como la cocina. No vi a nadie más.

Tras beber toda el agua,
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