ZebelaHumo...Era todo lo que veía. Mucho humo. ¿Dónde estaba? No había sonido, ni olor, ni sensaciones, solo humo y mi consciencia. De repente, un pitido estalló en mis oídos y el humo se transformó en una luz blanca. Luego, sentí ardor en mis ojos.Parpadeé varias veces hasta que estos se acostumbraron a la luz de la habitación que se colaba por la ventana.Ahora sí percibía mi alrededor; mi cuerpo y mis sentidos regresaron. Con la vista clara y todas las formas completas delante de mí, me sentí asustada por la familiaridad de los olores, los colores y el ambiente.Me transporté al pasado. Sentí que el tiempo no había transcurrido y que nunca había salido de Zafiro. ¿Y si nada de lo que viví con Bastian fue real?Con dificultad, me incorporé y miré a mi alrededor, todavía desorientada y confundida.Entonces, la vi. Era Lidia. Ella estaba abriendo las ventanas y llenando de luz mi antigua habitación, esa donde lloré por Roan muchas noches. ¿Por qué estaba aquí?—¡Bastian! —grité, al
ZebelaLas gotas tibias sobre mi piel eran reconfortantes y aliviaban la sensación de suciedad en mi cuerpo, aunque no podía decir lo mismo de mi interior.Estaba devastada, y la incertidumbre me tenía a punto de perder el vestigio de cordura que me quedaba. Era tan injusto que Roan se saliera con la suya, que no hubiera escapatoria para mí. Era como si todos mis temores y pesadillas se hubieran hecho realidad.Lo odiaba.Él era ese monstruo que me esclavizaba y destruía todo lo que era valioso para mí. Desgraciado, maldito infeliz. Si le había hecho daño a Bastian, le haría pagar con creces su crimen.Tras vestirme, salí de la habitación y me dirigí a la cocina, pues no me interesaba compartir la mesa con Roan.—¿Qué hace aquí? —interpeló Lidia con reproche—. El alfa la está esperando en el comedor.La ignoré y me senté frente a la mesa.—Prepárame una ensalada con fruta —le ordené a otra criada, quien obedeció mi pedido tras unos segundos de cavilación.—¿No me está escuchando? —ins
ZebelaLos días en casa de Roan eran difíciles y dolorosos. La incertidumbre sobre el bienestar de Bastian estaba acabando con mi cordura y me tenía sumida en una gran depresión; mis pesadillas tampoco ayudaban. Necesitaba salir de aquí o me volvería loca.Después de que ataqué a Roan en el comedor, él aumentó la dosis de la sustancia y me retuvo en la habitación, así que no se me permitía salir ni a la sala. El encierro, la sustancia, los malestares de mi embarazo, la ansiedad y la tristeza de estar lejos de mi mate me tenían enferma, débil y con mi salud mental hecha añicos.Me estaba muriendo lentamente.Sabía que debía luchar por mi cachorro, que rendirme no era una opción, así que esta mañana decidí entrenar mi poder aquí adentro, de una forma silenciosa y discreta.Era tortuoso debido a mi estado físico. Luché, tratando de vencer la sustancia en mi cuerpo y a mi alrededor, mas parecía que era una lucha inútil. Simplemente no tenía forma de neutralizarla. ¡Era tan injusto!No pu
Una semana antesLaurelAyayay...Caminé de un lado a otro mientras agarraba las plantas que necesitaba. La música dejó de resonar en el taller, o, como Bastian lo llamaba, mi laboratorio brujístico, así que la volví a encender.Niño irrespetuoso.No pude evitar sonreír. A pesar de que yo no era una persona muy expresiva con los sentimientos, para nada cariñosa, ese chiquillo tenía un lugar especial en mi corazón.Entendía que, para él, solo era su guía y la amiga de su padre, pero la verdad era distinta: lo quería mucho, y, para mí, era familia.Ay, ay, pero no era buena demostrando eso, así que lo entendía.Ay, pero ¿qué estaba buscando?Me puse las manos en la cabeza, atribulada, como si esa acción me ayudara a recordar.¡Cierto!Tras encontrar lo que quería, me dispuse a salir del taller porque la preparación requería tiempo, y un poco de aire fresco me ayudaría a organizar mis pensamientos. Esperaba que mi idea funcionara, pero necesitaba un plan B en caso de que no.—Ah, pero ¿c
LaurelCabalgué a toda velocidad, pues los eventos extraños se mezclaron con mi mal presentimiento, ese que se quedó clavado en mi interior desde que hablé con Draevor, y me gritaban que algo malo iba a ocurrir.Era una preocupación que crecía a medida que avanzaba. Percibí a mis guerreros a varios metros de mí y continué mi viaje por el sendero con menos inquietud. Algo me decía que los necesitaría.Tras más de una hora de viaje, en el territorio que quedaba entre los límites de la manada de Bastian y los bosques que lo conectaban con mis tierras, encontré una multitud de guerreros.Detuve el caballo a unos metros de ellos con tal rapidez que, por poco, me caigo.La angustia creció en mi interior y mis pensamientos se sincronizaron a la velocidad de la luz. Entonces, retrocedí para encontrarme con mis hombres.Diez minutos más tarde, los intercepté.—¿Todo bien, Alfa? —preguntó uno de ellos al verme regresar exaltada.Les expliqué lo que había visto y añadí:—Necesito que me sigan. T
LaurelLos latidos de mi corazón retumban vehementes en mi pecho, con un aura oscura que se sentía a muerte.Muerte...No...Mi mente trabajó rápido en cuestión de segundos. No era muy consciente de mis actos ni de mi alrededor; era como si mi cabeza mandara órdenes a mi cuerpo, pero en un estado de pasmo donde mi alma no era consciente de mucho.Mis músculos se destensaron con velocidad para que mis extremidades pudieran actuar.Escuché los gritos de dolor de los guerreros que atacaban a Bastian y fue entonces cuando entendí que los había impactado con mi poder.Corrí como nunca lo había hecho y, en un santiamén, estuve delante de Bastian, quien seguía herido, pues su cuerpo no estaba restaurándose.¿Eso significaba que...?Ay, no, no, no...—Bastian... —Lo removí, pero su rostro pálido y su piel fría fueron la imagen más dolorosa que había visto en mi vida. Sentía como si un nudo empezara a formarse en mi corazón y lo apretara tan fuerte que explotaría en cualquier momento.Las lágr
¿Mi Alfa rogándome que salve a su amante y a su hijo?Soy una loba wosa, eso significa que tengo habilidades por encima de un licántropo común. Mi más preciado poder es el de curación. Soy capaz de sanar heridas que nuestro cuerpo licántropo no puede restaurar, quitar el veneno de la sangre, entre otras curaciones.El problema es que me debilito cuando uso dicha habilidad. Y esa fue la razón por la que decidí dejar a mi esposo, el alfa de la manada Zafiro.Todavía el dolor de su traición está impregnado en mis huesos y mi loba llora nuestra desdicha con rabia y sed de venganza.Aún duele recordar...—¡Zebela! —Sentí un estremecimiento cuando su voz autoritaria me despertó en medio de la noche. Por un momento me emocioné al escucharlo porque había regresado a casa.«Pasará la noche conmigo», celebré en mis pensamientos mientras saltaba de la cama contenta. Me cercioré de no estar desaliñada y le sonreí al espejo porque mi piel tenía ese brillo especial que adquirimos las lobas cuando e
Las lobas wosa somos consideradas una bendición en las manadas, un tesoro invaluable que todos desean tener. Nuestro corazón noble nos convierte en la presa perfecta de cualquier cazador ambicioso y malvado.Dolió saber que eso fui para Roan. Un trofeo que usó a su conveniencia.Tras vivir la horrible experiencia de perder a mi cachorro, estuve inconsciente por varios días donde me mantuve soñando con Roan y todos los momentos que tuvimos juntos.Mis sueños eran mis recuerdos...—Señora Zebela, ya despertó —La voz de la mucama hizo que terminara de abrir los ojos. Me los froté para recuperar claridad en mi visión.—Me duele la cabeza... —me quejé.—Le traje un analgésico. Debe comer, aunque sea un pedazo de fruta antes de ingerir el medicamento, ya que no ha comido nada en tres días. Mire, le traje su ensalada de frutas de todas las mañanas —dijo Lidia con voz suave. Pese a que ella era una empleada que solo hacía su trabajo, era la única persona que no me miraba con desprecio en la m