Capítulo 120

Laurel

Mis manos temblorosas sostenían la toalla húmeda que frotaba contra su piel caliente. La fiebre de Bastian me preocupaba, pero también era un indicio de que su cuerpo estaba reaccionando, y eso me aliviaba.

—¿Qué más necesitas? —La voz de Liadrek, mi beta, rompió el silencio en mi taller.

Solté un suspiro y remojé el trapo en el agua para repetir la acción anterior.

—No sé qué más intentar. He modificado el antídoto más de cinco veces en estos últimos días, pero ninguno es lo suficientemente fuerte para traerlo de vuelta.

Liadrek se quedó pensativo un rato, luego se movió por el taller, como si buscara algo. Tomó un poco del antídoto y se acercó a mí.

Tenerlo tan cerca me causó una extraña incomodidad. No era del todo mala, pero sí me turbaba. A veces tenía la percepción de que su lealtad iba más allá de una simple admiración, por eso prefería mantener la distancia, pues no quería dar señales equivocadas.

Me miró a los ojos y su azul grisáceo brilló con una emoción que me puso
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