Capítulo 121

Bastian

Dolía...

Era una sensación de vacío, de mortandad...

Solo sentía ese terrible dolor en el corazón y un frío endemoniado. ¿Pero cómo podía percibir la temperatura si me sentía como un alma sin cuerpo?

Floté, como si fuera un soplo o quizás parte de las neblinas a mi alrededor. Solo eso veía. No podía distinguir si todo era oscuro, blanco o quizás gris, pero la neblina lo cubría todo en este extraño lugar... ¿o cielo?

De repente, una luz rosada invadió el espacio, y la imagen de Zebela se formó en el aire, flotando frente a mí con una mirada preocupada.

—¿Zebela? —No sabía si lo había dicho o solo pensado, pero ella me escuchó.

—Es hora de despertar. Nosotros también lo haremos —dijo con la voz más dulce que había escuchado jamás.

—¿Nosotros? —inquirí, confundido. ¿Por qué habló en plural?

—Ya no somos solo tú y yo, mi amor. —Sonrió, y en cuestión de segundos su cuerpo se desvaneció, convirtiéndose en energía rosada que se difuminó en el aire hasta desaparecer entre la neblina.

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