ZebelaLos días en casa de Roan eran difíciles y dolorosos. La incertidumbre sobre el bienestar de Bastian estaba acabando con mi cordura y me tenía sumida en una gran depresión; mis pesadillas tampoco ayudaban. Necesitaba salir de aquí o me volvería loca.Después de que ataqué a Roan en el comedor, él aumentó la dosis de la sustancia y me retuvo en la habitación, así que no se me permitía salir ni a la sala. El encierro, la sustancia, los malestares de mi embarazo, la ansiedad y la tristeza de estar lejos de mi mate me tenían enferma, débil y con mi salud mental hecha añicos.Me estaba muriendo lentamente.Sabía que debía luchar por mi cachorro, que rendirme no era una opción, así que esta mañana decidí entrenar mi poder aquí adentro, de una forma silenciosa y discreta.Era tortuoso debido a mi estado físico. Luché, tratando de vencer la sustancia en mi cuerpo y a mi alrededor, mas parecía que era una lucha inútil. Simplemente no tenía forma de neutralizarla. ¡Era tan injusto!No pu
Una semana antesLaurelAyayay...Caminé de un lado a otro mientras agarraba las plantas que necesitaba. La música dejó de resonar en el taller, o, como Bastian lo llamaba, mi laboratorio brujístico, así que la volví a encender.Niño irrespetuoso.No pude evitar sonreír. A pesar de que yo no era una persona muy expresiva con los sentimientos, para nada cariñosa, ese chiquillo tenía un lugar especial en mi corazón.Entendía que, para él, solo era su guía y la amiga de su padre, pero la verdad era distinta: lo quería mucho, y, para mí, era familia.Ay, ay, pero no era buena demostrando eso, así que lo entendía.Ay, pero ¿qué estaba buscando?Me puse las manos en la cabeza, atribulada, como si esa acción me ayudara a recordar.¡Cierto!Tras encontrar lo que quería, me dispuse a salir del taller porque la preparación requería tiempo, y un poco de aire fresco me ayudaría a organizar mis pensamientos. Esperaba que mi idea funcionara, pero necesitaba un plan B en caso de que no.—Ah, pero ¿c
LaurelCabalgué a toda velocidad, pues los eventos extraños se mezclaron con mi mal presentimiento, ese que se quedó clavado en mi interior desde que hablé con Draevor, y me gritaban que algo malo iba a ocurrir.Era una preocupación que crecía a medida que avanzaba. Percibí a mis guerreros a varios metros de mí y continué mi viaje por el sendero con menos inquietud. Algo me decía que los necesitaría.Tras más de una hora de viaje, en el territorio que quedaba entre los límites de la manada de Bastian y los bosques que lo conectaban con mis tierras, encontré una multitud de guerreros.Detuve el caballo a unos metros de ellos con tal rapidez que, por poco, me caigo.La angustia creció en mi interior y mis pensamientos se sincronizaron a la velocidad de la luz. Entonces, retrocedí para encontrarme con mis hombres.Diez minutos más tarde, los intercepté.—¿Todo bien, Alfa? —preguntó uno de ellos al verme regresar exaltada.Les expliqué lo que había visto y añadí:—Necesito que me sigan. T
LaurelLos latidos de mi corazón retumban vehementes en mi pecho, con un aura oscura que se sentía a muerte.Muerte...No...Mi mente trabajó rápido en cuestión de segundos. No era muy consciente de mis actos ni de mi alrededor; era como si mi cabeza mandara órdenes a mi cuerpo, pero en un estado de pasmo donde mi alma no era consciente de mucho.Mis músculos se destensaron con velocidad para que mis extremidades pudieran actuar.Escuché los gritos de dolor de los guerreros que atacaban a Bastian y fue entonces cuando entendí que los había impactado con mi poder.Corrí como nunca lo había hecho y, en un santiamén, estuve delante de Bastian, quien seguía herido, pues su cuerpo no estaba restaurándose.¿Eso significaba que...?Ay, no, no, no...—Bastian... —Lo removí, pero su rostro pálido y su piel fría fueron la imagen más dolorosa que había visto en mi vida. Sentía como si un nudo empezara a formarse en mi corazón y lo apretara tan fuerte que explotaría en cualquier momento.Las lágr
¿Mi Alfa rogándome que salve a su amante y a su hijo?Soy una loba wosa, eso significa que tengo habilidades por encima de un licántropo común. Mi más preciado poder es el de curación. Soy capaz de sanar heridas que nuestro cuerpo licántropo no puede restaurar, quitar el veneno de la sangre, entre otras curaciones.El problema es que me debilito cuando uso dicha habilidad. Y esa fue la razón por la que decidí dejar a mi esposo, el alfa de la manada Zafiro.Todavía el dolor de su traición está impregnado en mis huesos y mi loba llora nuestra desdicha con rabia y sed de venganza.Aún duele recordar...—¡Zebela! —Sentí un estremecimiento cuando su voz autoritaria me despertó en medio de la noche. Por un momento me emocioné al escucharlo porque había regresado a casa.«Pasará la noche conmigo», celebré en mis pensamientos mientras saltaba de la cama contenta. Me cercioré de no estar desaliñada y le sonreí al espejo porque mi piel tenía ese brillo especial que adquirimos las lobas cuando e
Las lobas wosa somos consideradas una bendición en las manadas, un tesoro invaluable que todos desean tener. Nuestro corazón noble nos convierte en la presa perfecta de cualquier cazador ambicioso y malvado.Dolió saber que eso fui para Roan. Un trofeo que usó a su conveniencia.Tras vivir la horrible experiencia de perder a mi cachorro, estuve inconsciente por varios días donde me mantuve soñando con Roan y todos los momentos que tuvimos juntos.Mis sueños eran mis recuerdos...—Señora Zebela, ya despertó —La voz de la mucama hizo que terminara de abrir los ojos. Me los froté para recuperar claridad en mi visión.—Me duele la cabeza... —me quejé.—Le traje un analgésico. Debe comer, aunque sea un pedazo de fruta antes de ingerir el medicamento, ya que no ha comido nada en tres días. Mire, le traje su ensalada de frutas de todas las mañanas —dijo Lidia con voz suave. Pese a que ella era una empleada que solo hacía su trabajo, era la única persona que no me miraba con desprecio en la m
El silencio reinó en el pasillo mientras Roan esperaba por una explicación. Me pareció irónico, dado que era yo quien debía estar demandando una.—Esta insolente fue a molestar a tu hijo y se atrevió a faltarnos el respeto. —Fue Greta quien rompió el silencio porque yo no fui capaz de articular palabras. ¿Por qué no pude siquiera moverme? Odié ser tan cobarde.—Zebela, ¿qué sucede? —ignoró a su madre y se dirigió a mí con una calma no muy propia de él. ¿Será que se sintió culpable por todo el daño que me estaba haciendo?—R-Roan... —Fue lo único que pude expresar antes de estallar en llantos.¡Qué patética! Me sentía un ser inútil en ese momento.—Ven conmigo. —Él se me acercó y me cargó entre sus brazos, como si justo acabara de descubrir mi fragilidad. Por supuesto, la joya de mi suegra empezó a pelear detrás de él.—Necesito hablar con mi esposa a solas —le dijo Roan como si ella no estuviera a punto de sufrir un colapso, acto seguido, le cerró la puerta de mi habitación en la cara
Allí estaba yo, acurrucada en una orilla de la lujosa pared, sentada en el piso frío y pulido mientras me abrazaba las piernas y lloraba mi desdicha.—¿Cómo te llamas? —me preguntó él con su voz imponente de alfa, pese a que todavía no había sido nombrado como tal, pero Roan lo llevaba en la sangre. Estaba tan asustada que solo sollocé—. No te haremos daño, chiquilla. ¿Acaso no te salvamos de esos rufianes?Por primera vez desde que fui traída a esta manada, miré a Roan a los ojos. En ese entonces, él tenía veinticinco años y yo solo era una cachorra adolescente; sin embargo, su belleza cargada de misterio y peligro me prendó y ese día supe que mi corazón estaría ligado al suyo.Lo amé en secreto por dos años en los que tuve que verlo ser feliz con su mate. Traté de no pensar en él y decidí ignorar cuánto lo amaba. No me alegré para nada cuando ella murió, en especial porque verlo destrozado me ponía muy triste.—Zebela, hace un año perdí a mi pareja y tú ya tienes la edad suficiente