Capítulo 18

Esto era lo molesto de jugar a las escondidas, a veces no había lugar donde esconderse.

—Bastante, ¿Sucede algo? —respondió de inmediato Tomas, su voz sonando seria.

Conocía a mi hermano lo suficiente como para saber que no iba a presionar ante ese tono de voz.

Te traje los planos corregidos, necesito que los revises cuanto antes —su voz también es seria.

Tomas señaló algo detrás de mí, era un pequeño closet donde había abrigos guardados. Me encerré allí silenciosamente.

Escuché los pasos de Tomas dirigiéndose a la puerta y abrirla. Aguanté la respiración.

Gracias, Marco, más tarde los revisaré.

Está bien —Marco aclaró su garganta—. Tomas, disculpa si te molesto, pero, ¿has visto a mi hermana?

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