De regreso a casa Amanda tenía su rostro cabizbajo y esto le había afectado profundamente a su esposo, pues para él era más que un deleite verla sonreír.—¡Lo siento! Siento que por mi culpa hayas pasado un mal momento en el día de hoy.Los ojos de su esposo le reflejaban tanta sinceridad y ternura, que ella sentía que debía ser sincera y hablarle con la verdad en todo momento. Fue cuando decidió contarle todo lo que sucedió desde su llegada a la empresa hasta que él la rescató cuando terminó su reunión.—No voy a permitir que ese hombre aunque sea un mafioso o el mismo demonio, siga poniendo su mirada asquerosa en mi esposa.Él estaba muy enojado e indignado, pues Amanda le contó lo acorralada y aterrada que estuvo en aquel lugar, pero ver su enojo provocó que ella sintiera miedo a futuras malas reacciones y problemas, así que intentó calmarlo.—En ningún momento me tocó, siento que el culpable de todo esto es mi padre, solo él.—Ya he hablado con él y a mi regreso de Madrid tendremo
Después de una agitada noche de sexo para Amanda, el sueño la arropó y la despertó el sonido de la puerta, siendo tocada con insistencia. Ella se colocó de pie y tambaleando de un lado a otro, mientras tallaba sus ojos, se acercó para abrirla.—Buenos días, siento que te has olvidado de mí.—¡Jamás lo haría! Anoche le dije a Elliot, que el día de hoy tenía pensado llevarte al parque por un helado y para que juguemos juntos.—No quiero ir al parque —respondió lleno de miedo.—¿Por qué no? Allá afuera hay lugares hermosos que debes conocer. Eres un pequeño y hermoso niño. ¿Lo recuerdas?—¡Soy un monstruo y no quiero que te avergüences por mi culpa!—¡No eres un monstruo! Yo estaría encantada de ser tu madre. Le gritaría a todo el mundo que tengo al niño más guapo de todo el planeta, pero no hablaría de tu inteligencia, pues sentirían demasiado envidia.Con esas palabras consiguió una sonrisa en los labios de Liam.—Eres muy hermosa, lo eres por fuera y también por dentro.Liam regresó a
—¡No, no, no me abandones por favor!El rostro de la joven estaba sudoroso y gritaba como loca, Elliot dejó de atar su corbata y corrió a abrazarla para tratar de calmarla.—¡Tranquila, solo fue una pesadilla!Amanda sacó su cabello de su frente, miró a Elliot y tocó su rostro.—Te dije que solo fue una pesadilla, tranquila mi amor.—¿Solo fue una pesadilla?—Así es, ya pasó.Ella terminó de sujetar su corbata —Perdón por quitarte más tiempo y gracias por estar aquí en ese momento tan espantoso.—No tienes que disculparte, sabes que eres mi pasatiempo favorito, es terrible tener que dejarte, pero cuéntame ¿Qué estabas soñando?—Cuando estés de regreso te lo contaré, solo te quedan 20 minutos para llegar al aeropuerto.Ella salió de la cama y terminó de cerrar su maleta y le ayudó con los pormenores. Con su ayuda en cinco minutos estaba listo.—Qué esposa tan eficiente tengo. —Él se acercó y le dio un tierno beso —Te voy a extrañar mucho.—Solo tienes unos minutos para llegar al aeropu
Fue un fin de semana terrible para Elliot. No sabía que había sido peor, si la visita acosadora de su exesposa o las reuniones sin sentido a las que estuvo asistiendo. Se sentía enojado y solo quería retornar a casa.—Estás hecho una fiera, amigo. Este lugar es maravilloso, solo olvídate de todo y disfruta.—No le veo ningún sentido a este viaje.—Al parecer el único que no lo ha hecho ha sido tú, pues te cuento que Elías desde que sale de las reuniones se marcha y no regresa hasta el siguiente día.—Cada quien es libre de hacer con su vida lo que le parezca más conveniente, yo no deseo estar aquí.Elliot estaba ansioso por regresar y solo respiro una vez que estaba abordando en su jet privado.—¡Hijo, voy a regresar contigo! —se presentó Elías a la hora de salir.—No tengo problemas ¿Has venido en vuelo comercial?—Sí. Estuve aquí desde el martes haciendo que todo fuera más fácil para las reuniones.David miró a su amigo con una ceja elevada, pues el comportamiento tan agradable de E
Con la cabeza llena de frustraciones regresó a casa y todo acabó en cuanto observó aquella hermosa joven que se acercaba a él con un brillo en sus ojos que parecía mágico, solo ella podía calmar el caudal de energía negativa que inundaba su cuerpo.Él la tomó en sus brazos y uniendo sus labios, sintió el motivo que lo instaba a regresar a casa, el único lugar que tenía sentido para él.—¿Me has extrañado?—Cada hora del día era un reto para mí en tu ausencia.—No lo creo así, pues te invité a que me acompañaras y te negaste.—No quiero lamentarme por lo que no pude hacer, ahora entremos a casa para que descanse.—Es lo que estoy necesitando, pues ha sido el viaje más pesado que he tenido.Después de un reconfortante baño, cenaron juntos y Elliot quedó dormido como una roca. Él no sabía si necesitaba su cama para descansar, pero en cuanto colocó la cabeza en la almohada salió del universo.Al día siguiente, al mirar el reloj, casi saltó de la cama, pues estaba retrasado y a primera hor
Elliot estaba sentado en su silla mirando los pedazos de papel en el suelo mientras sentía que habían roto su corazón junto al documento.—Afuera hay alguien que desea reunirse contigo.—No quiero ver a nadie. En este momento no sé explicar lo que siento.—¿Qué dices? Ahora que no existe contrato y estás casado con la mujer que amas ¿Por qué la tribulación?Elliot miró a su amigo con rabia, pues sentía que lo sucedido no era tan importante para él como en realidad lo era.—¿No ves que estoy a punto de perder a mi esposa? No solo siento tribulación, siento que el amor se escapa de mis manos como el agua del mar cuando intentas tenerla segura y disfrutar de ella, pero solo se esfuma.—Creo que no estás entendiendo. Ya no hay un contrato, ahora que ese documento fue roto, lo único legítimo es tu matrimonio y los sentimientos que han crecido entré ustedes. ¡Se acabó el contrato!—Eso no me da paz, pues estoy seguro de que su padre la sacará de mi lado, ya lo escuchaste.—Pues te cuento qu
«Ring, Ring, Ring»—Espero que está llamada sea para darme buenas noticias.Manuel escuchó esas palabras en cuanto tomaron la llamada y al ver a su hija inconsciente en la parte de atrás de su auto sintió tranquilidad.—¿Ahora piensas quedarte en silencio?Él, rápido, aclaró su garganta evitando hacer enojar al jefe. —Todo sigue en pie, mañana será el gran día.—¿Se acabó la espera?—¡Se acabó la espera!Héctor Rinaldi estaba sentado en la mesa de su comedor y en cuanto escuchó esas palabras observó la silla que le quedaba al frente, donde todo el tiempo repetía que se sentaría su reina y con esa confirmación sentía que estaba muy cerca de suceder.Cerrando la llamada mandó a buscar a su hombre de confianza y este de inmediato se presentó.—Aquí estoy señor.—¿Continuaste con los preparativos como te lo había ordenado?—Sí, señor. En este momento se está llevando a cabo la decoración del interior del salón de eventos. ¿Le puedo hacer una pregunta?De inmediato su mirada se dirigió hac
Un dolor de cabeza fuerte junto a un gran amargo en su boca hicieron que de repente Amanda abriera los ojos, llevándose la siniestra sorpresa de que no había estado soñando y estaba en su realidad, una cruel, absurda, y dolorosa realidad.Con rostro de espanto se levantó de la cama y caminó directo al espejo. Llevaba un vestido en corte sirena en un color blanco hueso, imaginó que el color simbolizaba que ya no era pura.Luego miró a su alrededor y observó las montañas de flores y regalos. Todo le parecía absurdo, su mente le jugaba una pesada broma y su realidad era menos dolorosa que la muerte.—Qué bueno que ha despertado, señorita Amanda, ha llegado el momento y todos la esperan.—¡Espero que esto se trate de una broma! ¿Dónde está Manuel? —se dirigió a la persona que la acompañaba con gran ira y eso se podía notar en su mirada.—Él ha salido a terminar con los arreglos de la iglesia y muy pronto estará de regreso.En ese momento todo su cuerpo se encendió en llamas ¿Acaso ese hom