Alos apretó sus puños y se lanzó sobre Astra, empecé a ver todo en cámara lenta lo único que noté fue el rostro de la pelirroja enfrente de mí.—¡Mierda!, Alos ella puede controlar el flujo del tiempo.Pestañee dos veces y la mujer me tomó por el cuello.Sus ojos miel reflejaban odio, estaba trancado mi respiración su mano era tan fría como la de Giovanni.—¡Ender no puedo moverme!— la voz de Alos reflejaba desesperación.Escuché un gruñido—¡Yo tampoco! ¡¿No sé qué carajo pasa?!—Ambos son mitad humanos y como tal puedo controlar sus movimientos.Escuché la voz de Marco con un aire de superioridad.—¡Maldita seas Demián has algo!—No puedo, sabes cuál es la regla.Cada vez me faltaba más la respiración empecé a perder el conocimiento y veía a la mujer acercar sus colmillos a mi cuello, cuando algo la impactó y me soltóA mi lado Giovanni me rodeaba con uno de sus brazos.—Estas bien.Asentí con la cabeza—Eres un traidor Giovanni como te atreves.Él se pone de pie y con su velocidad
Medio abrí los ojos y el dolor de cabeza me estaba matando, me senté en la orilla de la cama busque en mi bolso una toalla sanitaria, sentía el cuerpo igual de pesado caminaba arrastrando los pies me senté en el escudado me cambie, luego de eso me puse de pie para lavarme las manos y la cara pero cuando me miré al espejo quedé horrorizada tenía dos pequeños cachos.Mis manos temblaban mientras intentaba tocarlos, eran muy duros, y estaban llenos un poco de sangre luego de unos segundos observando reaccioné y di un gran gritó.La puerta del baño se abrió de par en par y del otro lado se encontraban Demián, Ender, Giovanni y Alos quienes me veía.—¿Qué sucede?—Demián fue el primero en hablar.Con el dedo índice le señalé mis pequeños cuernos.Alos ríe de carcajada, pero una gran carcajada lo cual me hizo enfadar.—No le veo la gracia—Me cruzo de brazosDemián camina hacia mí y se nota muy calmado como si eso fuera algo normal.—Estas teniendo cambios, debe de ser porque ya no tienes
La puerta del cuarto se abrió de golpe y saltamos sobresaltado la carcajada de Alos inundó todo el cuarto.—¡Se cagaron!, tenían.... Tenían que ver sus rostrosEnder lo mira y le saca el dedo del medio, yo agarró la almohada y se la tiró—¡Imbécil!Alos toma la almohada y la vuelve a tirar a la cama mira a Andros pero no reprocha.—¿Qué hacés aquí?—pregunta Ender—Demián me envió dice que tú eres muy débil y yo debo acompañarte.Ender sonríe porque sabe que es mentira—Mammon acaba de atacarnos si no fuera Sido por Andros... Estaríamos en un líoDespués de unos minutos Andros habla—Benayun ¿por qué no pudiste intervenir y ayudar a Miroslava?—su tono de voz era un poco tensa.Una pequeña luz apareció y se materializó en Benayun —No es mi culpa, son las reglas, además hay que ver hasta dónde llegan los poderes de Miroslava.Andros arrugó la frente por primera vez lo veo molesto sus ojos verdes veían a Benayun con despreció—No me mires así Andros son las reglas, no todos somos como tú
En medio de está oscuridad la luna brillaba, pero su color no era el habitual estaba teñida de un rojo intenso Alos agitaba sus alas rápidamente a su derecha iba Andros quién no apartaba la vista del frente, el viento golpea mí rostro el frío que invade mi cuerpo es algo poco normal, me aferro fuerte a Alos paso mis manos por detrás de su espalda, y encajó mis uñas para aferrarme más a él, cerraba los ojos una y otra vez, tenía la esperanza de que al abrirlos estaría en mi habitación y que todo hubiese sido solo una pesadilla.Alos aterriza en algún lugar que no logró reconocer se que estamos en un bosque por la cantidad de árboles que nos rodea a su lado Andros también aterriza.—¿Estás seguro Andros que aquí estarán a salvó?—Andros afirma, sus alas vuelven a desaparecer.Alos bajá su mirada hacía mí—No dejaré que nada malo te paséNo puedo hablar aún estoy en shock y las palabras no salen de mi boca, Andros camina adelanté y Alos camina a su espalda, sus pasos hacen ecos cada v
Escuchaba murmullos, no entendía bien que decían aunque si reconocí las voces Alos, Andros, Ender y Giovanni, al parecer discutían sobre algo pero no sabía sobre qué.Traté de prestar un poco más de atención—¡Si no lo hacemos va a morir!—Alos sonaba molestó.—Estas loco, no puedes llevarla hay, tal vez sea un resfriado.Escuché un golpe secó sabía que era Alos—Maldita sea Andros no entiendes no es ningún resfriado ella es mitad demonio, o es que aún no lo entiendes—No la vas a poner en peligro—otro golpe cómo pude me puse de pie, pero me sentía demasiado débil, mareada, agotada, como sí estuviese enfermar.Traté de agarrarme de la mesita de noche para no caerme pero fue en vano caí al suelo juntó a la pequeña mesa de madera la puerta se abrió y Ender fue el primero en pasar me ayudó a ponerme de pie y me miró con cara de preocupación.—¿Qué sucede Ender?—Apenas pude hablar porque sentía la garganta seca—Alos tiene razón Miroslava no está bien, su cuerpo se está debilitando.Andr
Andros entró a la habitación y Alos se apartó un poco en sus manos tenía un plato de vidrio blanco con unos panes de jamón había algo extrañó en su mirada se veía triste.—Gracias—dije al tomarloÉl sonríe sin ganas, Alos le cuenta lo que sucedió en mi pesadilla pero cuando le iba a mostrar la quemadura del pie ya había desaparecido.—Te recuperas rápido, eso es bueno—Andros mira a Alos pero no dice nada y se sale de la habitación.—Andros está raro.Alos me ve con ceño fruncido—Esta enamorado de tí, entrar y ver que estamos abrazados le dolió—se encoge de hombros—.Pero a mí me da igual, no lo he matado porque está ayudándote.—¡Alos!—lo regañoLe doy un mordisco al pan cuándo escuchamos varios ruidos abajo, Alos me mira —¡¿Qué?!, ¡¿Cómo mierda entraron?!Me toma de la mano y el plato impacta contra el piso.Bajamos las escaleras y en la sala habían pequeños demonios con garras, sus bocas estaban cocidas, sus miradas eran vacías, de sus pequeños cuerpos desprendía un olor a podrido.
Solo había una tenue luz de pequeñas velas que estaban en candelabros pegados a la pared, miré a mi alrededor las paredes eran de cementos, olía a azufre, y hacia un poco de calor, me miré y llevaba puesto un vestido negro que me llegaba a los tobillos se ajustaba un poco a mi cuerpo, caminé despacio el eco de mis pisadas torturaba mis oídos, sentía un escalofrío recorrer mi espalda.Sentí un pequeño calor en mis pies, miré al suelo y estaba inundado de una sustancia extraña, me incliné y la toqué con la yema de mis dedos, era roja carmesí la reconocí rápidamente sangre era sangre y literalmente había un río de sangre por el pasillos, corrí desesperadamente y resbale mis manos se llenaron de sangre, me puse de pie y seguí corriendo ¡Gritos, lamentos, sollozos!, Corrí más rápido en dirección a ese sonido me encontré con una gran puerta de color rojo la abrí y detrás de esa puerta estaba el infierno.—¡No!...¡No!...¡No! ¡puede ser!—Di un paso adelante enfrenté de mí el cuerpo de Alo
Me desperté, pestañeé varias veces, Alos me tiene rodeada con sus brazos, mi cuerpo está tan pegado al de él que siento su erección en mi trasero, me echó un poquito más para atrás, para poder sentirla mejor.—No pierdes la costumbre—Su voz es roncaLo miró por el rabillo de mi ojo—¿De qué hablas?—Sonrió —De que siempre quieres abusar de mí cuando duermo.Río de carcajadas y me doy la vuelta para quedar cara a cara, su cabello castaño está todo alborotado, se pasa la mano por la cara, incluso recién despertado, despeinado y con los ojos hinchados se ve sexy.Me pongo de pie —Debo bañarme, Valentina debe estar que llega.Él se tapa la cara con la almohada y yo voy al baño me ducho y cepillo mis dientes cuando salgo Alos está sentado en la orilla de la cama con su teléfono en la mano —Escucha esto ñiña.“Tu Dormida encima de mi, la brisa viene del mar, no te dejo de mirar eres mi niña de cristal juro que yo mató por tí aunque sé que sabés cuidarte sola, quisiera detener las horas pero