Solo había una tenue luz de pequeñas velas que estaban en candelabros pegados a la pared, miré a mi alrededor las paredes eran de cementos, olía a azufre, y hacia un poco de calor, me miré y llevaba puesto un vestido negro que me llegaba a los tobillos se ajustaba un poco a mi cuerpo, caminé despacio el eco de mis pisadas torturaba mis oídos, sentía un escalofrío recorrer mi espalda.Sentí un pequeño calor en mis pies, miré al suelo y estaba inundado de una sustancia extraña, me incliné y la toqué con la yema de mis dedos, era roja carmesí la reconocí rápidamente sangre era sangre y literalmente había un río de sangre por el pasillos, corrí desesperadamente y resbale mis manos se llenaron de sangre, me puse de pie y seguí corriendo ¡Gritos, lamentos, sollozos!, Corrí más rápido en dirección a ese sonido me encontré con una gran puerta de color rojo la abrí y detrás de esa puerta estaba el infierno.—¡No!...¡No!...¡No! ¡puede ser!—Di un paso adelante enfrenté de mí el cuerpo de Alo
Me desperté, pestañeé varias veces, Alos me tiene rodeada con sus brazos, mi cuerpo está tan pegado al de él que siento su erección en mi trasero, me echó un poquito más para atrás, para poder sentirla mejor.—No pierdes la costumbre—Su voz es roncaLo miró por el rabillo de mi ojo—¿De qué hablas?—Sonrió —De que siempre quieres abusar de mí cuando duermo.Río de carcajadas y me doy la vuelta para quedar cara a cara, su cabello castaño está todo alborotado, se pasa la mano por la cara, incluso recién despertado, despeinado y con los ojos hinchados se ve sexy.Me pongo de pie —Debo bañarme, Valentina debe estar que llega.Él se tapa la cara con la almohada y yo voy al baño me ducho y cepillo mis dientes cuando salgo Alos está sentado en la orilla de la cama con su teléfono en la mano —Escucha esto ñiña.“Tu Dormida encima de mi, la brisa viene del mar, no te dejo de mirar eres mi niña de cristal juro que yo mató por tí aunque sé que sabés cuidarte sola, quisiera detener las horas pero
†Narra Alos†Agitó mis alas para ganar velocidad, intentó golpear a Astra pero me esquiva, esos malditos vampiros son rápidos, siento mi cuerpo pesado y más lento era de esperarse tengo mucho tiempo sin visitar el infierno eso me debilita.Astra se vuelve hacia mí y golpea mí rostro.—El amor te hizo débil demonio— ríe de carcajada.—¡Cállate!—Gruño e invoco mi espada de fuego—.Solo estaba calentando—Vuelvo a dirigirme hacia ella con la espada cortó su costado, su cuerpo estalla contra el sueloUna simple cortada puede ser fatal, porque mi espada es una de las siete armas malditas del infierno.Sonrió y me acercó a ella para clavarle la espada justo en su pecho, cuándo de repente mi cuerpo deja de responder y me quedó paralizado como una estatua.Ella sonríe y deja ver sus colmillos—Te concentras tanto en mi que olvidaste a Marco—Se pone de pie——¡Maldita zorra!, ¡te mataré!Astra sigue caminando hacia mí, alza su mano, intento moverme desesperadamente pero el poder hignosis de Mar
“Pero hay un llanto en nuestro interior que todos intentamos ocultarNos aferramos demasiado pero no podemos negar que nos consume vivos”Sia-Bird set FreeBusqué los auriculares y cuando me los iba a colocar tocaron la puerta, lo primero que pensé es que sería Alos pero el hubiera entrado sin tocar.—¿Quién?—Señorita, el señor Demián necesita hablar con usted.Caminé a la puerta y la medio abrí del otro lado está Matilda con un vestido de flores largo que le llega a los tobillos su cabello blanco lo llevaba en una cola de cebolla, sonríe y sus arrugas resaltan más, termino de abrir y salgo al pasillo.—Esta en el estudió—en su voz se sentía el peso de sus años—.Sígame—Asentí con un movimiento de cabeza.Caminaba en silenció detrás de Matilda—El odio, el rencor, la irá, la amargura, todas esas cosas consumen el alma señorita.Me detuve —¡Eh! Disculpe Matilda pero ¿Por qué me dice eso?—Usted y el señor Alos son muy parecidos, ambos se ciega por la amargura y no piensan con claridad
Me quedé unos segundos pegada a la puerta, cerré los ojos y respiré hondo.—¿Puedo entrar?—La voz de Anabella me saco de mis pensamientos.Anabella era muy hermosa, llevaba el cabello en una cola alborotada, con una blusa rosa y unos vaqueros que se le ajustan a sus caderas.—Si claro— me apartó—Voy hablar con Andros ya vengó.—Tranquila cariño lo voy a cuidar bien—me enseña una bolsa con una hamburguesa—.Le traje esto crees que le guste.Asentí—Bryan es un gloton claro que le gustará—Sonrió.Ella entra y yo empiezo mi recorrido hasta llegar a la cafetería del hospital, es pequeña con solo cuatro mesas, veo a Andros sentado en la que está pegado al vidrio, tienes los hombros apoyados en la mesa y sus manos entrelazadas se ve pensativo.Caminó hacia él pero voy lento porque me siento débil, está tan absorto en sus pensamientos que no noto mi llegada solo cuando me senté y suspiré fue que volteó a verme.—¿Te sientes bien?Niego con la cabeza—Estoy debilitando de nuevo mis fuerza se
Alos no dice nada solo me mirá da un paso hacía mí, acaricia mi mejilla con sus dedos, y con su pulgar acaricia mi labio inferior, hay tensión, siento mi cuerpo estremecerse con su caricia, él se muerde el labio inferior.Sus ojos se clavan en mis labios su mano deja de acariciar mi rostro y baja hacía mi cuello, sigue bajando hasta que su pulgar roza mi pezón derecho, suelto un pequeño gemido.Mi respiración está muy agitada, el corazón me late tan fuerte que siento que en cualquier momento se me sale del pecho.De mí pezón derecho pasa a rozar el izquierdo, vuelvo a gemir y sin pensarlo dos veces rodeó su cuello con mis brazos.—Estas segura que quieres hacer ésto—Susurra con sus labios pegados a los míos.—Si, estoy segura—Alos me besa, su boca choca contra la mía en un beso desesperado lleno de pasión, nuestras lenguas se entrelazan el muerde mi labio inferior y jadeó mete sus manos por mi cabello humedecido haciendo presión en mi cabeza.—No te quiero lastimar—Dice con la respi
†Narra Alos†Luego de haber estado con Miroslava, me voy a mi cuarto, cierro la puerta de un golpe, me pasó la mano por el cabello, estoy jodido, repito una y otra vez para mí mismo, se supone que debería de sentirme bien de estar feliz porque hice el amor por primera vez con Miroslava, pero no me siento jodidamente mal, confundido.Mi lado humano la ama, la desea, la quiere cuidar, pero mi puto lado diabólico la odia, lo sabía, sabía que si me dejaba llevar por mi lado humano iba a terminar jodido.Tal Vez las palabras de Andros si me afectaron después de todo, tenía que haber esperado, pero el maldito orgullo me gano.Busco en el clóset la botella de vodka que siempre acostumbro guardar, también busco un philin, necesito despejar la mente, destapó la botella y la meto en mi boca doy un gran tragó, me quema un poco la garganta, entre cierro los ojos, y de nuevo el rostro de Miroslava maldita sea, lanzó la botella contra la pared y está se parte, Inhaló el philin, me da una nota, per
†Narra Alos†Veo el rostro de Miroslava, refleja dolor, irá y confusión se da la vuelta y sale de la habitación cierra la puerta tan fuerte que el sonido hace eco en mis oídos.Empiezo a lanzar golpes al aire, a tirarme del cabello, una parte de mi la quiere buscar pero la otra pide a gritos que la deje en paz, tal vez si averiguo más sobre los angelusdemonicos podré tomar una decisión más clara, la cabeza está a punto de explotar, camino de un lado a otro hasta que decido ir a buscarla.Salgo de la habitación y ella aún estaba parada a un lado de la puerta con las manos tapando su rostro, se que llora por la forma en que sus hombros se agitan. Trató de ponerle mi mano en su hombro—Ñiña, hablemos, vamos...—Me da un manoton, hay algo diferente, arde su contactó me quemo un poco.Ella no voltea a mirarme y camina de forma rápida alejándose de mí, reaccionó y voy atrás de ella.—Miros, nena... Ven...Sigue caminando utilizo mi velocidad de demonio pero la velocidad de ella es mucho mayo