De todas las posibles cosas que pudieron haber salido de su boca, esa era la que menos me esperaba. ¿Cómo era posible que su padre fuera el culpable de la muerte de su madre? Era su padre —¿Qué? —respondí, reflejando mis pensamientos e incredulidad.
—Tal y como lo escuchas —dijo él, examinando mi cara. Luego de un momento, agregó —: Cambiando temporalmente de tema, ¿podría comer algo? Levantarme de esa cama consumió la poca energía que tenía restante.
Lo observé sentado a un lado de donde me encontraba. Estaba pensando en, a qué se refería diciendo que tenía que contarme todo desde el principio. ¿Qué principio? Esa era mi pregunta. Sin conocer la respuesta adecuada para aquello, solo asentí, rindiéndome por completo —Listo.—Conocí a tu madre, aunque creo que eso ya lo habías oído —empezó. Asentí nuevamente, ya que se encontraba en lo correcto. Lidia había mencionado que tanto su madre como la mía habían sido
Lidia apareció en el portal interrumpiendo nuestra conversación, con unos guantes en sus manos para el calor del horno. Tenía la tarta en una de sus manos y en la otra cargaba en cambio un cuchillo para dividirla. La puso sobre la mesa y se sentó al frente de mí. Comenzó a partir la tartay luegola repartió ubicando en cada plato uno de los pedazos.—Gracias, Lidia —respondí. Gustavo se quedó mirando su plato por un largo rato. Tanto Lidia como yo éramos capaces de sentir como se sentía
Sabía que no perdería la pelea, había estado peleando hasta ya no poder más con Lidia y lo seguiría haciendo. La pelea que estaba a punto de tener había sido totalmente idea de él, básicamente me había desafiado a ello y no me iba a dar para atrás ante eso. Los desafíos son seguramente la razón por la que voy a terminar muerta algún día. Salimos de la casa al cabo de una media hora de haber terminado nuestra conversación, pues necesitábamos reposar un poco, si no queríamos que todo lo que habíamos comido terminara alrededor del patio.Cuando llegamos, me puse en el mismo lugar en el que me había parado un par de meses atrás cuando David aún estaba en esta casa, pero ya nos había traicionado. Ahora, como en aquella ocasión estaba preparada para empezar en cualquier momento. Quería terminar con el entrenamiento d
Terminé de comer e intenté dirigirme a la habitación para tomar una ducha, había sido un día bastante largo y algo cansado, finalmente podría acostarme y descansar un poco. Claro que básicamente esto se traducía a un “hablar con Blake durante las próximas tres horas o dos”, pero Gustavo quien estaba sentado cerca me detuvo tomando mi muñeca con su mano ligeramente. La indecisión, seguramente de su acción llegó a mí. Fijé mi mirada en él, cuestionándome el por qué me había detenido. Sentí también la sorpresa de Lidia venir a mí y luego algo de compresión fluir a través del Link, levanté una ceja cuando mis ojos se volvieron hacia el agarre de su mano, pues a pesar de que me había detenido, aún no liberaba mi mano.
Me cansé de jugar con Blake aquella noche. Por alguna razón había estado bastante sensible y era muy fácil molestarlo. Me había aprovechado ligeramente de eso y bueno, quien me podría culpar por no hacerlo, a él le encantaba molestarme. Sentir su molestia, me hacía sentir cerca de él, aparte, era algo gracioso verlo y sentirlo de esa manera, siempre y cuando no estuviese exagerando. A veces podía llegar a ser realmente insoportable, pero creo que había aprendido a soportarlo un poco.Me desperté al siguiente día algo asustada por el repentino ruido de la puerta. Poco a poco iba saliendo del mundo de los sueños y entrando a la realidad. Escuc
Tenía la certeza de que lo hacía. Lo amaba tanto que dolía demasiado el no tenerlo a mi lado en este momento. Bloqueé la entrada de emociones amíy dije —: Lo hago.Sin embargo, bloquearlas no fue suficiente. Nada era suficiente en este momento. Sus ojos eran tan transparentes que lamentaba haber aceptado mi amor por Blake. Pude haberlo hecho después, me dije una y otra vez.—Yo... —dudé sin encontrar las palabras adecuadas para usar ¿Qué era corre
Estaba peleando al frente de la casa, cuando escuchamos el teléfono de la casa. Gustavo se extrañó y fue a atenderlo. Al cabo de 5 minutos, regresó algo triste. No sabíamos qué había pasado, pero expresión decía que no era nada bueno. Me preguntaba que podría ser. Lidia, en cambio parecía haber averiguado que sucedía, ya que pude sentir sus emociones envolviéndome, pero se mantenía impasible.“Nos moveremos a la arena es hora de marcharnos”, dijo Lidia usando el link. Enfoqué mi mirada nuevamente en ella y pregunté en voz alta, “¿qué?”. Gustavo levantó una ceja en mi direcci&oa
Último capítulo