Capítulo 53

Lidia apareció en el portal interrumpiendo nuestra conversación, con unos guantes en sus manos para el calor del horno. Tenía la tarta en una de sus manos y en la otra cargaba en cambio un cuchillo para dividirla. La puso sobre la mesa y se sentó al frente de mí. Comenzó a partir la tarta y luego la repartió ubicando en cada plato uno de los pedazos. 

—Gracias, Lidia —respondí. Gustavo se quedó mirando su plato por un largo rato. Tanto Lidia como yo éramos capaces de sentir como se sentía

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