—¿Qué crees que están hablando ahora mismo Stefan y Lidia? —pregunté, curiosa sobre que más aparte de cocina y comida podrían hablar. Aunque, pensándolo un poco más a fondo, ambos habían estado en el mundo de los demonios. Quizás tenían varias cosas que discutir sobre eso. Aunque asumía que Stefan estaba siendo algo cauteloso con lo que pensaba o decía, pues estaba consciente de las habilidades de Lidia y mías. “Ella no leerá tu pasado, puedes estar tranquilo”, le comenté usando el link.
Blake me había respondido mientras le comentaba a Stefan sobre Lidia— Pequeña, no me estás
Salí de bañarme y caí rendida, pues sentía que habían pasado demasiadas cosas en las últimas horas. Blake se había metido a ducharse justo después de que yo lo había hecho. Renegó porque no había salido en toalla, y había salido con el pijama puesta. Había metido con anticipación la ropa y él había notado que en el momento en que entré para ducharme no llevaba nada. Su cara de decepción había sido clara cuando salí y cargaba una de mis pijamas, lo que me hizo reír.
Habíamos terminado la pelea porque ya no podía levantarme. Acostada en el suelo, mirando el infinito suelo me encontraba yo. Estaba demasiado cansada. La pelea que acabad de tener con Stefan me había dejado completamente si fuerza y con un montón de heridas. Había conseguido lastimarlo un poco al cabo de una hora, pero me había costado demasiado ya que mi fuerza no era suficiente. Sin embargo, era suficiente para mí. Ya me encargaría de mejorar mi fuerza de impacto. Además, tenía que tener en cuenta que ni siquiera estaba usando mis alas como solía hacer en el pasado para incrementar mi fuerza. El problema era que él tampoco lo había hecho. Lo que me ponía en desventaja de nuevo, ya que sabía que él estaba usando la fuerza necesaria para hacerme daño, pero no toda, porque seguramente con toda estuviese para este momento muerta, bueno estaba exagerando. Podría utilizar las habilidades demoniacas y sanar mis heridas y quedar como si nada, pero mi energía no
Sus palabras me helaron la piel.— ¿De qué hablas Blake? ¿Por qué yo? —pregunté, sosteniendo mi miedo y mis ganas de comenzar a llorar. Al mirar mis ojos y notar lo que sus palabras habían causado, Blake palideció y me abrazó.—Estoy bromeando, pequeña. Lo decía porque me vas a matar de la preocupación, por nada más. Siento mucho haberte causado esa expresión. Por Dios, que imbécil que soy. Por favor, olvida lo que dije, pequeña. Lo que menos quiero es ver esa expresión en tu carita —explicó. Me quedé acostada en aquella máquina, leyendo los pensamientos de Blake. Me causaba gracias que siquiera intentara. A menos que supiese donde me encontraba él no sabría llegar a este lugar. Las probabilidades eran bastante bajas o al menos, eso era lo que pensaba. Si estuviese en su lugar, me hubiese dado por vencida desde el principio.Comenzó examinando cada una de las habitaciones, muy frio, pensé. —Creo que debería al menos tener una pista de donde estás, pequeña. Contigo comunicándote por mi mente, podrías estar en cualquier lugar, incluso fuera de esta casa o en otro lugar. ¿Cómo puedo asegurarme de que estás en este mundo y en esta casa? —cuestionó. — Charlotte Walter llevo cinco minutos esperándote fuera, ¿qué se supone que hacen? —dijo Lidia,despertándomede mi profundo sueño. Abrí mis ojos y vi a Lidia, parada en la puerta, mirándonos. Stefan asomaba su cabeza, justo detrás de Lidia y estaba sonriendo de manera campante. Me preguntaba si tenía algo que ver con la aparición de Lidia en la habitación. Me moví sobre el sofá, recordando un segundo después que no estaba encima del sofá, sino más bien encima de Blake.Nos habíamos quedado dormidos, al menos yo sin darme cuenta y Capítulo 65
Capítulo 66
Dejé las cajas y me dirigí a los cajones de la habitación. En uno de ellos encontré bisutería, un perfume, entre otros. Sin embargo, cuando abrí el otro, un pequeño cofre descansaba en el centro. No había nada más, solo el pequeño cofre. Lo tomé con una de mis manos y lo posé sobre la mesita de noche. La manera en que estaba guardado me hacía sentir algo extraña. Sentía que estaba invadiendo la privacidad de mis padres, pero me mataba la curiosidad. ¿qué había en ese lugar?, me comencé a preguntar. Abrí el cofre y un pequeño pergamino algo viejo, diría yo, estaba enrollado. Fruncí el ceño, mirándolo extrañada. ¿Un pergamino? ¿es esto lo que había estado guardando mi madre y mi padre de tal manera? Ahora el contenido del pergamino era lo que estaba pi
Mire a Lidia confundida por la afirmación tan rotunda que acababa de darme. Quise decir algo al respecto, pero no encontraba las palabras correctas para expresarme. Al ver mi reacción Lidia sonrió comprensivamente y puso su mano sobre la mía. —Cariño, entiendo que te sientas abrumada en este momento. Lo que eres, no es algo que se vea todos los días. De hecho, podría asegurarte que somos los dos únicos casos. Y en caso de quehubiese habido más, no han sobrevivido por ser confundidos con mestizos, como ya te pasó —comentó. Asentí, sin tener palabras aún. La idea de que otros niños, hayan sido asesinados por Ángeles y Demonios solo por una maldita profecía me escocía por dentro.&nb
Me dediqué a curar las heridas que tenía. Algunas contusiones se habían formado por la fuerza que Lidia había aplicado en cada golpe. Suspiré mientras observaba que me quedaba aún la mitad por sanar.—¿Dejaste suficiente energía para aquello? —cuestionó Blake, mirando mis manos mientras sanaban mis heridas.—Tengo que. Lidia dice que siempre tengo que almacenar un poco destinado para curarme a mí y a las personas que estén conmigo, en caso de que ellos no puedan hacerlo —respondí, terminando con el moretón en el que estaba trab