Si tan solo yo hubiese estado despierta. Si tan solo hubiese sido un poco más fuerte, pude haberlo hecho. Pude haber defendido a mis padres y evitado que murieran. Este tipo de pensamiento fue el que recorrió mi cabeza por las próximas horas. La culpa me había estado comiendo viva. Lidia y Blake decían que no tenía culpa de lo que había pasado, pero cómo no iba a hacerlo si básicamente por mi culpa fuimos encontrados. La cantidad de energía que desprendí cuando mis habilidades demoniacas despertaron fue demasiada, tanta que muchos demonios y ángeles lo sintieron. Después de la primera pelea con el demonio que mató a mi hermanita, fue cuestión de tiempo antes de que el resto llegara. No fui consciente de aquello. El dolor que sentía y el bloqueo de mis pensamientos hizo que me desmallara y no despertara hasta cuando toda la tempestad había pasado.
—¿Qué? ¿Cómo es eso posible? ¿Has tenido este tipo de problemas antes? —preguntó Stefan. Sentí su preocupación comenzar a filtrase en mis bloqueos.—No. Nunca. Es algo casi natural —dije sinceramente. El comunicarme con alguien, nunca había sido un problema. Podía incluso comunicarme con gente que no conocía, pero necesitaba siempre una referencia. Stefan frunció el ceño. —Haré algo. Necesito concentrarme por un segundo, espera —añadí, tomando algo de tiempo para ver dónde estaba Blake. CharlotteTenía que hacer algo. Quería ir a ese lugar y sacarlo de ahí, pero no conocía Celestia.Recordéque podía teletransportarme ahí, rápidamente. “Lid, iré a Celestia. Atraparon a Blake”, informé. “¡¿Qué?!”, respondió, obviamente en desacuerdo por lo que iba a hacer. “Está encarcelado, y usando grilletes. Lid. Tengo que ir, no puedo quedarme cruzada de brazos", espeté. Las lágrimas recorrían mi cara aún. Stefan estaba a mi lado y tampoco procesaba lo que le decía “¿Lo viste usando la habilidad combinada?”, cuestionó ella. “Lo hice y tengo que ir, Lid.”, rogué. “Dime, ¿Dónde estás en este momento?”, exigió saber. “En casa con Stefan. No llegué hace mucho y me acabo de dar Capítulo 83
Hailee había despertado una hora después de que se desmayara. En cuanto se levantó, Stefan se comunicó conmigo para que hablara con ella un poco ahora que estaba más calmada. Me apresuré a ir a su habitación. En cuanto llegué Stefan se levantó con el objetivo de irse. Sentía cuan feliz y triste estaba. Sabía que estaba preocupado por Blake, pero también estaba preocupado por las posibles acciones que pudiese tomar Hailee. “Cuídala y no permitas que haga ninguna locura”, pidió. Asentí y se retiró. —Stefan me ha contado lo tuyo con mi hermano —empezó ella. Me sonrojé inmediatamente.
“Lid, es hora. Tenemos que empezar”, murmuré. De nuevo, no obtuve respuesta. Regresé a verla y me acerqué a ella para atraer su atención. —Lid —llamé, tomándola del hombro y dándole la vuelta. Sus ojos estaban envueltos en llamas.—¿Qué pasó Lid? —pregunté, olvidándome que teníamos que poner en marcha nuestro plan. —Yo... —comenzó, pero una voz irrumpió en mi mente. “Charlotte, estamos en posición”, por lo que la detuve con la mano. Me alejé rápidamente de Blake y miré hacia la fuente del grito. Uno de los hijos de los líderes que había estado en un principio peleando contraAidany Kat,en el suelo juntoAidan, a su lado Kat estaba llorando. Mande varios rayos y fuego a los líderes para mantenerlos bajo control y que no pudiesen escapar. Miré a Blake y examiné su cuerpo. Tenía fuego de infierno, pero solo lo estaba debilitando no era nada grave. Fije mi mirada en Stefan, quien estaba ahora libre. De hecho, miré a mi alrededor y todas las peleas habían cesado. Noté que todos estaban viendo los recuerdos que les habían compartido. “Cura a Blake, iré por Kat y Aidan”, informé. Él asintiCapítulo 86
CHARLOTTEMe desperté y vi a Blake sosteniéndome. —¡Blake! Eres tú, gracias al cielo. ¿Qué me pasó? —cuestioné, emocionada por el hecho de tener a Blake de nuevo a mi lado.—Ya has llorado mucho, pequeña. Tranquila. — dijo Blake. ¿Llorar? Traté de recordar con exactitud qué fue lo que había pasado, pero lo último que estaba en mi cabeza era que todo el mundo se estaba enterando de la verdad. Me quedé un par de segu
Había aprendido dos cosas en mi vida: la primera, que el alcohol solo trae problemas y la segunda, manejar borracha no es una buena idea, claro que esto se resumía a un "no beber". Esta última le habia costado la vida a mi madrina Kimberly, pero ahí estaba yo, tratando de volver a casa en el viejo auto que me habia dejado mi madrina, después de haberme pasado de tragos. Afortunadamente, no habían muchas casas a las afueras de la capital, por lo que la cantidad de autos circulando por la zona era mínima. El sonido del celular llamó mi atención, regresé a ver el asiento del pasajero y pude notar un mensaje de Katie, mi mejor amiga. Noté que faltaban unos minutos paras las 12. Habíamos salido a beber, para celebrar mi vigésimo cumpleaños, que de hecho era mañana, y ella me preguntaba si ya había llegado a casa. Decidí llamarla para hacerle saber que me faltaban por lo
—Puedo sentir tu mirada en mí—dijo, mientras sonreía aun más. Sentí como mi cara empezaba a arder, maldije en silencio y volteé la cara.— Aquí en la Avenida, gira a la derecha. Vivo a las afueras, más alla de la Policía—dije, sin saber que más decir. Me había atrapado viendolo descaradamente. Puedo imaginar la cara de estúpida que puse al verlo. Lo poco que había visto, gritaba perfección. Envié todos esos pensamientos a un lado y decidí llamar a Katie. Cogí el celular, fuí a llamadas recientes y marqué. Contestó casi enseguida.—Estuve a punto de tener un maldito ataque, ¿que carajos pasó?—gritó, desde el otro lado.—Cálmate Katie, estoy bien, ya estoy regresando a la casa—le respondí, mientras ví que pasamos la estación. Estoy cerca.