Una vez que Alex le entrega los niños, Ross regresa a la casa, se encuentra feliz por estar con ellos y siente que nunca lo van a separar; sin embargo, no baja la guardia, quiere evitar tener más problemas, así que no descuida el aspecto legal para recuperar la custodia de los infantes.Pasaron varias semanas y Alex no dio señales de vida. Eso tenía un poco asustada a la mujer, puesto que no sabía con qué le iba a salir el padre de sus hijos. Por fortuna, esta vez se encontraba preparada para cualquier eventualidad, después de todo lo que ha vivido le toca estar prevenida, por lo que busco asesoría legal e hizo todo lo que corresponde. Al ver que Alex no regresaba, se dirige a los tribunales a exponer su caso, ella quiere ser la representante legal de sus hijos y no tener la zozobra de que Alex va a regresar y quitarle a sus hijos de nuevo. Después de explicar su situación, no dudaron ni un momento en otorgarles la custodia. Además, tenía a su favor la confesión de Liz, donde expli
Era una tarde de verano como cualquier otra, el calor que hacía era insoportable. Por fortuna, a Ross Wolff de Pons, no le afectaba mucho, puesto que en su oficina había aire acondicionado, en la empresa Modas - Jobs C.A.; sin embargo, al salir de la oficina siente el calor sofocante, es el propio infierno, por el hecho de que el calor que hacía era insoportable. Ese día recibe un llamado del colegio de Robert, su hijo menor.— Aló, buenas tardes, señora Pons, la estamos llamando del colegio, su hijo Robert, está presentando fiebre y dolor en la garganta, usted puede venir por él —dice la chica al otro lado de la línea.— En estos momentos estoy un poco ocupada, pero deme unos minutos para resolver la situación. Usted no se preocupe, que en un momento mandó a buscar a mi hijo.— Muchas gracias, esperamos que llegue a la brevedad, en estos momentos su hijo la necesita. «Rayos, ahora que voy a hacer, tengo una junta importante por la tarde y no puedo faltar, el jefe viene y es muy est
Al culminar su jornada laboral, Ross se dispone a buscar a sus hijos, en ese momento, todavía no sabe qué hacer o cómo actuar. Lo único que se le viene a la mente es a su marido teniendo intimidad con otra mujer. «Debo pensar bien las cosas, mis hijos están de por medio, no puedo permitir que por esta situación ellos salgan lastimados», pensó. Después de dar unas cuantas vueltas en el carro alrededor de la ciudad, decide ir a donde un abogado. En ese instante, tomó la decisión de separarse de Alex, por el hecho de que ya no tenía ningún tipo de respeto por ella o por su hogar. Ross se dirigió a un bufete de abogados donde trabaja una conocida, de esa forma, se le hará fácil explicarle la situación y agilizar los trámites, después de todo, entre ellos ya no exista amor, todo su relación es costumbre. Por desgracia, para ese día no le tenían el documento preparado, pero, en cambio, le dieron una citación para que acuda al despacho a firmar el divorcio al día siguiente. Para poder s
Capítulo #3 El encuentro Es viernes por la tarde, Ross, se encuentra en la casa con los pequeños. Ellos se están preparando a salir, es una costumbre que han adquirido desde que se fue su esposo. Se encuentran casi listo, cuando escucha el timbre, así que lo pospone para ir a ver quien esta tocando. — ¿Quién es?, ¿ya abro la puerta? —dijo y se aproxima para ver quien está tocando, al abrir no sale de su asombro— ¡¿Alex?!, ¿qué está haciendo aquí? En ese instante, pequeños salen corriendo a abrazar a su padre, este los recibe con los brazos abiertos. El hombre, estaba acostumbrado a compartir con ellos todos los días y les hacía falta. — Hijos, ¡como los extraños!, —dijo y los carga con mucho cariño, es un cuadro amoroso muy tierno. — ¿Qué haces aquí, Alex? -dijo Ross, con la voz entrecortada y un nudo en la garganta, al ver cómo sus hijos se emocionaron al ver a su padre, se nota que les hace falta. — Te extrañé mucho papi, ¿por qué te fuiste?, ¡¿es que ya no nos quieres?! —di
¿Qué hago? En la mañana, Ross se despierta muy temprano, le duele la cabeza y esta muy confundida, ella ve hacia todos lados y no logra recordar donde esta. Además, se encuentra mareada y muy desconcertada, se pone las manos en la cabeza y se pregunta «¿dónde me encuentro?, ¿qué estoy haciendo aquí?, no recuerdo, lo último es que estaba muy divertida con mi jefe» Al escuchar la ducha, ella se tapa la boca con las manos, «¿qué hice?, no creo que haya hecho lo que creo», pensó y se levanta poco a poco y se asoma a ver con quien paso la noche, ella se sorprende al ver que es Elon Jobs, quién se esta aseando, al notar su presencia, la saluda con amabilidad y le sonríe. — Buenos días, ¿cómo amaneciste, Ross?, ¿Espero que hayas dormido bien? —expresión hombres mientras salía de la ducha para permitirle el paso a ella. — Señor Jobs, espero no vaya a pensar mal de mí por lo ocurrido, es la primera vez que me pasa —expresa Ross, con la cara roja de vergüenza y su mirada hacia el suelo. En e
Al escuchar aquella voz, a Ross se le erizó toda la piel, se puso muy nerviosa y la respiración se le aceleró, «¿esto no me puede estar pasando?, ¿por qué tenía que aparecer?», pensó mientras ve de re ojos. Enseguida el hombre repite sus palabras.— ¿Algún problema, Ross? —dijo el hombre casi al oído de ella, ella se voltea drásticamente, chocando la cabeza contra la mejilla del sujeto.— Discúlpeme, sé… señor Jobs —dijo y bajó la cara de vergüenza por lo que había sucedido. Aunque él le dijo que no pasó nada aquella noche, ella sabe que si. — No se preocupe, fue mi culpa por haberme acercado de esa forma. Lo que si no le permito es que, me vuelva a llamar señor, entre nosotros hay una relación más cercana, y espero que nos acerquemos aún más —dijo y le sonrió con picardía.— Discúlpeme, es que no me acostumbro, después de todo, usted es mi jefe y siento como si fuese una falta de respeto el llamarlo por su nombre —expresó sin dejar de verlo a la cara, después de aquella noche el
Alex, se encontraba compartiendo con sus hijos, cuando suena el timbre. De forma espontánea, se levanta para abrir la puerta, es allí donde puede notar a un hombre alto de buena apariencia preguntando por Ross.— Buenas noches, con la señora Wolff —dijo el hombre en la puerta.— Señora Pons, no se equivoque, ella todavía está casada conmigo, ¿qué desea? —expresó Alex con una mirada sombría y un tono áspero.— Señor, el auto de la señora Ross, quedó accidentado en la empresa y lo dejó revisando. La condición fue que se lo trajera cuando estuviera listo y aquí me tiene, ya el carro se encuentra funcional y puede ser usado el día de mañana —explicó el hombre sin inmutarse por la actitud de Alex. Para ese entonces, Ross, se asoma para saber quién estaba tocando el timbre, a no lograr ver nada, pregunta de forma apresurada.— Alex, ¿quién vino a esta hora? —grito desde la parte superior de la casa, se estaba terminando de arreglar.— Es un sujeto que desconozco, te trae las llaves del
A medida que los días pasan, a Ross, se le hace el trabajo más pesado. Todo gracias a que Antoni se ha encargado de asignarle una gran cantidad de deberes, para que compense las horas que tiene menos. Para ese momento, ella se siente ofuscada. «Me sale mejor cumplir con mi horario de oficina. Si no fuera por el hecho de no llegar a tiempo a buscar a mis hijos al colegio, habría renunciado a este privilegio», pensó, mientras se ahogaba en el trabajo que tenía que realizar. Con el transcurrir del tiempo, el trabajo que se le asignaba, se le iba acumulando. Es por ello, que sentía que no podía más. Solo quería renunciar y que sus obligaciones volvieran a la normalidad. «¿Será que nunca voy a terminar con todos estos diseños y arreglos?» musito, «debo continuar, por mis hijos, debo buscarlos a tiempo». Esa tarde, Antoni le lleva más diseños que arreglar. — Señora Pons, espero me tengas listo todos los diseños que le di para mejorar, deben estar listo a más tardar esta tarde. Esos s